Miradas al Sur. Año 7. Edición número 303. Domingo 09 de Marzo de 2014
Un análisis comprometido del ex viceministro de
Gestión Comunicacional del Ministerio de Comunicación e Información,
sobre la cinchada mediatizada entre el poder que quiere recuperar al
liberalismo ortodoxo y una opción por el socialismo bolivariano.
Desde Caracas, conversamos con Edgar Padron sobre los flagelos que atacan a la Revolución Bolivariana; él es periodista venezolano, socialista de ejercicio y convicción, ha sido diplomático, Director de Comunicaciones de la Cancillería, viceministro de Gestión Comunicacional del Ministerio de Comunicación e Información y ex vicepresidente de Venezolana de Televisión, además de formar parte de la comisión nacional de publicidad y propaganda del Partido Socialista Unido de Venezuela. Padrón ha dejado lo institucional para generar la autogestión cultural. Militante profundo de calle, recorre el país caribeño profesando la revolución bolivariana con guitarra en mano junto al grupo musical El Pacto.
Su experiencia en la gestión comunicacional rumbo al socialismo, nos llevó a este encuentro con Miradas al Sur; con él charlamos sobre los incesantes intentos de la derecha venezolana por derrocar gobiernos constitucionales; el ideario bolivariano y su ampliación dentro de un país marcado por tantos años de sometimiento neoliberal. A un año del fallecimiento de Hugo Chávez, Edgar Padrón sostiene que la Revolución Bolivariana se encuentra enraizada en el sentir del pueblo venezolano.
–Venezuela, vista desde afuera, parece estar atravesando una batalla campal. Este movimiento de estudiantes, dirigido por la derecha más radical, se ha volcado a las calles buscando una salida al “régimen chapista”. Para una mirada “de adentro”, ¿cuál es la realidad del conflicto?
–Voraces intereses imperiales; sed de petróleo, la necesidad de retomar el poder político y detener las fuerzas populares que construyen un proyecto socialista para la región, son algunas de las causas de esta nueva arremetida imperial. Los oposicionistas criollos, representantes de los sectores de la derecha más extrema son los que generan la violencia en algunos sectores localizados del país, luego son glorificados y sus destrozos presentados como justos y legítimos a través de las corporaciones mediáticas mundiales. Lo que la opinión publicada mundial presenta como a estudiantes, es una “fuerza de choque” conformada por integrantes de partidos de derecha que los dos últimos años han recibido un entrenamiento físico e ideológico, financiado por el narcopolítico colombiano Álvaro Uribe Vélez. La actual “crisis inducida” viene antecedida por una contundente victoria del chavismo: ganó en diciembre de 2013 el 76% de las alcaldías con el 55% de los votos, otra derrota para la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), coalición de partidos de la oposición patronal. La MUD, durante esta campaña comparó las elecciones municipales con un plebiscito contra el presidente Nicolás Maduro y fracasó. Y una vez más, como en 2002, un sector de la oposición frustrado por la imposibilidad de tomar el poder por vía electoral, asume acciones contra la paz con el objetivo de romper el orden constitucional y justificar una intervención militar extranjera.
–Los movimientos, históricamente, han servido para impulsar nuevos idearios, nuevas voces, pero en este caso no ha surgido ningún nuevo líder opositor. ¿Por qué se silencia? ¿Cuál es la jugada de la oposición?
–La reciente escalada de violencia política que vive Venezuela comienza en enero de 2014, el sector más reaccionario y fanático de la oposición decide actuar. Leopoldo López, quien participó en el golpe de Estado de abril de 2002, hizo un llamado público a la insurrección: “Queremos lanzar un llamado a los venezolanos […] a que nos alcemos. Convocamos al pueblo venezolano a decir ‘basta ya’. […] una meta a discutir: ‘la salida’.” Regresa así el más descontrolado y peligroso pichón de dictador al “front” de las tarimas políticas del Este de Caracas. Días más tarde, valientemente, decide entregarse al gobierno venezolano para que los resguarde de los narcopolíticos que planeaban asesinarlo e incriminar al gobierno de Maduro para generar una crisis. Por su parte, Henrique Capriles Radonsky se mantiene al margen desmarcándose de la violencia, espera agazapado que en la vuelta a la calma pueda recobrar la simpatía entre una oposición fracasada y obstinada de andar de derrota en derrota. Siguen sin presentar una propuesta de gobernabilidad que contraste con la actual. Su plan es recuperar el poder político para hacer sus negocios con los recursos de todos los venezolanos. La ausencia de propuestas concretas para un supuesto gobierno y la debilidad de no contar con una ideología que movilice a la oposición más allá de “fuera Maduro”, afecta directamente en la formación de nuevos liderazgos, hasta ahora son sólo “servidores del pasado en copa nueva”, como nos canta Silvio Rodríguez.
–La participación que ha tenido usted dentro de la construcción de un nuevo modelo comunicacional ha sido importante. ¿Cómo se ha hecho para romper el paradigma tradicional dentro de una sociedad capitalista como la venezolana?
–El modelo comunicacional de la Revolución Bolivariana tolera constantes transformaciones, genera mecanismos que le permite procesar y contener las presiones sociales y geopolíticas internas y externas, nacionales e internacionales. El pueblo se organizó por el llamado del presidente Hugo Chávez y se empoderó de conocimiento y herramientas que le permiten rescatar y actualizar los valores nacionalistas y los conceptos de la comunicación de calle generando una interacción directa y vinculante entre los que padecen y el gobierno. Esta insubordinación intelectual genera novedosas nociones, crea y resignifica verbos que conjugan hechos sociales y no mercantiles. Esto nos permite construir una propuesta radicalmente antagónica al neoliberalismo.
–La oposición, con su campaña 2.0 ha movilizado la opinión pública nacional e internacional. ¿Cuál sería la participación gubernamental?
–El transitar en contravía a la globalización nos obliga –por ejemplo– a diferenciar la “opinión pública” de la “opinión publicada” que es la infantería ideológica del capitalismo, la que somete a la humanidad a presiones emocionales para delimitar la cultura global y el imaginario contemporáneo. El control lo tienen los carteles mediáticos que fabrican noticias para presionar gobiernos soberanos y trafican con el derecho de los pueblos a estar informado. Es la principal tribuna de la burguesía y su discurso imperialista que oculta los devastadores efectos del capitalismo. La “opinión pública” se valora como la más alta dimensión del poder político y popular, y requiere de una constante actualización que influye directamente en la planificación del gobierno. Para eso se han generado novedosas maneras de relacionarse a través de la comunicación mediada; aportes operativos innovadores y vanguardistas que facilitan la consolidación de una democracia cada vez más participativa y protagónica. Las coincidencias de las opiniones publicadas con la realidad no son equivalentes a la preocupación colectiva, puede que la opinión pública y la opinión publicada coincidan en algunos titulares pero sus intereses jamás serán los mismos. Nos dice el gran Simón Rodríguez maestro de Bolívar: “La primera de todas las fuerzas es la opinión pública”.
–¿Con la ruptura del sistema, los venezolanos han entendido el concepto de socialismo?
–Hace 25 años, el mismo año que cayó el muro de Berlín, estalla en Venezuela la última rebelión popular del siglo XX. Un país rico poblado por pobres estalla en protestas por la aplicación de un paquete de medidas económicas impuesto por el Fondo Monetario Internacional. Este sismo social, aderezado por la inmoralidad de los generales que dirigían el ejército, resquebraja la integridad de las fuerzas militares e irrumpe desde los cuarteles un movimiento de militares con objetivos políticos. Entre sus filas estaba el teniente coronel Hugo Chávez Frías, un soldado del pueblo que asumiría la responsabilidad por el golpe de Estado que dieran en 1992 al gobierno responsable de los 3.000 muertos del caracazo. Es encarcelado y al salir en libertad recorre el país con la propuesta de refundar la patria para que nazca una nueva República. En 1998, llega a la presidencia en una epopeya electoral y proeza política sin precedentes. Por primera vez se conjugaba el sentir popular y la disciplina militar por un objetivo común para las mayorías empobrecidas por el sistema capitalista que acumuló 75% de pobreza, de los que el 25% sólo tenía acceso a un plato de mala comida al día. Por esta vía pacífica y dirigidos por el presidente Hugo Chávez retomamos el camino abandonado doscientos años atrás cuando perdimos la III República. El pueblo es llamado a consulta popular y se aprueba en 1999, con más del 70%, una nueva carta magna, la primera y única en la historia nacional aprobada por el pueblo mediante el voto; nace así la V República. Está es la primera maniobra política del proceso, la base del profundo cambio social que transformará a Venezuela. La construcción de un nuevo modelo de convivencia comenzó con el rescate de la identidad nacional y la moral popular, la politización de todos los estratos de la sociedad y la dignificación del ejercicio de la política, se ha ungido de vigencia histórica al pueblo venezolano recuperando la esencia emancipadora, el camino de nuestros libertadores. Las instituciones heredadas con vocación de servicio a los poderosos y no al pueblo han sido intervenidas por las “misiones sociales” para torcer el burocratismo y atacar puntualmente la deuda social en áreas como la educación, salud, trabajo productivo, deporte y recreación. El concepto del socialismo bolivariano no tiene un significante estático, no es una definición que se pueda encontrar en Google, es un transitar indetenible hacia un modelo que ha de garantizar la mayor suma de felicidad posible preservando el planeta. Parafraseando al maestro Rodríguez: “La América libre es original; originales han de ser sus instituciones y su gobierno, y originales los medios de fundar uno y otro. O inventamos, o erramos.”
–Ese camino hacia el socialismo, ¿es aplicado dentro de las instituciones del Estado?
–La sociedad de la información con su estrepitoso y constante flujo de datos saturados y la inmediatez como una exigencia cada vez más apremiante, requiere de mayores esfuerzos técnicos e intelectuales para avanzar con estrategias que logren poner la tecnología al servicio de la socialización entre los humanos y su entorno. Una de las grandes amenazas para la eficiencia es la incomunicación que padecen nuestras instituciones como consecuencia de los injertos socializadores que se han aplicado a la estructura gubernamental para tolerar mayor inversión social. La estrategia política para una comunicación renovadora debe desarrollar canales y soportes para estimular el tránsito de información entre los ministerios, entes descentralizados, gobernaciones, alcaldías y consejos comunales. Es imperativo desarrollar la “comunicación interna” del gobierno revolucionario para lograr desmontar el Estado burgués, profundizando la trasformación de los servidores públicos y las instituciones. Aumentar la inversión para la investigación científica en el área de la comunicación para innovar en mecanismos y métodos de interacción que dinamicen la participación popular y potencien una comunicación vinculante entre el pueblo y el gobierno.
–Venezuela ha crecido como sociedad de consumo alimentada por políticas imperialistas de gobiernos anteriores, y volcando la mirada hacia el norte. Con Chávez se hizo un reverso, la mirada al sur.
–El proyecto originario de nuestros héroes independentistas coincide en la unidad del continente latino caribeño, esto propicia condiciones históricas para la integración de nuestros pueblos y gobiernos basada en nuevos principios de complementariedad económica, comercio justo, cooperación integral y el respeto estricto de nuestras soberanías. Surgen temprano en el siglo XXI, de una sudamérica consciente, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) para enfrentar el asecho imperial a la más grande reserva de recursos naturales del planeta. Estas prácticas de integración constituyen una ruptura radical con los clásicos esquemas coloniales o neoimperialistas basados en la competencia desleal, la hegemonía del consumismo y la ficción de que poder comprar sus marcas son muestras de una sana economía, de un libre mercado. Se han propuesto iniciativas para proteger y mitigar los efectos de destrucción generados por la industrialización en Estados Unidos y Europa. En el año 2005, tres hombres de izquierda, Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Luiz Inácio Lula da Silva, derrocaron la intención de Estados Unidos de incorporar a los pueblos de América latina al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). En aquella reunión, el presidente Kirchner le recuerda a Bush que los argentinos no eran un pueblo de “alcahuetes” –“Aquí no vengan a patotearnos”–, mientras las calles de Mar del Plata ardían de poder popular para decir “NO” al Alca. Una victoria histórica que nunca olvidarán los hijos de Bolívar y San Martín; triunfó la diplomacia de los pueblos, aquella que ejercen los movimientos sociales y organizaciones al margen de los gobiernos, la célebre sentencia que allí pronunció Hugo Chávez: “Alca, Alca, al carajo” se replicó por todo el sur como un grito de triunfo popular. Éstas y otras victorias propician las condiciones esenciales para promover un nuevo modelo de desarrollo social y económico que construye una alternativa para anular el esquema neoliberal causante del incremento de la pobreza y la exclusión social.
–A un año de la siembra del comandante, ¿cuál sería el cambio estructural necesario para que el Estado venezolano camine hacia el verdadero socialismo soñado por Chávez?
–Chávez, más que soñar el socialismo dejó una ruta clara, que hoy es ley de la república, me refiero al Plan de la Patria. Un documento de 2012 concebido para consolidar la independencia nacional y darle continuidad al Proyecto Socialista Bolivariano del Siglo XXI como garante de la máxima seguridad social y estabilidad política. Abarca temas como la ética socialista y la batalla contra la corrupción y el burocratismo; la comuna como expresión organizada del poder popular; los modelos de producción socialista y la coyuntura política internacional, entre otras reflexiones que nos orientan para enfrentar el capitalismo. El Plan de la Patria considera fundamental impulsar modalidades como la propiedad social y propiedad comunal para restarle espacios a la propiedad privada, también aclara: “La formación socioeconómica que todavía prevalece en Venezuela es de carácter capitalista y rentista. Ciertamente, el socialismo apenas ha comenzado a implantar su propio dinamismo interno entre nosotros. Éste es un programa precisamente para afianzarlo y profundizarlo; dirigido hacia una radical supresión de la lógica del capital que debe irse cumpliendo paso a paso, pero sin aminorar el ritmo de avance hacia el socialismo”. La transformación estructural del sistema que garantizará al punto de reversibilidad pasa sin duda por la aplicación en lo cotidiano del Plan de la Patria y la transición al Estado Comunal. El presidente Maduro ya manifestó que se dará un impulso especial “a las comunas para que realicen inversiones en los proyectos socioproductivos como parte del compromiso asumido con Hugo Chávez”. Se aligeraron los trámites para la constitución de empresas de propiedad social, redes comunitarias, unidades familiares y grupos de intercambio solidario. En el país existen más de 40.000 consejos comunales y el objetivo es crear 21.000 más en un lapso de cuatro años, así como 3.000 bancos comunales, que manejarán los recursos para el surgimiento de 30.000 empresas comunales.
–El apoyo popular a Hugo Chávez era indiscutible. ¿Qué pasa con Maduro?
–Hemos librado meses muy difíciles para la revolución luego de la desaparición física del Comandante Chávez. Sobre la marcha nos tocó, sin secarnos de la lluvia, convertir el dolor en fuerza de lucha para defender su legado. Resistimos en un permanente escenario de desestabilización generado por grupos de extrema derecha financiados por la narcopolítica colombiana y el gobierno de los Estados Unidos. El enemigo trabaja para desprestigiar a quienes estuvieron más cerca de Chávez y hoy son responsables de seguir dirigiendo esta revolución. Uno de estos hombres es Nicolás Maduro, propuesto por el comandante para seguir escuchando el mandato del pueblo, continuar avanzando por el sendero de la Revolución Bolivariana. El presidente Maduro recorrió el país en sus primeros 100 días de gobierno, aplicando un modelo de administración directa en las comunidades al que llama Gobierno de eficiencia en la Calle, dando la batalla de avanzar en medio de un sabotaje constante, en lo eléctrico, importando violencia y criminalidad paramilitar a nuestras ciudades, terror político al desconocer al presidente constitucional y el más nocivo para la percepción general “la guerra económica”. Este último factor y la criminalidad son los que más perturba a todos los venezolanos sin distinción. El contundente triunfo en las elecciones municipales en diciembre de 2013, los avances en la conformación, fortalecimiento e interconexión de las comunas, el reimpulso de los consejos de trabajadores y la conversión del Plan de la Patria en Ley de la República ofrecen un contexto privilegiado para acelerar la construcción de nuestra patria socialista pero también detona las recientes acciones de desestabilización con la modalidad de golpe suave. Hoy la revolución necesita contener y revertir la arremetida mediática explicando las contradicciones del capitalismo. Es momento de unidad, lucha, batalla y victoria, la revolución bolivariana y chavista es una sola y hasta el momento no existe ninguna acción política tomada por el presidente Maduro que haga dudar de la decisión de Chávez, firme, plena, como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, de elegir a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela.
Publicado en:
http://sur.infonews.com/notas/venezuela-profundiza-el-ideario-de-hugo-chavez
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