Las oligarquías venezolanas,
son partes de las mismas oligarquías y colonias que se distribuyeron estos
territorios, en función de sus intereses regionales. Se inventaron países para
ser los reyecillos en esos territorios. A lo largo de su vigencia las características
de sus moldes coloniales, confluían mucho tiempo después con las democracias
occidentales de corte gringoide, y absolutamente elitista. Esas élites
venezolanas que se consideran los herederos y legítimos representantes de la
democracia gringa, no aceptan que la periferia (pobres, obreros y clases medias
pobres) de la Venezuela
profunda sea la encargada de dirigir, de gobernar y organizar el Estado de
Venezuela. La profunda lucha de clases y de visiones, y de costumbres sociales,
se agudiza. Y exige a los gobernantes de Venezuela a tomar posiciones más
claras, contra esos grupos de complotadores, que a todas luces no entenderán
los acontecimientos sociales de Venezuela. Los estribillos de los gringoides de
Venezuela, son los mismos que se gritan a lo largo de los países de Latino
América: “dictaduras”, “totalitarismos”, “indigenismos”, “comunismos” e
“indianismos”. Recetas aprendidas en los barrios ricos de todo el continente
latino americano. Sus medios de incomunicación se encargan que esas recetas,
cotidianamente, tengan contenidos ideológicos.
Desde la distancia asistimos
otra vez en estos días, a los golpes de baja intensidad de estas oligarquías,
contra el proceso de Venezuela. Utilizan a los hijitos de papá, universitarios
de sectores privados, y demás jóvenes de clases medias altas para
desestabilizar a la sociedad venezolana. Ni qué decir de sus medios de
incomunicación tristemente célebres, que difunden propaganda “anticomunista”,
como si se tratara de la lucha del bien contra el mal. Esquemitas sacadas de la
guerra fría; pero que siguen funcionando en las mentes de las conservadoras
oligarquías latinas. Los medios de incomunicación gringos atacan, cómo no, en
sus “análisis” de sus especialistas a la economía venezolana: que no funciona,
que su inflación es la más alta del mundo, etc. Y nada dicen de los enormes
programas sociales de Venezuela, donde han resuelto el 27% de su pobreza. Esas
noticias sociales no son importantes para las mentalidades gringas, y todavía
peor para las mentalidades retrógradas y coloniales de las oligarquías latinas.
Los venezolanos también tienen
que ajustar cuentas con su pasado. La revolución nicaragüense fracasó al
perdonar a esos sectores retrógrados. Porque después se volcaron, esos
perdonados por los cristianos nicas, contra la revolución y bañaron en sangre a
Nicaragua con ayuda gringa y armas norteamericanas. Jamás debieron confiar los
revolucionarios nicas en los representantes de la oligarquía. Porque esos
especímenes no tienen patria ni tierra ni cultura, sino sólo olfato de riqueza
para cumplir con sus patrones del norte. Los nicaragüenses se equivocaron, y
eso les costó demasiado. Venezuela está en la encrucijada. Si seguir confiando
en esas mentalidades retrógradas y coloniales de las clases altas y medias, o
definitivamente destruirlas y exiliarlas para siempre en Miami o París. Las
experiencias históricas nos insisten en que no se puede confiar en estos
sectores sin cultura ni identidad con nuestro pasado. Son demasiado peligrosos
y en sus vocablos y lenguajes coloniales, sólo está presente la conquista y la
guerra de apropiación. No la convivencia ni el entendimiento civilizado con
otras culturas, y maneras de ver el mundo. Venezuela ya no puede confiar en
esos segmentos que sólo complotan contra Venezuela. Que siguen siendo la
punta de lanza de las oligarquías norteamericanas. Que siguen nostálgicamente
soñando con ser los representantes del colonialismo gringo. El pueblo de
Venezuela está en un momento crucial. De seguir alargando la vía crucis de
confiar en esos sectores retrógrados, o definitivamente resolver esas pulsetas
históricas. Los sectores retrógrados no descansarán en su complot. En los 15
años del proceso venezolano, ya son varios golpes de estado y sangre provocada
por estos sin patria. Suficiente experiencia para resolver por fin con estos
anti latinoamericanos, racistas y señoriales. No pueden ya confundirse en las
confianzas, y las medidas deben ser contundentes, y ojalá definitivas.
Solidaridad con el pueblo
venezolano, que otra vez resiste los golpes arteros y traicioneros de las
mentalidades coloniales, señoriales, y racistas.
La Paz, 13 de
febrero de 2014.
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