Arriba: El viejo y simpático Chapulín está empezando a jugar en las ligas mayores...
Arriba: el simpático y desdibujado héroe sureño se está convirtiendo en un adversario real.
La soberbia del imperio
La detención de Evo en Europa es una
violación a los más básicos principios de inmunidad presidencial. En la
semana fuimos testigos de una contundente muestra de incumplimiento del
derecho internacional, sufrida por el Presidente Evo Morales, cuando la
ruta de su vuelo se aprestaba a atravesar el espacio aéreo de Francia,
España, Italia y Portugal. Las sospechas infundadas de que el avión
presidencial estaría transportando al prófugo estadounidense, y ex
empleado de la CIA, Edward Snowden, resultaron falsas y grotescas. La
detención de Evo en territorio europeo, sin posibilidad de regresar a su
país, constituye una violación flagrante a los más básicos principios
de inmunidad presidencial.
En la semana fuimos testigos de una
contundente muestra de incumplimiento del derecho internacional, sufrida
por el Presidente Evo Morales, cuando la ruta de su vuelo se aprestaba a
atravesar el espacio aéreo de Francia, España, Italia y Portugal. Las
sospechas infundadas de que el avión presidencial estaría transportando
al prófugo estadounidense, y ex empleado de la CIA, Edward Snowden,
resultaron falsas y grotescas. La detención de Evo en territorio
europeo, sin posibilidad de regresar a su país, constituye una violación
flagrante a los más básicos principios de inmunidad presidencial. En
este sentido resultó contundente la declaración de “indignación y
profundo rechazo” de la UNASUR, por “hechos que constituyen actos
inamistosos e injustificables que, además han puesto en serio riesgo la
seguridad del Jefe de Estado boliviano y la de su comitiva”. Una vez
más, los gobiernos y pueblos del continente unidos enfrentaron con
firmeza y determinación, este acto imperial de las potencias
capitalistas.
Lo ocurrido también representa una muestra de la profunda
subordinación de los países europeos a los designios de los grandes
poderes mundiales de la época, a pesar de las contundentes evidencias de
que la inteligencia norteamericana habría estado espiando a los propios
países de la vieja Europa. En el fondo, se trata de la misma
subordinación a las grandes corporaciones capitalistas, que con Estados
Unidos como epicentro estratégico y excluyente del poder mundial;
conforma una lógica bajo la cual los otros países centrales acatan y
obedecen como si fueran accionistas minoritarios de un grupo empresario.
El trasfondo de la situación expresa un profundo desprecio y una
discriminación abierta hacia las naciones que no comulgan con el núcleo
duro de poder global, y que han decidido adoptar una postura
independiente.
Por su parte, y tal como ocurre con cada aparición controversial de
Estados Unidos en el ámbito de la diplomacia internacional, algunos
medios de comunicación y analistas locales dieron gala, una vez más, de
una clarísima actitud seguidista y de sumisión, que los muestra de
cuerpo entero consustanciados con la línea de pensamiento y los
intereses del “hegemón”. De hecho, en la edición impresa del último
miércoles del diario La Nación aparece una nota titulada “Los riesgos de
provocar a Estados Unidos”.
Un título amenazante que intenta poner de relieve supuestos costos asociados a la búsqueda de cualquier camino soberano.
Estas manifestaciones de la prensa de derecha no deben extrañar,
teniendo en cuenta que en esta puja de intereses resulta natural que
estos sectores busquen retornar, aunque no lo confiesen, a las
“relaciones carnales” del menemismo.
En este sentido, la denominada “vuelta a los mercados financieros”,
constituye uno de los caballos de batalla de algunos medios y conocidos
“expertos” neoliberales, que se animan a hablar de un supuesto “fin de
ciclo”, debido a que “la deuda pública total subió por primera vez desde
2002”. Para ello utilizan intencionadamente la medida de la deuda
pública total como porcentaje del PIB, que creció del 41.8% en 2011 al
44.9% en 2012. No es la idea ingresar en el frío terreno de las
estadísticas, aunque resulta imprescindible señalar que el número
verdaderamente importante no es el de la deuda pública total, sino el de
la deuda que está en manos privadas, ya que en la deuda total hay
tenencias en poder de instituciones del sector público (ANSES, BCRA,
etc.), y que, si hiciera falta, el Estado puede refinanciar. Hecha esta
salvedad, registramos que la deuda pública, o sea la exigible, con
acreedores privados, organismos internacionales y países extranjeros
cayó del 19.7% al 18.8%, lo cual deja saldada la discusión en torno a lo
numérico.
No obstante, en este crucial tema de la deuda vale la pena poner
sobre la mesa otras cuestiones que suelen ser pasadas por alto,
deliberadamente, para evitar exponer las virtudes asociadas a la senda
del desendeudamiento que viene llevando a cabo con éxito el gobierno
nacional. Una de ellas relacionada directamente al reparto de la
riqueza, se vincula al hecho de que la reducción de la deuda ha
permitido destinar menos recursos del presupuesto para pagar intereses y
muchos más para hacer frente a una amplia variedad de necesidades
sociales, como ocurre por ejemplo con las asignaciones por hijo y
embarazo, incrementos jubilatorios, crecimiento de los recursos a la
educación, la ciencia y la tecnología. Por otro lado, eventos como la
cancelación de la deuda con el FMI son un contundente ejemplo de
recuperación de autonomía nacional, desde una perspectiva favorable a
nuestro pueblo, y sin estar sujetos a las escandalosas presiones de las
corporaciones financieras, como ocurría en otros tiempos, situación que
ahora sufren los pueblos de Europa.
El episodio con el avión de Evo y los cantos de sirena de aquellos
que anhelan retornar a la senda del endeudamiento y las devaluaciones
constituyen dos caras de la misma moneda y muestran las brutales
presiones con las que los gobiernos de la región se seguirán topando, en
este sinuoso pero necesario camino de construcción de soberanía
política y económica, en dirección a seguir mejorando la realidad de los
pueblos de “Nuestra América” y la vida de sus ciudadanos.
Nuestro hermano y querido Presidente de Bolivia ha sido víctima de
una burda operación política de la gran potencia hegemónica, por ello
vale la pena recurrir una vez a las enseñanzas de la historia.
Desde esa perspectiva, aprendemos que cuando los imperios potencian y
desnudan sus rasgos y conductas más inmorales, oscurantistas y
violentas, lo que emerge tras las brumas es su decadente senilidad. En
cambio, la América de Evo Morales simboliza lo joven, preñado de futuro.
Publicado en:
http://www.infonews.com/2013/07/05/mundo-84572-hegemonismo-norteamericano-y-americanismo-soberano.php
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