Hace rato leíste en este blog
que la idea de amuchar a todo el espacio opositor realmente existente
contra el kirchnerismo estaba latente pero que uno de los obstáculos más
grandes pasaba por la negativa de Mauricio Macri a prestarse a una gran
PASO opositora. Más concretamente, el eje fue -y es- si el círculo rojo
lograba bajar a Sergio Massa a la competencia por la gobernación
bonaerense y todo estaría indicando que en el tramo final las
negociaciones se encaminan a concretar ese objetivo. La pregunta es si
ya no es tarde, si la electorabilidad de Massa no ha sido mellada por la
decidida toma de partido del poder real a favor de Mauricio Macri. Una
duda grande es cómo tomará el electorado bonaerense una candidatura a
gobernador de alguien que hasta hace dos horas se veía presidenciable,
pero lo más importante es que estamos a las puertas de una polarización
que quizá no tenga antecedentes en la política argentina, sólo
equiparable a la elección de 1946 de Perón contra la Unión Democrática.
El otro gran interrogante es si en el marco de esa polarización feroz, los argentinos se animarán a optar por un conglomerado de fuerzas que coexisten a los codazos y no tienen la experiencia del peronismo para convivir parados arriba de fuertes contradicciones. Si bien la Alianza ya es libro de texto para muchos votantes, para la mayoría es un recuerdo bastante más vigente de lo que se puede suponer, y eso debe jugar su partido también a la hora de ingresar al cuarto oscuro.
Se perfilan claramente dos caminos: el de la continuidad convulsionada con el FPV y el del retorno a las fuentes del "país normal" que estalló en 2001.
El otro gran interrogante es si en el marco de esa polarización feroz, los argentinos se animarán a optar por un conglomerado de fuerzas que coexisten a los codazos y no tienen la experiencia del peronismo para convivir parados arriba de fuertes contradicciones. Si bien la Alianza ya es libro de texto para muchos votantes, para la mayoría es un recuerdo bastante más vigente de lo que se puede suponer, y eso debe jugar su partido también a la hora de ingresar al cuarto oscuro.
Se perfilan claramente dos caminos: el de la continuidad convulsionada con el FPV y el del retorno a las fuentes del "país normal" que estalló en 2001.
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