Por Lido Egisto Iacomini
23 de Julio 2025
Realizado ante la Comisión del Senado de los EEU, el discurso del Embajador Lamelas, apenas
designado por el Presidente Donald Trump, resultó un libelo inadmisible por lo ofensivo para
nuestra soberanía y la dignidad nacional, insólito para un diplomático en tiempo de paz y
atrevido en su nivel de injerencismo, jactancioso de cumplir un papel en la persecución y
condena a la ex presidente argentina CFK a la vez de descarado al declarar que viene a
presionar por la continuidad en el llamado caso Nisman por presunto asesinato.
Confiesa sus propósitos de relacionarse de manera directa con los gobernadores provinciales,
pasando por encima de la institucionalidad del país, como si se tratase de un país balcanizado,
trás el negocio de apropiarse de los Recursos Naturales a como dé lugar. Viene a compartir la
“corona” con el virrey Milei.
Tampoco oculta el objetivo principal de su gestión y lo declara: lograr que Argentina corte sus
vínculos económicos y políticos con China Popular, enemigo principal de los EEUU y principal
protagonista del flujo comercial (ida y vuelta) de nuestro país en el mundo.
Esta escandalosa pretensión cínica y públicamente expresada, es decir una presión a cielo
abierto, bastaría por sí misma para rechazar la entrega de credenciales por parte de Lamelas, a
la vez que exigir explicaciones al gobierno norteamericano. A un día y algo más de producidos
estos incidentes, sólo un puñado de dirigentes políticos ha expresado su repudio. Juan Grabois
tomó la delantera entre ellos. Estamos a la espera que Cristina, fuertemente implicada en sus
dichos, se pronuncie antes de terminar el miércoles 23. A su estilo y con fuerza.
Lo que sí se ha producido ya, es una declaración oficial de la Cancillería china. Fuerte y a los
bifes, no guarda el estilo mesurado que la caracteriza sino que es detallado y contundente, lo
que pone de relieve la enorme importancia geopolítica que le otorgan a la provocación
norteamericana. Hablan de “resurgimiento de la doctrina Monroe” y de prejuicios ideológicos
propios de una mentalidad de “guerra fría” y llama a no convertir a la Argentina en “campo de
batalla” de los intereses de las grandes potencias. Pareciera que Milei y su gobierno buscan los
contrario. Su compromiso con Israel, envuelta en el genocidio contra Gaza, nos convierte
voluntariamente en blanco de represalias como las que experimentamos en tiempos de
Menem. Los atentados de la Amia y el atentado terrorista que segó la vida de Menem junior
son claras muestras de las consecuencias de meter la nariz donde no nos compete.
En este caso es al revés. No debemos permitir que vengan los yankys a meter sus narices y
decirnos con quien podemos o no ser amigos o comerciar. No debemos ser patio trasero de
nadie. Hay que exigir el rechazo a las credenciales del embajador enviado por Marco Rubio y
por Trump. No a Lamelas ni a lamerlas.
Argentina se convierte en un blanco estratégico de la potencia norteamericana en un
momento en que Brasil y Lula se fortalecen, Uruguay retornó a un gobierno del Frente Amplio
mientras Chile vira más a la izquierda inclinándose por una candidata comunista.
especial para Nuestro diario en Buenos Aires.2025
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