20 julio, 2018
La gobernadora María Eugenia Vidal no podía creer lo que escuchaba desde el otro lado de la línea telefónica: “Hacete cargo, pone la cara y echa al que tengas que echar con los aportes truchos y hacelo antes que hable el presidente en la conferencia de prensa”. Palabra más palabra menos, desde la Jefatura de Gabinete Marcos Peña cruzó a la gobernadora, que pasa sus días más oscuros en la Gobernación.
El pedido no era de Peña sino del presidente que sabía que le iban a preguntar sobre los aportes truchos y el lavado de dinero en la campaña electoral de 2017. Macri, que está muy molesto con la situación económica, la presión del FMI para que cumpla con el ajuste y especialmente está muy enojado con la gobernadora desde el día que Héctor Magnetto le dijo a Macri que la candidata a presidenta el próximo año tiene que ser Vidal.
Desde que los medios hegemónicos comenzaron abiertamente a mostrar encuestas donde Macri se cae a pedazos y Vidal cae pero no tanto, la orden fue contundente para erosionar a la gobernadora. Por un lado, Nicolás Dujovne le informó que le transferirá unos 50 mil millones de pesos que implica hacerse cargo del subsidio al transporte y el traspaso de las eléctricas, además de frenarle las obras en la provincia. No solo eso, deberá poner la cara en cada aumento.
El tema de los aportes truchos y el lavado de dinero fue un golpe al hígado de la gobernadora. Los radicales de la provincia rápidamente se distanciaron y hasta algunos fueron a la Justicia para salvar su buen nombre y honor ya que negaron los aportes truchos a la campaña. Concejales, precandidatos y hasta intendentes como Carlos Arroyo de lavaron las malos.
La situación se agravó cuando la misma Elisa Carrió en una charla con Jorge Lanata afirmó que “hay que reclamar transparencia en el financiamiento de las campañas, cosa que en Capital se logró, pero en otros lugares no”, en un claro golpe al mentón de Vidal. Para rematarla, Lanata preguntó si estaba al tanto del escándalo de los aportantes truchos en Buenos Aires y Carrió, cortante y seria, respondió: “Así es”.
Luego de un mes de mantener silencio y ante el apriete de la Casa Rosada, ayer la gobernadora reconoció el escándalo de los aportes truchos y echó a la contadora María Fernanda Inza, que hace tres días había sido nombrada contadora general de la provincia. El tema produjo una ruptura entre Vidal e Inza, una vieja dirigente de Franja Morada, que ayer su gente “tomó” la contaduría de la provincia, en un verdadero escándalo. Inza que puso la firma no quiere correr riesgo de ser detenida por lavado de dinero y usurpación de identidad de miles de bonaerenses.
Quizás lo más llamativo fueron algunas declaraciones off de record en la Gobernación donde creen que la excelente investigación de El Destape la hizo filtrar el gobierno de Macri para “poner en caja” a la gobernadora.
Vidal pasa sus días más oscuros. El conurbano es un polvorín, no pudo arreglar con los docentes, los hospitales están paralizados, la inseguridad crece día a día y las encuestas por primera vez muestran que la imagen negativa es más alta que la positiva.
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