El significado profundo del éxito en la nueva emisión del Bonar 24 y los títulos de YPF. El acceso de la Argentina al mercado de capitales aisló todavía más a los buitres
El resultado de la colocación de más 3000 millones de dólares en una semana puso negro sobre blanco en el debate sobre el impacto del supuesto "default técnico" en el que se encontraría el país. Los pronósticos fallidos de Macri y Massa.
Federico Schmalen
Hace ya casi un año, el 12 de junio de 2014, la Corte Suprema de los Estados Unidos tomaba la decisión de no incorporar en su agenda de debate el diferendo entre la Argentina y los fondos buitre dejando en firme el fallo del Juez Griesa en favor de los holdouts y desestimando la apelación Argentina ante el máximo tribunal.
En términos legales la Argentina debía cumplir con el pago de los casi 1400 millones de dólares que reclaman los buitres. Ante esa nueva situación, el juez Thomas Griesa, amparado en una interpretación sui generis del pari passu, decidió bloquear cualquier pago que la Argentina hiciera en favor de los bonistas que sí ingresaron al canje.
El 30 de junio de aquel año se producía un vencimiento de pago del bono Discount cuyos tenedores, a pesar de que la Argentina hiciera los depósitos correspondientes, no podrían acceder a sus acreencias. De allí que muchas voces se alzaron alertando sobre los efectos devastadores del "default técnico" en el que incurriría la Argentina de no acatar a rajatablas el fallo de Griesa.
El propio Mauricio Macri, el 19 de junio en declaraciones radiales aseguró que "ahora lo que tenemos que hacer es evitar entrar en default absoluto. Cualquier cosa que consigamos que no sea al contado será mejor. Pero, si hay que pagar al contado, habrá que pagar al contado." Por su parte, Sergio Massa, señaló en un comunicado del 22 del julio de 2014 que "lo que más nos preocupa, claramente, es el daño que pueda hacer el default en la economía, en materia de inversiones, en pérdida de empleo de la gente, en aumento de precios, en tensión cambiaria. Porque, más allá de una discusión con un juez o con los bonistas, acá lo que hay que pensar es que atrás de esto, se puede perjudicar al conjunto de la sociedad argentina".
En ese contexto el gobierno nacional optó por atravesar la tormenta con la mira puesta en el vencimiento de la cláusula RUFO y postergar hasta esa instancia su salida al mercado financiero internacional que ya estaba contemplada en su agenda al haber cerrado los diferendos con el Club de París, con el CIADI y con Repsol.
Además, tomó medidas tendientes a demostrar su voluntad y capacidad de pago a los holdin. Así, además de sustanciar los depósitos correspondientes, el 10 de septiembre promulgaría la ley de Pago Soberano que ofrecía a los bonistas atrapados por el fallo un cambio de jurisdicción de sus bonos. Esta alternativa, aprobada en el Congreso con 134 votos a favor y 99 en contra, si bien no logró cautivar a los tenedores, sirvió para dar una señal firme de voluntad de pago y solvencia que, al menos, sirvió para desincentivar cualquier pedido de aceleración de los bonos y encapsular el diferendo con los buitres hasta el vencimiento de la RUFO.
En el mes de julio, además, se había suscripto el acuerdo con China para concretar swaps de monedas entre los Bancos Centrales de ambos países cuyo primer tramo se sustanciaría el 30 de octubre con un ingreso de 814 millones de dólares de un máximo fijado en 11 mil millones de dólares.
Fue con ese respaldo, entre otras medidas, que el gobierno consiguió estabilizar las reservas y desactivar parcialmente las tensiones cambiarias y los embates especulativos.
Con todo, se trató de un acuerdo bilateral entre naciones y no un regreso a los mercados financieros internacionales por la vía tradicional de la emisión de bonos.
Por eso, la reciente colocación exitosa del Bonar 24 (ideado para financiar el acuerdo con Repsol y utilizado también para canjes del Boden 2015), a una tasa algo inferior al 9% y por una cifra cercana a los 1500 millones de dólares implica un salto cualitativo en la captación de fondos con relación a los swaps puesto que, ahora, fue el propio "mercado" el que convalidó la emisión de deuda Argentina. Se trata de un golpe que, en varios sentidos, aisla a los buitres en su propio terreno y relativiza el efecto del mentado "default técnico" en el que se encontraría la Argentina de un año a esta parte.
De allí el intento, por ahora infructuoso, de bloquear esos pagos a través de una nueva interpretación del juez Griesa. Con todo, especialistas coincidieron en señalar que no existen instrumentos legales capaces de bloquear el pago de esos nuevos bonos en la medida en que, por un lado, no hubo intervención comprobable de bancos extranjeros y, por el otro, los títulos se emiten bajo jurisdicción local. Por eso, y a pesar de ser emitidos en dólares, no pueden ser considerados "deuda externa" como pretenden los buitres con el propósito de liberar un embargo sobre ellos.
Especialistas del mercado financiero explicaron que, en realidad, el propósito de los nuevos reclamos es el de enrarecer el clima de emisión para recuperar el terreno perdido para la negociación bilateral. Con todo, el mercado de títulos argentinos pareció no sufrir alteraciones por la nueva presentación buitre.
A casi un año del "default técnico" vale la pena analizar cuáles han sido los efectos concretos para la Argentina.
Walter Formento, director del Centro de Investigaciones En Política y Economía (CIEPE), explicó a Tiempo que "si uno entiende el concepto de default técnico tal como lo define el FMI, se podría decir que efectivamente la Argentina podría haber sido ubicada en esa categoría. Pero no existía en junio de 2014 una situación comparable con el 2001. No existía ni una corrida financiera que impusiera un ataque especulativo exitoso, no había una situación en el mundo del trabajo que le diera marco de legitimidad social, el nivel de desocupación no era el de aquella situación cuando estaba encima del 25 al 30% mientras que ahora estamos por debajo del 7 por ciento. Además, entonces, el mundo tenía dos esquemas de poder donde uno podía apoyarse, el primero era el esquema financiero de los grandes bancos de Estados Unidos, el esquema financiero unipolar buitre, y el otro un esquema financiero de los grandes bancos que están asentados en todos los países. Hoy el mundo se encuentra con cuatro esquemas posibles. El marco y el contexto de correlaciones de poder son muy distintos. Hay otros factores de poder que no les interesa una crisis financiera y necesitan resguardar los instrumentos de reestructuración de deuda soberana porque son los grandes acreedores y deudores del mundo emergente que ya representan el 60% del PBI mundial."
Arnaldo Bocco, ex director del BCRA, explicó a Tiempo que "El 'default técnico' no operó. Hubo un impacto en los Bancos internacionales y las calificadoras de riesgo por la militancia activa del juzgado que actuó a favor de los buitres".
Sobre el significado de las colocaciones consideró que "existe un cambio cualitativo porque el swap es un acuerdo entre Bancos Centrales, la colocación emitida en forma soberana en el mercado voluntario de deuda es parte de los grados de libertad que tiene el Estado para financiar sus proyectos. Lo más importante es que lo consiguió y lo hizo bajo ley argentina."
El diferendo con los buitres, con todo, podría haber afectado, por la suba del riesgo país, las tasas a las que la Argentina accede en el mercado internacional. Sin embargo para Walter Formento del CIEPE "El default técnico no generó un impacto en las tasas. Argentina no puede conseguir las tasas que consigue Chile sencillamente por el lugar que ocupamos en la geopolítica global. Chile como miembro de la Alianza del Pacífico es parte del esquema financiero no buitre global, del mismo modo se explica la voluntad de China y Rusia de respaldar el Banco Central de la Argentina con los swaps."
Para Bocco, sin embargo, "las tasas del 9% son más altas que las de la región con la excepción de Brasil que hoy por hoy debe tener un riesgo país más alto que la Argentina. La tasa más alta se explica por este conflicto con los buitres pero no es mala. Ha bajado y seguirá bajando."
Sobre la posibilidad latente de que los tenedores de bonos inhibidos pateen el tablero, Formento consideró que "no hay ningún riesgo de aceleración porque no dan las relaciones de poder. Si hubiera posibilidad ya la hubieran hecho. No la hay en términos económicos ni políticos."
Bocco por su parte, coincidió señalando que "la aceleración podría ocurrir pero no veo que este planteado. Veo una situación de carácter transitorio porque Argentina está cumpliendo. Estoy seguro que si la Argentina emite deuda los fondos más grandes van a seguir comprando deuda", pronosticó.
Publicado en:
http://tiempo.infonews.com/nota/152714/el-acceso-de-la-argentina-al-mercado-de-capitales-aislo-todavia-mas-a-los-buitres
domingo, 17 de mayo de 2015
ARGENTINA AISLÓ TODAVÍA MÁS A LOS BUITRES, por Federico Schmalen (para "Tiempo Argentino" del 17-05-15)
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