Nuestros
ojos miran, sorprendidos, un
descubrimiento que no es tal: hay corrupción en el fútbol. Y, como en el
cine, son los cowboys los que
descubren todo. Hasta Grondona está hasta el cuello. Más de 30 años al frente
de la AFA y revelan sus chanchullos
bastante tiempo después de su muerte. Algo es algo. Una noticia a escala
internacional sin muertos ni heridos que nos sacude la modorra provinciana. Si no fuera por esto, deberíamos ocuparnos de
los disturbios en Monte Hermoso –que algunos insisten en llamar pueblada- y el duelo cada vez menos amigable entre
Randazzo y Scioli. O las estocadas del primero, en realidad, porque el
segundo ni se da por aludido. Después de dejarse llevar por la operación Burlas al Manco, el gobernador bonaerense decidió seguir su ruta, aunque eso signifique
extraviarse en un laberinto de desconciertos.
Sin dudas, el Frente Renovador se está
renovando tanto que casi no le quedan integrantes. Como buen capitán, Sergio Massa será el último en abandonar el
barco que avanza hacia un naufragio inevitable. Pronto será divertido
recordar que alguna vez soñó con ser presidente exhibiendo tan poco. Un producto mediático más que fracasa.
En sus espasmódicos intentos por subsistir, el tigrense se colgó de la reacción del pueblo de Monte Hermoso
que, cansado de tanta inseguridad, se lanzó a las calles para practicar la Gran Nerón. “La gente está harta de la
inseguridad y la inoperancia de la policía –dijo, apelando
al lugar común- Harta de los
políticos que no asumen su responsabilidad”.
Por lo que parece, la muerte de Catherine Moscoso no
se encuadra en los parámetros de la llamada inseguridad
–que le puede tocar a cualquiera- sino que es un homicidio perpetrado por
conocidos. Estos discursitos vacíos y de
ocasión ya han provocado el linchamiento de un anciano y el incendio de medio
centro de la ciudad balnearia. No sólo los discursitos: de los cuatro
detenidos por el vandálico suceso uno es precandidato a concejal y el otro ya
es diputado por el massismo. Y parece que son mucho más que simples
participantes. En realidad, las palabras
del candidato al fracaso parecen coronar una puesta en escena de las que vamos
a ver muchas hasta las elecciones generales.
Una interna para el futuro
Florencio Randazzo ha decidido no dejar pasar un
solo desliz de su rival para las PASO, el gobernador Daniel Scioli. Todos los días encuentra una perlita para que la extraña pertenencia del ex motonauta al FPV sea más notoria. No
es para menos: a la par que Scioli pondera a Kicillof, su gurú económico Miguel
Bein sugiere la posibilidad de arreglar con los buitres. “Nuestra posición es clara –señaló el ministro de Interior y
Transporte- no vamos a entrar en el juego de usureros que lucran con el esfuerzo
del pueblo”.
En principio, lo que parece haber en esta exagerada
interna es una solicitud de definiciones más claras. Daniel Scioli siempre ha dado muestras de conciliación con los que
muchas veces han actuado como enemigos. Que aparezca muy cómodo en los
espacios de Clarín puede ser un poco doloroso, más aún cuando este grupo se ha
burlado de la ley de medios con todos sus artilugios corporativos y aún la Justicia no ha citado a sus
directivos en la causa Papel Prensa. Además, que tanto él como su esposa
hayan reaccionado de acuerdo al guión hegemónico en la malsana tergiversación de los dichos de Randazzo en la asamblea
de Carta Abierta, deja un sabor amargo.
De cualquier modo, el FPV, después del baño de humildad solicitado por La
Presidenta, ha quedado con dos precandidatos para la Rosada. Y en las PASO,
como es previsible, de esos dos saldrá el
elegido para dar continuidad a este proyecto iniciado en 2003. En el acto
del 25 de mayo, Cristina aportó la clave: “va
a pasar lo que ustedes quieran que pase”. Una vez más, puso el futuro en manos de todos. Y no sólo al momento
de coronar a Randazzo o Scioli, sino más allá de las PASO. Y de las elecciones generales de octubre, también.
Por supuesto que ya no estamos hablando de las
propuestas opositoras. La comparsa que
se acomoda detrás de Macri ha dejado de ser una amenaza, más allá de que sus
seguidores se entusiasmen con la posibilidad de que Miguel del Sel se convierta
en gobernador de Santa Fe. El Frente Progresista que lidera Margarita Stolbizer
ya se ha resignado a ser furgón de cola.
Y el collage de Massa está perdiendo colorido. No, el futuro de cara a octubre se centra en la interna entre Randazzo
y Scioli.
Por si alguno aún tiene dudas, en Mauricio Macri se
concentra todo lo que hemos dejado atrás: la
prepotencia de los poderosos y la pulsión
por la desigualdad. Margarita Stolbizer promete un laberinto de confusión, tan contradictorio como el juego de
opuestos que propone su nombre. Y Massa, abandonado por sus aliados y
boicoteado por los que persisten en estar con él, se disuelve en la inconsistencia de su inexistente contenido. ¿Cómo
saldrá de los tropiezos de la última semana? No sólo de la posible organización
de los destrozos en Monte Hermoso por parte de algunos massistas, sino de la feroz golpiza que De Narváez propinó a
un periodista y de los dichos de su suegro, Fernando Galamarini, que solicitó la restitución del cuadro de
Videla porque “es parte” de su vida.
No, en este absurdo y peligroso abanico de dislates no puede estar el futuro; en ese licuado almibarado hay mucho veneno; no es un elixir sino
una pócima nefasta que sólo nos
provocará el malestar que ya hemos padecido en las últimas décadas del siglo
pasado. El mañana sólo está en manos de este presente poderoso que estamos protagonizando y sea Randazzo o
Scioli el designado para suceder a Cristina, no podemos permitir que se diluya entre nuestros dedos. El que sea
deberá continuar por este sendero que hemos comenzado a transitar apenas
inaugurado el nuevo siglo. Y por lo que parece, no vamos a permitir ningún desvío.
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