REFLEXIONES DEL "INNOMBRABLE" DARÍO (El "Innombrable" se llama su programa de radio, debido a la dificultad de su apellido, que no es el más difícil del país... pero...)
Un problema filosófico surge cuando se
pone en evidencia que, sobre un concepto aparentemente estable en su
significación, hay lecturas opacadas que no salen a luz. Es que en
ningún otro lugar se juega todas sus fichas el poder, como en el saber:
desde la definición de una categoría hasta su instalación como sentido
común cotidiano.
Es por esto que en nuestros tiempos, la
cuestión de los medios se ha vuelto central: el poder ante todo “decide”
frente a la indecidibilidad de cualquier término; esto es, lo sustrae
de su libertad. La libertad de todo concepto de ser abierto y en
constante reinvención. Por eso un buen monopolio debe ante todo
apropiarse de la idea de libertad y maniatarla. Quitarle sus grises.
Cristalizarla en un sentido único. Apresarla. Si la libertad se
define de un único modo, ya no es la libertad. Un problema filosófico
bien terrenal se manifiesta cuando en nombre de la libertad se prohíben
otras voces, se ocultan otras perspectivas, se exige silencio.
Históricamente, las sociedades capitalistas han emparentado la
libertad a la seguridad, lo propio a la propiedad privada. Y en una
comunidad libre, la voz del otro siempre es prioritaria, ya que el
alineamiento de la libertad individualista con la propiedad privada solo
genera un mundo con libertad para los que están adentro y falencia para
los que están afuera. De hecho, el mismo término “delincuente”, lleva
en su origen la idea de una falta (cometer una “falta”) y el poder
necesita ejercerse sobre sus propios delincuentes. Solo habrá libertad
plena cuando nadie se adjudique ser su propietario…
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