La interna arde pero Scioli le baja el tono
No hace olas
Por Pablo GalandA cinco meses de las PASO que definirá los candidatos presidenciales que se medirán en octubre, la interna kirchnerista comenzó a levantar temperatura. Los cruces entre Daniel Scioli y Florencio Randazzo, la intensidad que van tomando las negociaciones en la conformación de listas a nivel nacional y provincial y la decisión de Cristina Fernández de no dar hasta el momento señales claras de respaldo hacia algún sector, son elementos que comienzan a poner impacientes a muchos del variopinto grupo de dirigentes que engloba el Frente para la Victoria. Los jirones que dejó el armado de candidatos de las PASO porteñas y la salida de Juan Carlos “Chueco” Mazzón, el gran armador peronista de los últimos veinte años, fueron señales que apuntaron a Scioli. Así las cosas, se reavivó un interrogante siempre latente: ¿en el universo K post 2015 hay un lugar reservado para el ex motonauta o con Cristina Fernández ya en el llano sólo quedarán con ella los kirchneristas de paladar negro?
Aquellas acciones del fin de semana que pudieron leerse como una ofensiva kirchnerista hacia el gobernador se detuvieron ahí e inmediatamente Cristina volvió a jugar a la equidistancia. En Ezeiza, en el acto de presentación del nuevo avión de Aerolíneas, la Presidenta repartió elogios para Scioli: “Pudo Daniel ir a supervisar la escuela secundaria y primaria que estamos haciendo en Tres de Febrero, Altos de Podestá”; para Randazzo: “Pudo Florencio traer el otro día los trenes”, y para el anfitrión Mariano Recalde, su candidato para las PASO porteñas: “Pudo Mariano llevar adelante esta empresa”. De todos modos, les recordó lo que se necesita para llevar adelante estas acciones: “Sepan todos los que quieran ser algo que para hacer estas cosas hay que decir que no”.
Fiel a su estilo, el gobernador bonaerense evitó las polémicas y aceptó sin chistar públicamente las decisiones tomadas en Balcarce 50. En ese río revuelto, el que no perdió tiempo fue Florencio Randazzo, quien volvió a ubicar a Scioli en el grupo de “los candidatos de las corporaciones”, junto a Mauricio Macri y Sergio Massa. Los que sí cruzaron al ministro de Interior y Transporte –alejándose del manual sciolista de evitar las polémicas– fueron las segundas líneas del gobernador, que lo acusaron, vía WikiLeaks, de mantener fluidas relaciones tanto con Clarín como con la embajada de Estados Unidos. El jefe de Gabinete bonaerense, Alberto Pérez, afirmó en su cuenta de Twitter: “Leyendo el libro Argenleaks de Santiago O’Donnell, encontré el doble discurso de Randazzo. El mismo doble discurso que tiene con el grupo Clarín. Por un lado mantiene reuniones ‘en secreto’ pidiendo que lo cuiden. En público los critica”, disparó. La respuesta del randazzismo llegó desde su jefe de Gabinete, Aníbal Pittelli: “No tenga duda que Scioli, Massa y Macri son los elegidos por el poder mediático”. También recordó que “todos los funcionarios públicos deben presentar su declaración jurada y Scioli no lo hace desde 2007”.
Con todo, en el sciolismo no leen estas críticas como una guerra abierta y lo ubican dentro del marco de tensión que genera toda etapa proselitista. “Esos no son golpes abajo del cinturón. No se compara con lo que le hacía Menem a Duhalde ni lo que decía Alfonsín de Angeloz. Lo importante es que los fondos que tienen que llegar a la provincia, llegan”, señala como dato irrefutable un miembro del gabinete provincial.
“Que el sciolismo salga a contestarle a Florencio es una señal clara de que empiezan a estar inquietos por su crecimiento”, asegura a Veintitrés un legislador kirchnerista de línea directa con la Rosada. De todos modos, la misma fuente rechaza cualquier posibilidad de que Scioli termine compitiendo en las elecciones por afuera de la estructura del Frente para la Victoria. “Es un escenario que de ninguna manera está en la cabeza de Cristina”, afirma.
Desde el kirchnerismo están convencidos de que la Presidenta esperará hasta último momento para dar un pronunciamiento –si es que decide darlo– sobre algunos de los precandidatos kirchneristas. “Va a postergar la decisión hasta lo que más pueda sin que eso genere una interna feroz entre todos los candidatos. Eso le permite seguir manteniendo el centro de la escena. Estamos a ocho meses de las elecciones generales y ningún otro presidente mantuvo la centralidad que hoy sigue teniendo Cristina. No la tuvo Menem, y mucho menos Alfonsín. Ese es un capital que hoy detenta y que sabe que se le va a empezar a escurrir desde el momento en que designe a un sucesor. Por eso va a postergar lo máximo que pueda esa definición”, aseguran.
La fuente sciolista coincide con el pronóstico y le agrega algún tinte psicológico-político. “Desde hace 26 años los Kirchner van hacia arriba. Es la primera vez que les toca ir hacia abajo. Ocuparon cargos de concejales, intendentes, diputados provinciales, gobernador y llegaron a lo máximo que es la presidencia de la Nación. No hay nada más arriba hacia dónde ir. Es lógico que no quieran perder el poder”, asegura. Incluso, descartan que el respaldo a Scioli, temprano o tarde, llegará: “Al día siguiente de las PASO”, dicen con picardía, atentos a que a esa altura Cristina ya estará jugada.
En el kirchnerismo aseguran que Cristina Fernández maneja tres alternativas posibles: dejar que vayan todos los que quieran ser candidatos a las PASO, que manifieste un respaldo acotado a alguno de ellos o que apoye abiertamente a uno. De las tres posibilidades, la fuente ve como más improbable la tercera y tiene que ver con las características que presentan los que hoy aparecen como mejor posicionados. “Si va a inclinarse por uno, está claro que lo tendría que hacer por Florencio, que es el que tiene más posibilidades de ganarle a Scioli en las PASO. Pero, sinceramente, Randazzo no garantiza mucho más que Daniel la continuidad del proyecto después de 2015”, afirma la fuente. Incluso, se anima a confiar más en las cualidades del gobernador: “Scioli no disputa liderazgos y dio muestras de que puede ser más maleable. En cambio Florencio es más pícaro y si bien hoy está claramente alineado con el proyecto, una vez en el poder y de acuerdo a cómo se dé la coyuntura política-económica puede alejarse de los principios kirchneristas con mayor facilidad que Scioli”, agrega. A su vez, los sciolistas garantizan que no pondrán mayores inconvenientes a la hora de disputar espacios. “¿Quiere poner el vice? Del presidente para abajo, lo que quiera, ministros, diputados senadores”, señala el vocero del gobernador.
A su vez, otro miembro del gabinete bonaerense enumera las muestras de lealtad de Scioli, que en su ranking superan a las de su inmediato competidor. “Daniel estuvo en todos los momentos que se necesitó. Él no anda propagandizando su lealtad. Su prioridad es hablar con la gestión. Todos nuestros logros en la provincia son los que hablan por él. Lo pueden criticar, pero el kirchnerismo siempre lo elige. Lo eligió Néstor como vice, después lo eligió como gobernador, y Cristina lo volvió a elegir. Cuando hubo que dar la cara en la derrota, el único que estuvo al lado de Néstor fue él, como presidente del PJ”. Incluso pone en tela de juicio la construcción randazzista de su cercanía con las corporaciones y los medios hegemónicos: “Cuando Daniel va a un evento de Clarín –eso que tanto se le criticó–, él lo hace público, no anda escondiéndose como hacen otros que en el discurso se enfrentan a las corporaciones pero después piden la escupidera. La provincia de Buenos Aires, por ejemplo, es la que más altos impuestos les cobra a los casinos. Y así con todas las áreas, no sólo incrementamos la cantidad de parques industriales, sino que a los empresarios les cobramos impuestos altos, esa es la forma de enfrentar a las corporaciones, no desde el discurso”, afirma.
En el medio de la disputa entre Scioli y Randazzo, el resto de los precandidatos kirchneristas aprovechan el escenario para diferenciarse de ambos y recuperar protagonismo. Desde su rol de jefe de Gabinete, pero sin abandonar sus deseos presidenciales, Aníbal Fernández buscó ubicarse por encima de las rencillas: “No voy a participar de este tipo de cosas, no voy a andar canibalizando a mis compañeros. No lo hice nunca. Si a ellos les gusta, que hagan lo que les parezca, tendrán todo su derecho y pagarán los costos cuando la sociedad se harte de escuchar estupideces respecto de los agravios hacia los otros”, afirmó el miércoles en el momento de mayor tensión entre el gobernador y el ministro. El gobernador entrerriano, Sergio Urribarri, recurrió a un atributo fundamental de todo peronista a la hora de considerarse el más apto para continuar el modelo: “Si la pelea es por quién es el más leal, no son ni Scioli ni Randazzo, el más leal es Urribarri”, aseguró desde la tercera persona del singular.
Ajenos todavía a las rencillas entre precandidatos, intendentes bonaerenses y gobernadores peronistas encuadrados en el pejotismo clásico, ven cada vez menos factible su ilusión de llegar a las PASO con todos juntos en una sola lista, tal como lo planteó un par de semanas atrás el vicegobernador Mariotto, con Scioli como presidente y Randazzo bajando a la gobernación de Buenos Aires. Pero en el kirchnerismo no sólo consideran improbable que eso suceda sino que también desde La Cámpora varios dirigentes de peso creen que lo mejor es jugar a perdedor para desde la oposición preparar el camino de un regreso triunfal de Cristina en 2019. Una jugada que otros dirigentes kirchneristas consideran demasiado riesgosa: “Si el PJ huele eso, inmediatamente le quita el apoyo a Cristina. El PJ nunca juega a perder. Menem intentó algo parecido cuando apostó a la derrota de Duhalde y desde ese momento perdió el apoyo de todo el aparato peronista”, señalan aquellos kirchneristas que no comulgan con esa estrategia. Un escenario que pondría demasiado incómodo a Scioli y sus sueños presidenciales.
Publicado en:
http://www.veintitres.com.ar/article/details/27620/no-hace-olas
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