Libia, Avatar y el Atlántico sur
Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 25 de Septiembre de 2011
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La seguridad nacional y unasurina está en juego, la desidia colonialista no deja otra opción que pasar a la contraofensiva, aplicando sanciones económicas a los activos británicos en la Argentina. ¿Hasta cuándo el patoteo en nuestra propia casa?
A mediados de los ’70, la Corona envió a las Malvinas una seguidilla de misiones integradas por funcionarios, parlamentarios y técnicos de las más variadas especialidades. El objetivo supremo: remplazar a la entonces desvalorizada lana (producto del cual dependía la economía isleña) por recursos pesqueros, mineralógicos e hidrocarburíferos. El desafío: o modernizaban la economía de las islas o indefectiblemente terminarían cayendo en manos de los argentinos…. y sin tirar un solo tiro. Los resultados de las misiones fueron más que esperanzadores. En un informe publicado en 1977 y bajo el título Prospecto sobre el desarrollo de hidrocarburos se señalaba que si bien no se había podido comprobar la existencia de petróleo, sí se había detectado en el mar la presencia de cuencas petroleras con alto potencial. Sobre la disputa de soberanía con nuestro país, esto decía el informe: “En defecto de un acuerdo, si las Islas Malvinas fuesen británicas entonces podrían otorgar licencias sobre áreas fuera de la disputa. [No obstante] Se recomienda que ningún paso sea adoptado para explotar el petróleo hasta que el problema argentino sea resuelto.”
En 1982, la OTAN con el Reino Unido a la cabeza más la imprescindible ayuda francesa y estadounidense, resolvieron el “problema argentino”. Treinta y cuatro años más tarde, la Corona cosecha los frutos sembrados en los ‘70 y ‘80. Los técnicos y empresarios petroleros británicos, estadounidenses, kelpers, etcétera, que desde hace décadas vienen estudiando la zona, ratificaron una semana atrás la presencia de petróleo en cantidades comercialmente explotables. Shell y su primer pozo exploratorio de 1998 fue pieza clave del hallazgo. Y avanzan. Pocos días atrás, los equipos petroleros que operan ilegal e ilegítimamente en el off-shore malvinense fueron convocados por la Corona. El Foreign Office desea conocer en detalle las inversiones requeridas para planificar y optimizar la extracción petrolera prevista para 2016. Hasta el momento, nada los detiene, ni acá ni en ninguna parte. La misma alianza yankee-franco-británica que nos extirpó las Malvinas en 1982, hoy celebra la apropiación del petróleo libio. El mensaje (y el accionar) colonialista del ’82 –que a este cronista le recuerda un pasaje clave y emotivo de la película Avatar– es igual al de 2011: “Podemos tomar y llevarnos lo que se nos antoje. En Malvinas, en Libia, como en cualquier otra parte del mundo.” Y que me disculpe el lector recurrir a la ficción para un tema tan caro al sentir nacional, pero no de otra cosa merecen calificarse al colonialismo y a la piratería en pleno siglo XXI. De nosotros depende convertirla en realidad.
PETRÓLEO EN MALVINAS.
La capacidad exploratoria off shore de las Islas Malvinas ronda un área de 500 mil km2, 50% mayor que la superficie de los campos petroleros británicos en el Mar del Norte. Cuatro son las cuencas sedimentarias con potencial petrolero que rodean a las islas, de las cuales una, la Cuenca Norte (CN), ha arrojado resultados positivos. Efectivamente, entre 2010 y 2011 dicha cuenca recibió el 90% de las perforaciones efectuadas por las operadoras británico-kelpers en el archipiélago.
Asimismo, de un total de nueve pozos realizados en la CN, seis se concentraron en una zona de apenas 90 kilómetros cuadrados (casi la mitad de la Capital Federal), 200 kilómetros al norte de las islas y a una profundidad de 450 metros. ¿Cuánto petróleo encontraron? Según el comunicado oficial de la empresa Rockhopper Exploration, el yacimiento Sea Lion presenta un volumen de 350 millones de barriles, esto es, un volumen técnicamente recuperable luego de aplicado un factor de recuperación del orden del 30%. La extracción demandaría una inversión de 2000 millones de dólares y comenzaría en 2016. Sin embargo, estimaciones de las mismas empresas permiten inferir mejores resultados. Por un lado y según informaciones previas de RE, un escenario máximo de extracción rondaría los 434 millones de barriles. Y por el otro lado, se espera que el Complejo Sea Lion (SLMC) –del que el pozo descubridor forma parte– aún dé para mucho más: 608 millones de barriles en el menor de los escenarios. ¿Qué significan estas cantidades? Tomando en consideración los datos de producción y consumo del último informe de la BP (2011), la Argentina acrecentaría su escaso horizonte de reservas comprobadas de seis a 8-9 años, mientras que el Reino Unido se ahorraría importaciones de crudo por siete años, con un ahorro (al precio actual del barril) equivalente a 60.800 millones de dólares. Si al Complejo Sea Lion se le suman las zonas aledañas, el escenario mínimo pasa de 608 millones de barriles a 910 millones, esto es, un 36,4% y 32,5% de las reservas comprobadas de la Argentina y el Reino Unido respectivamente.
DE AVATAR A NÉSTOR Y CRISTINA.
Mr. Andrew Rosindell, representante del gobierno kelper en el Parlamento, calificó de “magnífica” la celebración del 30º aniversario del Falkland’s Victory prevista para 2012, movida cuya organización depende del Ministerio de Defensa británico, el gobierno kelper y el Foreign Office. Luego de tan aristocrática valoración, Rosindell mostró sin tapujos la hilacha imperial, al advertirnos que tal iniciativa “enviará un mensaje a Buenos Aires [sent a message to Buenos Aires] que Gran Bretaña no dejará a las islas desprotegidas”. En el momento medular de la película Avatar, en la antesala de la gran batalla por la liberación del pueblo oprimido, el líder de los nativos invadidos por la fuerza de ocupación extranjera arenga a su tropa: “La gente del cielo nos ha enviado un mensaje: que ellos pueden tomar cualquier cosa que deseen. Y que nadie puede detenerlos. Muy bien, ahora nosotros les enviaremos un mensaje a ellos: … les mostraremos a la gente del cielo, que no pueden tomar lo que sea que se les antoje! ¡Y que esta… esta es nuestra tierra!” Aquí, las palabras del líder y héroe Jake Sully. El nuestro, Néstor Kirchner, llamó a la población en 2005 a un boicot contra Shell. Poco después y como anfitrión de la Cumbre de las Américas en 2005, le espetó en la cara a George Bush: “No nos gusta que nos vengan a patotear en nuestra casa.” El ALCA fue ferozmente derrotado por los nativos en Mar del Plata. Fue ese mismo Kirchner quien, en 2007, envió sendos mensajes a los piratas británicos al cancelar los contratos petroleros de 1995 y emitir la Resolución 407. Cristina Fernández sigue igual camino. En primer lugar, el Decreto 256; y en segundo lugar, su permanente llamado a la “potencia colonial” a sentarse a dialogar con la Argentina, llamado que como era de esperar no sólo ocupó buena parte de su alocución en la reciente 66a sesión de la ONU, sino que además incluyó por primera vez en discursos de este tenor, el anticipo de una nueva sanción (revisión del acuerdo de vuelos de Lan entre Punta Arenas y Malvinas) en caso de continuar la intransigencia británica.
¡FUERA DE LIBIA, FUERA DE MALVINAS! ¡FUERA SHELL DE ARGENTINA!
Pero lamentablemente, la historia demuestra que para los británicos tales procederes son pura ciencia ficción, como en Avatar. Dejar atrás la película para pasar a la vida real implica tomar conciencia del siguiente hecho: la OTAN invasora del ’82 y que nos impuso un gobierno ilegal e ilegítimo en Malvinas, es la misma que hoy invade Libia e intenta imponer un gobierno ilegítimo e ilegal al pueblo libio. La misma que bombardea a su población con uranio enriquecido; la misma que cargó de ojivas nucleares sus buques en 1982. Porque la seguridad nacional argentina y unasurina está en juego, la desidia colonialista no deja otra opción que pasar a la contraofensiva, aplicando sanciones económicas a los activos británicos en la Argentina. ¿Para cuándo un nuevo llamado presidencial a boicotear a Shell, como se dijo, pieza clave de la usurpación petrolera en ciernes? ¿Hasta cuándo el patoteo en nuestra propia casa? Porque de lo contrario y para 2016, nos estarán despojando de unos 120 mil barriles diarios o el equivalente al 18% de lo que producimos por día y a escala nacional. Y esto, queridísimo lector, no es ninguna fábula. En fin, es hora que el imperialismo estadounidense y europeo reciban un nuevo mensaje del pueblo argentino: ¡La defensa de nuestra tierra no es ciencia ficción. Es un hecho! ¡Fuera de Libia, fuera de Malvinas! ¡Fuera Shell de la Argentina
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http://tiempo.elargentino.com/notas/piratas-las-islas-malvinas-%C2%BFuna-ficcion-o-cruda-realidad
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