Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 11 de Septiembre de 2011
Por Gabriel Mariotto
Por Gabriel Mariotto
Titular de AFSCA.
La corporación mediática concentrada, pese a todos los esfuerzos editoriales realizados a lo largo de meses, (...) no logró aglutinar detrás de su estrategia antigubernamental a las grandes mayorías.
Quienes alguna vez interpelamos a la política desde la academia especializada en comunicación y luego intervenimos en sentido contrario, aunque siempre militante, interpelando a la comunicación social desde la dimensión política y la gestión pública, no podemos obviar el siguiente principio: los dispositivos mediáticos, sobre todo cuando actúan en forma oligopólica, tienen una probada capacidad de disciplinar al conjunto de la sociedad, tanto en el ámbito de las decisiones ciudadanas como a partir de cortezas más profundas de la conciencia y del imaginario popular, instalando tendencias y hasta sentidos éticos y estéticos.
Sin embargo, y como todo principio en el campo que nos ocupa, que es el de las representaciones simbólicas, su vigencia es relativa y sobre él actúan elementos contextuales, a veces previstos, otras no, pero siempre de indudable impacto.
En orden al tópico que nos ocupa, esa suerte de excepción a la regla se registra casi en términos de ecuación: las posibilidades reales de todo aparato comunicacional como inductor de decisiones colectivas de carácter político institucional (elecciones y manifestaciones expresas de consenso o de rechazo, entre otras) son inversamente proporcionales a la contundencia con que irrumpen sobre el escenario tangible los actores más dinámicos en el debate, e interpretes de las corrientes profundas que se transforman en voluntad soberana del pueblo.Es esa la ecuación que explica, en última instancia, por qué la corporación mediática concentrada, pese a todos los esfuerzos editoriales realizados a lo largo de meses, y en torno a las más diversas materias, no logró aglutinar detrás de su estrategia antigubernamental a las grandes mayorías, las que, el 14 de agosto último, aclamaron con el sufragio primario la candidatura para un nuevo mandato de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Primero Néstor Kirchner y en la actualidad la jefa de Estado se constituyeron ante los argentinos y las argentinas como los mejores intérpretes de esas corrientes profundas devenidas en voluntad soberana del pueblo, porque leyeron las demandas sociales de transformaciones profundas y actuaron y actúan en consecuencia, con el despliegue de políticas públicas inclusivas y de crecimiento con equidad, soberanía y justicia más contundentes desde aquella gesta del proyecto nacional, inaugurado el 17 de octubre de 1945.
Para comprender la interactuación que hoy registran el ámbito mediático y el campo político sólo basta leer la realidad desde una clave muy fácil de escribir, y de recordar: Cristina Fernández de Kirchner.
Publicado en :
http://tiempo.elargentino.com/notas/clave-es-cristina
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