En la madrugada del 5 de febrero de 2014 ardió el depósito de archivos de Iron Mountain en Barracas. Se incineró documentación de más de 600 empresas, entre ellas bancos, constructoras, eléctricas y financieras.
Un año, demasiado extenso, demoraron en conocerse las pericias de la Policía Federal y el INTI que confirmaron la intencionalidad del fuego. En ese lapso, ni el gobierno de la Ciudad ni las compañías que perdieron miles de cajas entre los escombros se presentaron como querellantes ni hicieron juicio contra Iron Mountain.
Tanto Iron Mountain como buena parte de las firmas que archivaban en Barracas están investigadas por lavado de dinero y evasión. Además, existe un vínculo directo entre funcionarios porteños y beneficios de todo tipo a la empresa incendiada.
El Ejecutivo porteño tampoco realizó presentaciones judiciales, incluso sabiendo que debajo de uno de los muros colapsados del depósito perecieron ocho bomberos y dos rescatistas. Ni siquiera le prestó atención a un reporte de sus propios organismos de control, que alertaron al menos 15 veces sobre irregularidades en el local y hasta pidieron clausuras.
En paralelo, la mayoría de los medios de comunicación no le dieron trascendencia a la tragedia y tampoco indagaron en qué estaba guardado en Iron Mountain y por qué se quemó. Sin embargo, la intencionalidad del incendio abrió un resquicio en ese paraguas protector y dejó al descubierto la trama de encubrimiento político sobre un hecho que involucra a una empresa beneficiada por el gobierno PRO y que, directamente, está relacionado con los manejos del poder económico en la Argentina.
Cabe destacar que tanto Iron Mountain como buena parte de las firmas que archivaban en Barracas están investigadas por lavado de dinero y evasión. Además, existe un vínculo directo entre funcionarios porteños y beneficios de todo tipo a la empresa incendiada.
El fuego que intentó tapar el hecho, volvió a encenderse.
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http://www.infonews.com/2015/03/23/politica-191302-proteccion-politica-al-nucleo-del-poder-economico.php
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