Lunes 26/08/2019
El viernes, cuando Steve Liesman de CNBC estaba entrevistando al nuevo economista jefe del FMI, Gita Kopinath, le sugerimos que preguntara cuál es el plan del FMI para Argentina ahora que el país enfrenta lo que parece ser otro incumplimiento de bonos.
Hey @steveliesman can you ask the IMF chief economist what their Argentina plan is now.— zerohedge (@zerohedge) 23 de agosto de 2019
Y aunque de hecho Steve hizo esa pregunta, no recibió una respuesta directa por una simple razón: el FMI no tiene idea de lo que hará ahora que se enfrenta a una pérdida histórica en su último y mayor rescate de $ 56 mil millones a Argentina, que se completó hace menos de un año, en septiembre de 2018.
Se pone peor: no sólo el FMI tiene que luchar para preservar su rescate y credibilidad actuales, habiendo hundido miles de millones en un país que humilló al FMI a principios de siglo cuando incumplió el último. El fondo monetario debe decidir si sigue inyectando dinero en una nación que muchos creen que pronto incumplirá con sus obligaciones extranjeras, y el FMI, nuevamente, después de que el presidente Mauricio Macri acaba de ser derrotado por la oposición populista en una votación primaria a nivel nacional, después de su programa respaldado por el FMI, basado en mucho en la odiada austeridad presupuestaria y las tasas de interés más altas del mundo, no lograron sacar a la economía de la recesión. Lo que sucedió después, como informamos hace dos semanas, fue una caída del 20% en el peso y un colapso en los bonos del gobierno, lo que empujó el riesgo implícito de incumplimiento por encima del 80%.
Fue en este contexto extremo que los delegados del FMI llegaron a Argentina el sábado y, como informa Bloomberg, inmediatamente comenzaron a reunirse con los encargados de formular políticas, enfrentando una opción deja vu de hace dos décadas: arriesgarse a empeorar la crisis al retener una cuota de $ 5.3 mil millones del próximo mes, o no la retenga, y arriesgue aún más pérdidas con el programa de rescate del FMI al borde del colapso.
Los secuaces del FMI también tienen que descifrar los planes económicos del jefe de la oposición Alberto Fernández, quien encabezará un gobierno menos favorable al mercado en unos pocos meses, un resultado que el FMI claramente ni una sola vez consideró cuando "ofreció" el régimen de Macri decenas de miles de millones en préstamos a cambio de términos draconianos que volcaron la opinión pública en su contra en solo unos pocos meses. Y aunque todavía faltan dos meses para las elecciones, y los milagros ciertamente pueden suceder, la derrota primaria de 15 puntos de Macri ha llevado a los analistas a descartarlo como un pato cojo.
"El FMI ha invertido mucho, no solo dinero, sino prestigio", dijo Héctor Torres, ex director ejecutivo del Fondo que representó a los países sudamericanos. "El hecho de que el acuerdo no esté funcionando bien en este momento es una vergüenza", dijo. Y la entrega de septiembre "será una decisión difícil".
Si el FMI decide tirar dinero bueno después del malo, puede justificarlo señalando lo que hasta hace poco fue al menos un éxito modesto: Argentina estaba en camino de cumplir el objetivo del FMI de equilibrar el presupuesto este año (excluyendo los pagos de intereses) . Por supuesto, la razón por la cual el país se desempeñó como se esperaba también es la razón por la cual Macri ahora está saliendo, y la participación del FMI en la economía y la política argentina ha logrado unir a la población local en su odio a ellos a pesar de cualquier otra diferencia.
El Fondo puede citar ese desempeño en la primera mitad del año como motivo para entregar el pago del próximo mes, según Priscila Robledo, economista de América Latina de Continuum Economics en Nueva York. "Eso es lo que creo que será la justificación:" No pasó nada a finales de junio, estamos bien ", dijo.
Esto también se conoce como la estrategia de enterrar la cabeza del avestruz en la arena, que funciona muy bien ... hasta que Argentina "inesperadamente" anuncia que está incumpliendo una vez más.
Lo que el fondo no citará es el desempeño económico de Argentina, ya que las expectativas del PIB se han derrumbado bajo la supervisión del FMI, como lo muestra el siguiente gráfico de Bloomberg.
Y luego están los intentos del FMI por dominar la inflación argentina. No hace falta decir que han fallado lamentablemente.
Otra razón por la cual el FMI tendrá cuidado de cómo hacer girar su "éxito" hasta la fecha es que incluso Macri parece haber renunciado al cumplimiento. Desde la votación adversa, el gobierno de Macri ha comenzado a aflojar agresivamente la política de ajuste, en contra de las órdenes del FMI. Congeló los precios del combustible y aumentó los subsidios, en un esfuerzo por proteger a los argentinos más pobres, ya que la última caída del peso amenaza con impulsar la inflación aún más.
"El Fondo podría decir que su evaluación en el futuro es que no se cumplirán", dijo Daniel Marx, un "experto" argentino que negoció con el FMI hace dos décadas como secretario de finanzas del país y ahora dirige la compañía de investigación “Quantum Finanzas” Buenos Aires. En ese caso, "el desembolso podría estar en riesgo". También pondría al FMI al borde de pérdidas por miles de millones, financiadas principalmente por los contribuyentes estadounidenses que tendrán curiosidad por saber por qué su dinero es demandado para perpetuar la incompetencia bruta del FMI.
El banco central también podría incumplir los objetivos del FMI, ya que quema dinero en efectivo para defender el peso, dijo Marx. "Ahora que están comenzando a intervenir en los mercados spot, eso podría afectar las reservas netas". Mientras que la semana pasada, el banco logró estabilizar los mercados de divisas y bonos, la deuda de referencia de Argentina se negocia por debajo de 50 centavos por dólar, una bandera roja para el Fondo que se da cuenta de incumplimiento cuando lo ve.
No importa cómo lo haga girar el FMI, incluso una mirada superficial al desempeño económico de Argentina durante el año pasado confirma que la intervención del fondo solo ha empeorado el desastre.
Como señala Bloomberg, el FMI tiene criterios especiales, que ajustó después de la crisis griega, para préstamos gigantes como el que obtuvo Macri, y el cumplimiento se reevalúa en cada revisión. Dos de ellos son clave para Argentina en este momento: el Fondo debe estar satisfecho de que la deuda de un prestatario sea sostenible y que tenga buenas perspectivas de acceso al capital privado.
A juzgar por los mercados, Argentina seguramente no alcanzará esos puntos de referencia. Eso abre una gama de posibilidades, que incluyen lo que el FMI llama "modificación de perfil", una extensión de los vencimientos de la deuda a la griega, con pocos otros cambios, o el tipo de reestructuración negociada por el Fondo para Ucrania en 2015, que también incluyó recortes.
En un giro divertido, Fernández, quien anuncia su experiencia trabajando con el FMI como jefe de gabinete en los años posteriores a la crisis de 2001, insiste en que no habrá repetición. "No hay posibilidad de que Argentina caiga en incumplimiento si soy presidente", dijo el miércoles. Bueno, sí: uno probablemente no esperaría que admitiera que su primera acción como presidente será empujar al país a otro incumplimiento soberano.
Preparándose para lo peor, el FMI ya ha abierto canales para el líder de la oposición, incluidas reuniones con los asesores Matias Kulfas y Cecilia Todesca, y esos contactos se profundizarán a partir de esta semana. Nada de eso tendrá ningún impacto en el resultado final, y explica por qué Fernández ha sido impreciso acerca de los compromisos políticos y dice que las conversaciones con el FMI son responsabilidad de Macri mientras es presidente. La conclusión es simple: el jefe de la oposición ha dicho que el programa debe ser revisado para permitir que Argentina vuelva a crecer. De lo contrario, un incumplimiento es inevitable.
"La primera solicitud de Fernández será la reprogramación", dijo Patrick Esteruelas, jefe de investigación de EMSO Asset Management en Nueva York. Si no se puede llegar a un acuerdo, "los tenedores de deuda del sector privado tendrían que tomar algún tipo de recorte".
Pero mientras los acreedores se verán afectados, serán los ciudadanos argentinos comunes los que serán aplastados:
Los argentinos comunes también tienen recuerdos traumáticos de programas fallidos del FMI. Muchos culpan al Fondo por el colapso épico de hace dos décadas, una razón por la cual la decisión de Macri de ir al FMI el año pasado fue tan arriesgada.
Por supuesto, el peor de los casos no tendrá precedentes ya que la nación latinoamericana ya tiene una ilustre historia de saturación del FMI: a fines de 2001, después de una serie de objetivos presupuestarios incumplidos y préstamos del FMI relanzados, el gobierno anunció que estaba preparándose para reestructurar la deuda. Los argentinos se apresuraron a ir a los bancos para sacar su dinero, descubriendo que sus depósitos habían sido congelados por las autoridades, un evento conocido como el "corralito", un resultado similar a lo que sucedió en Grecia en el verano de 2015.
Una semana después, el FMI finalmente desconectó y declinó desembolsar más fondos. Estallaron protestas masivas que provocaron docenas de muertes. El sistema político se convulsionó, y cuatro presidentes se sucedieron en el espacio de un mes. A largo plazo, Argentina quedó congelada de los mercados mundiales durante más de una década, y millones vieron cómo se reducían sus ahorros.
Si bien algunos analistas confían en que esta vez será diferente, otros argumentan que con una acumulación aún mayor de desequilibrios, el resultado podría ser aún más devastador, especialmente cuando se considera la posibilidad de una transición prolongada del poder, algo que tradicionalmente resulta en una situación social de agitación en Argentina.
Habrá una brecha de cuatro meses entre las primarias del 11 de agosto y la juramentación de un nuevo gobierno. Y el Fondo tiene su propio vacío de liderazgo: Christine Lagarde, la jefa del FMI que firmó el préstamo de Argentina, está en tránsito hacia el Banco Central Europeo y no puede ser reemplazada por semanas.
El FMI está en apuros", dijo Esteruelas. "Me recuerda el dicho: si le debes $ 100 al banco, es tu problema. Si le debes al banco $ 100 millones, el problema es del banco ".
Después de dejar la economía argentina en un desastre y la reputación del FMI en ruinas, Christine Lagarde está lista para terminar su trabajo al hacerse cargo del BCE y hacer lo que mejor sabe hacer: destruir Europa de una vez por todas.
Publicado en inglés en:
https://www.zerohedge.com/news/2019-08-26/its-embarrassment-imf-faces-humiliation-billions-losses-argentina-braces-next
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