Arriba: Eva Golinger, abogada, escritora e investigadora
La experta compara los últimos hechos de violencia en Caracas con el golpe de Estado contra Hugo Chávez de 2002.
–Tras los hechos de violencia desatados durante una manifestación
de la oposición, el oficialismo rapidamente afirmó que detrás de los
sucesos estaba Leopoldo López, ex alcalde de Chacao, quien en 2002 firmó
el Decreto Carmona, que suprimió las garantías constitucionales al
instaurarse el golpe de Estado. ¿Cuál es su opinión sobre estas
afirmaciones? ¿Ve alguna relación entre el golpe de 2002 y lo sucedido
el pasado miércoles?
–Hay un parecido bastante contundente entre los hechos actuales en
Venezuela y el golpe de Estado en abril de 2002 contra el presidente
Hugo Chávez. Por ejemplo, durante el golpe de 2002, los medios privados
de comunicación jugaron un papel principal, distorsionando los hechos y
sucesos en el país –a nivel nacional e internacional– para justificar
cualquier acción en contra del gobierno. En ese momento, se utilizaron
francotiradores para asesinar a chavistas y opositores en la calle
durante las manifestaciones, y luego fue todo manipulado para
responsabilizar al gobierno por el masacre. Hubo una condena inmediata
desde el gobierno estadounidense en contra del gobierno de Chávez basada
en esa mentira, y luego reconocieron al gobierno golpista que
brevemente estuvo en el poder del 11 al 13 abril. De hecho, Washington
había apoyado el golpe desde sus inicios, incluso financiando a los
grupos involucrados y respaldándolos con equipos militares y estrategias
políticas y comunicacionales. Ahora pasa algo parecido con los medios
privados en Venezuela, y los internacionales, que están mintiendo sobre
los responsables de la violencia y diciendo que el gobierno de Nicolás
Maduro es el culpable, cuando en realidad son los manifestantes
opositores quienes están provocando la violencia. También en las
manifestaciones del 12 de febrero hubo tres muertos, incluyendo
opositores y chavistas. Ya las autoridades venezolanas han afirmado que
la misma pistola fue utilizada para asesinar a dos de esos jóvenes –un
opositor y un chavista–. Entonces, eso abre la posibilidad de que haya
sido un francotirador o un infiltrado preparado para matar gente de los
dos lados, para así provocar más violencia –uno contra el otro–. Los
medios internacionales también han estado utilizando fotos de protestas y
represión en otros países, como Grecia, Singapur, Chile, Egipto,
Argentina –en 2001– y diciendo que es Venezuela, para proyectar una
falsa imagen del gobierno venezolano como represor. Por otro lado, el
gobierno de EE UU ha apoyado a los opositores violentos desde el
principio –con dinero y apoyo político–. El Departamento de Estado ya
emitió declaraciones "condenando" al gobierno venezolano por una
supuesta represión contra los manifestantes y exhortando que "respeten
sus Derechos Humanos". Nada podría ser más hipócrita, porque en EE UU
jamás permitirían manifestaciones tan violentas como están realizando
los opositores en Venezuela, bloqueando autopistas, destruyendo
edificios públicos, quemando basura y gomas en las calles, tirando
bombas molotov. Otro parecido entre el golpe de abril de 2002 y la
situación actual son los involucrados. Personas como Leopoldo López,
radical de extrema derecha, quien siempre ha estado detrás de actos
violentos contra el gobierno de Chávez, y ahora el de Maduro, también
estuvo frente al golpe de abril de 2002, cuando en ese momento era
alcalde de Chacao, en Caracas. Hoy, él y otra dirigente de extrema
derecha, María Corina Machado –quien también estuvo en el golpe en 2002 y
firmó el decreto del dictador Pedro Carmona, que disolvió todas las
instituciones democráticas del país– son los responsables de la
violencia actual. Ellos han estado durante meses llamando a sus
seguidores a tomar las calles para derrocar al presidente Maduro.
Incluso, han dicho públicamente que la salida del gobierno no es
"electoral". La gran diferencia entre 2002 y hoy en Venezuela son los
protagonistas de los hechos: hoy son grupos de jóvenes y estudiantes,
mientras en 2002 eran los mismos políticos que habían estado en el poder
antes. Claro, los jóvenes opositores vienen principalmente de clase
media y clase alta. Su lucha no es por los derechos del pueblo; es para
tomar el poder del pueblo para las empresas y la gente de dinero. Y
muchos de ellos han formado parte de organizaciones que reciben cientos
de miles de dólares en financiamiento de las agencias de Washington
durante los últimos siete años, con la intención de entrenarlos y
formarlos en las tácticas y estrategias de desestabilización para
derrocar al gobierno e instalar uno favorable a los intereses
estadounidenses.
–Dos líneas diferentes parece tener la oposición conservadora
venezolana tras los hechos del miércoles. Una, si se quiere, "más
dialoguista", con Capriles y Falcón, quienes denuncian al gobierno pero
temen volver a las calles; y una aún más de derecha, encabezada por
López y Machado, que quiere continuar con las protestas y la
confrontación. ¿A qué se debe este cambio en la táctica de algunos
sectores de la oposición, luego de la derrota de diciembre pasado? ¿Han
elegido "otra vía" para tratar de derrotar a Maduro?
–Siempre han existido divisiones entre los sectores opositores.
Ellos no son un solo partido ni comparten la misma ideología, como el
caso del chavismo. En la oposición hay más de 20 partidos políticos
diferentes y más organizaciones y grupos que tienen sus propias agendas.
Sólo han estado de acuerdo con su deseo de derrocar al chavismo, ahora
el gobierno de Nicolás Maduro. Pero de allí a presentar alguna
alternativa o manera de hacerlo en que todos estén de acuerdo, no lo han
hecho nunca en 15 años. Entonces, siempre manejan diferentes tácticas y
lineamientos para su "lucha" política. Hace meses, Capriles llevó a sus
seguidores a la violencia extrema cuando perdió las elecciones
presidenciales frente a Maduro en abril de 2013, pero cuando esto
resultó en la muerte de 11 personas y un costo alto a nivel político,
pues bajó el tono. Otros como Antonio Ledezma, actual Alcalde
Metropolitano de la Gran Caracas, que en otro momento intentó llamados a
golpes, ahora quiere conservar su poder político para tal vez ser
candidato presidencial de la oposición en unos años. Entonces, cada uno
tiene su agenda. López y Machado están más desesperados: los dos quieren
ser presidentes desde ahora, y actualmente su poder político es muy
limitado.
–Diversas muestras de solidaridad han llegado hasta la Cancillería
de Venezuela, en solidaridad con la Revolución Bolivariana ante estos
hechos. Argentina, Brasil, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y Cuba
manifestaron su apoyo al gobierno de Maduro ante los intentos de
"desestabilización". ¿Cree que el momento político de América Latina y
el Caribe, con mayoría de gobiernos posneoliberales, desalienta la
posibilidad de realizar un golpe de Estado en Venezuela?
–Creo que sin duda la unión, fuerza y soberanía que hoy existe en
América Latina, gracias a los esfuerzos y el impulso del presidente Hugo
Chávez, sirve como principal defensor y protector de los gobiernos
democráticos de la región. Las muestras de solidaridad y apoyo desde
países vecinos en la región hacia el gobierno del Maduro evidencian esta
fortaleza. Y no es la primera vez que la unión y solidaridad regional
impide un golpe de Estado en la región contra un gobierno progresista:
pasó en Bolivia en 2008 y en Ecuador en 2010. Ahora, el apoyo hacia
Venezuela demuestra que la región no aceptará otro golpe o ruptura
constitucional contra un gobierno democrático, y eso es muy importante. «
Repudio del Mercosur
Los Estados Partes del Mercosur emitieron un comunicado conjunto
sobre la situación en Venezuela en el que: "repudian todo tipo de
violencia e intolerancia que busquen atentar contra la democracia y sus
instituciones, cualquiera fuese su origen. Reiteran su firme compromiso
con la plena vigencia de las instituciones democráticas y rechazan las
acciones criminales de los grupos violentos que quieren diseminar la
intolerancia y el odio como instrumento de lucha política. Expresan su
más firme rechazo a las amenazas de ruptura del orden democrático
legítimamente constituido por el voto popular y reiteran su firme
posición en la defensa y preservación de la institucionalidad
democrática. Instan a continuar profundizando el diálogo sobre los
problemas nacionales, en el marco de la institucionalidad democrática y
el estado de derecho, tal y como ha sido promovido por el presidente
Nicolás Maduro con todos los sectores de la sociedad".
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