Publicado por Tiempo Argentino el 10-03-12
William Engdahl es consultor en estrategia de riesgo, investigador y conferencista.
Es uno de los más convocados analistas internacionales en conyuntura política y desarrollo económico vinculado al petróleo, energía y agricultura.
El historiador germano-estadounidense William Engdahl se destaca por ser uno de los principales analistas geopolíticos a nivel mundial. Ha escrito una frondosa cantidad de artículos, ensayos y libros en la materia. Entre estos últimos destaca A Century of War. Quien se haya internado en sus páginas -traducidas al alemán, francés, ruso, chino y portugués- descubrirá que dedica muchas de ellas a la Guerra de Malvinas. Su opinión, fundamentalmente en lo pertinente a los móviles que llevaron a Thatcher a escalar el conflicto y provocar la confrontación armada, así como la sospechosa visita de un tal Enders a Buenos Aires en marzo de 1982, resultan más que interesantes y sugestivas. Vaya la opinión de tan notable investigador.
Federico Bernal -En la página 186 de su libro A Century of War (2004), usted dice: “En abril de 1982, la primer ministro Thatcher señaló en la Cámara de los Comunes que “Gran Bretaña no va a vacilar en usar la fuerza para reconquistar las Islas Malvinas en las desoladas aguas del Atlántico Sur frente a la costa argentina.” En su opinión, ¿cuál fue el verdadero motivo de la confrontación militar de Thatcher con la Argentina?
William Engdahl -La Guerra de Malvinas/Falklands de 1982 fue un capítulo extravagante de la historia colonial. Si bien el gobierno argentino de Galtieri estaba amenazado por Gran Bretaña, por lo que inició la ocupación de las islas en disputa y justificadamente (luego de años de infructuosos intentos de negociación), la respuesta del gobierno británico de Thatcher, que contaba con pleno respaldo de la administración Reagan, fue tan desproporcionada que uno se debería plantear cuál era el verdadero motivo de la lucha para la nación europea. La Armada Británica llamó a la acción Operation Corporate (operación corporativa). Fue la operación anfibia más importante desde el desembarco de Inchon en 1950; se trató de una cadena estratégica de más de 7.000 millas y un área de combate invernal a 3.300 millas de la base amiga más cercana, en la Isla Ascensión.
F.B. -En la misma página usted afirmó que “la intención británica era desencadenar una crisis que colocara todo el poderío militar de la OTAN en respaldo del pago de la deuda del Tercer Mundo”. ¿Esto significa que la guerra fue provocada por los intereses financieros británicos? ¿Alguna otra razón?
W.E. -Se debe concluir que la abrumadora respuesta británica descripta antes, tenía el propósito de enviar en ese momento una señal tajante a todos los países deudores de América Latina en el sentido de que el poder reside en el Norte, no en el Sur. Los indicios sobre la existencia de grandes cantidades de petróleo y gas alrededor de las islas Malvinas fueron tal vez un factor en ese momento, quiero decir, que podrían haber contribuido a la decisión de responder al 2 de abril con el uso de la fuerza, pero creo que fue un móvil de orden secundario. De todas maneras, cabe aclarar que una vez concluida la guerra y restablecidas las relaciones diplomáticas, en septiembre de 1995, ambos países firmaron un acuerdo para promover la exploración de petróleo y gas en el Atlántico sudoccidental.
F.B. -En la página 186, Ud. dice “Gran Bretaña casi pierde [la guerra] debido al despliegue argentino de misiles Exocet franceses”. ¿Podría darnos más detalles sobre esta afirmación?
W.E. -Los franceses le habían vendido a la Argentina sus avanzados misiles Exocet. Analistas militares de la guerra admiten que, a pesar de las defensas AAW (lucha aire-aire) de alta tecnología con que contaba la tripulación y del uso parcialmente exitoso de los Sea Harriers para la defensa aire-aire de la flota, la Armada británica siempre se quedaba a la defensiva frente al poderío aéreo argentino. Los aviones de combate argentinos bombardearon aproximadamente el 75 % de los buques británicos de superficie; sólo tres buques de guerra británicos (un destructor y dos fragatas) y dos buques de desembarco fueron hundidos o seriamente dañados por las bombas.
F.B. -¿Entonces?
W.E. -Los únicos otros barcos británicos hundidos, un destructor y un buque de suministros, fueron alcanzados por misiles Exocet. En retrospectiva, dado el enorme despliegue británico, quizás no sea totalmente exacto decir “casi pierden”, pero los ataques aéreos argentinos que utilizaron Exocets causaron daños importantes a las fuerzas británicas.
F.B. -En la página 187, Ud. hace una comparación entre la visita de Thomas Enders a Buenos Aires (en marzo de 1982) con una visita o encuentro clave en el desencadenamiento de la primera Guerra del Golfo. ¿Puede explicarnos con más detalle esta hipótesis?
W.E.-Los círculos de influencia alrededor de Thatcher durante aquel verano de 1982, cuando ya se presuponía que los países deudores latinoamericanos estaban a un paso de explotar y de no poder hacer frente a sus deudas, eran los siguientes: el secretario de Estado Alexander Haig, el vicepresidente George Bush y el director de la CIA William Casey. Era la Administración Reagan la que comenzó a preparar un “ejemplo” a ser dado a los países deudores que pudieran llegar a considerar el no pago de sus deudas a los principales bancos estadounidenses y británicos. En este sentido, se explica la visita de Thomas Enders en marzo de 1982 a Buenos Aires. Aparentemente, tal visita incluso se había mantenido en secreto al mismísimo Reagan.
F.B. -¿Y qué dijo Enders a la Junta?
W.E. -Su misión fue la de asegurar al gobierno argentino que Estados Unidos no participaría en la disputa de la soberanía con Gran Bretaña. Esta suerte de “reaseguro” fue considerada por el gobierno de Galtieri como una “luz verde” de Washington a proseguir con sus planes alternativos ante el fracaso de las negociaciones. A mí particularmente, la misión Enders me recuerda los mismos “reaseguros” que el Embajador estadounidense brindó al Irak de Saddam Hussein en julio de 1990, algunos días previos a la invasión de Kuwait. De hecho, existían ciertos círculos conservadores en Washington que estaban en un todo de acuerdo con la política del Foreign Office. Durante aquel mes, la Argentina fue conducida (término en inglés: maneuvered) a una acción que diera un pretexto para la acción militar británica.
F.B. -¿Por qué el Reino Unido está tan interesado en las Islas Malvinas? ¿Cuáles son las cuestiones en juego y las razones geopolíticas ahora, 30 años después de la guerra de 1982?
W.E. -Hoy en día, dados los recientes descubrimientos de grandes depósitos de petróleo cerca de las costas de Brasil, el control de lo que claramente son reservas enormes de petróleo y gas por parte de intereses británicos o estadounidenses está jugando un papel clave. No tanto para desarrollar la energía sino para controlarla.
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