Entrevista a Beth Costa
La titular de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) apoyó la Ley de Medios.
Una
voz internacional que pudo escucharse en la multitudinaria jornada "en
defensa de la ley que el pueblo escribió" el miércoles pasado frente al
Palacio de Tribunales, en paralelo a la audiencia en la Corte Suprema
por la Ley de Medios, fue la de Beth Costa, secretaria general de la
Federación Internacional de Periodistas (FIP). Oriunda de Brasil, Costa
acudió a la jornada en representación de la mayor confederación de
sindicatos y asociaciones de periodistas del mundo –agrupa alrededor de
600 mil colegas en más de un centenar de países, según su página web
(http://www.ifj.org/es/splash)–, fundada en 1926 y tiene su sede central
en Bélgica. Antes de culminar la breve estadía en la Argentina y tomar
su vuelo de regreso, Costa accedió a dialogar con Tiempo Argentino.
–¿Qué evaluación hacen desde la FIP de la situación general actual de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual argentina?
–Desde el principio, la FIP ha apoyado la iniciativa de los sectores de la sociedad argentina de pelear por una Ley de Medios e hizo una declaración mundial cuando la norma fue aprobada. La FIP es la organización internacional que congrega a 150 sindicatos de periodistas de todo el mundo, con una representación de 600 mil periodistas. Es la organización que representa la voz de los periodistas y de los trabajadores de prensa en algunos países. Entonces, para nosotros, la libertad de expresión, no solamente la libertad de prensa, así como los derechos de informar y de ser informados son principios de nuestro estatuto, como parte de los principios de los Derechos Humanos. No puede haber democracia en un país si no hay democracia en las comunicaciones, mucho más con los medios electrónicos y de radiodifusión. Es una tarea del Estado la defensa de la pluralidad con el rechazo a la concentración de medios en las manos de pocos grupos económicos. Este es un principio mundial. Para la FIP, los Derechos Humanos, la manera en que se organizan las empresas, y el derecho de los periodistas son las tres líneas maestras de actividad. Entonces aplaudimos esta ley y lamentamos que hasta hoy no pudo ser implementada en todos sus artículos por problemas judiciales. Pero, era de esperar que hubiera una reacción, porque información es poder y así, entendemos que los grupos que se sienten amenazados por esta ley iban a reaccionar. En la FIP está muy claro el apoyo a la diversidad de las fuertes de información y el derecho de informar y de ser informado por parte de la sociedad.
–¿Solamente las empresas con un respaldo económico fuerte pueden acceder a la libertad de expresión y ejercer un periodismo profesional?
–No. El derecho a la información no tiene precio y no tiene propiedad de grupos. Porque la información es un bien social y por eso pertenece a toda la sociedad. En principio, todas las organizaciones de la sociedad civil deberían tener acceso a las comunicaciones y al espectro electromagnético, en la televisión, en la radio, en el cable, en Internet. Debería ser algo de la sociedad como un todo, y no tener un valor, un precio. Porque nosotros no hablamos de servicios, o de interés, hablamos de libertad, de principios. Entonces eso no se puede concentrar en las manos de los que tienen más plata.
–¿De qué manera influye en el ejercicio del periodismo la llamada "convergencia tecnológica"?
–Es un debate muy fuerte de hoy si lo que nosotros producimos puede ser utilizado y de cualquier manera. Se habla hoy de los "periodistas multimedia". Lo que produce el periodista se reproduce en la radio, en la página web del mismo grupo y en la prensa escrita. Nosotros peleamos por los derechos de autor, que se remunere la utilización sin límites de lo que los periodistas producen. Esto causa un daño muy grande a la producción de los periodistas, tanto en el sentido económico como en la manera en que se adapta el producto de su inteligencia en las otras plataformas.
–¿Cómo impacta la concentración en pocas manos de los canales de distribución y de los contenidos en al acceso al derecho a la información y a la libertad de expresión?
–Con la concentración, cuando se busca una información sólo se tiene acceso a una misma mirada del hecho periodístico, la misma interpretación y la misma mediación. La diversidad de las fuentes, la diversidad de los medios, la diversidad de la producción que se hace en las distintas regiones del país es fundamental para la producción periodística y para la democracia. «
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–¿Qué evaluación hacen desde la FIP de la situación general actual de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual argentina?
–Desde el principio, la FIP ha apoyado la iniciativa de los sectores de la sociedad argentina de pelear por una Ley de Medios e hizo una declaración mundial cuando la norma fue aprobada. La FIP es la organización internacional que congrega a 150 sindicatos de periodistas de todo el mundo, con una representación de 600 mil periodistas. Es la organización que representa la voz de los periodistas y de los trabajadores de prensa en algunos países. Entonces, para nosotros, la libertad de expresión, no solamente la libertad de prensa, así como los derechos de informar y de ser informados son principios de nuestro estatuto, como parte de los principios de los Derechos Humanos. No puede haber democracia en un país si no hay democracia en las comunicaciones, mucho más con los medios electrónicos y de radiodifusión. Es una tarea del Estado la defensa de la pluralidad con el rechazo a la concentración de medios en las manos de pocos grupos económicos. Este es un principio mundial. Para la FIP, los Derechos Humanos, la manera en que se organizan las empresas, y el derecho de los periodistas son las tres líneas maestras de actividad. Entonces aplaudimos esta ley y lamentamos que hasta hoy no pudo ser implementada en todos sus artículos por problemas judiciales. Pero, era de esperar que hubiera una reacción, porque información es poder y así, entendemos que los grupos que se sienten amenazados por esta ley iban a reaccionar. En la FIP está muy claro el apoyo a la diversidad de las fuertes de información y el derecho de informar y de ser informado por parte de la sociedad.
–¿Solamente las empresas con un respaldo económico fuerte pueden acceder a la libertad de expresión y ejercer un periodismo profesional?
–No. El derecho a la información no tiene precio y no tiene propiedad de grupos. Porque la información es un bien social y por eso pertenece a toda la sociedad. En principio, todas las organizaciones de la sociedad civil deberían tener acceso a las comunicaciones y al espectro electromagnético, en la televisión, en la radio, en el cable, en Internet. Debería ser algo de la sociedad como un todo, y no tener un valor, un precio. Porque nosotros no hablamos de servicios, o de interés, hablamos de libertad, de principios. Entonces eso no se puede concentrar en las manos de los que tienen más plata.
–¿De qué manera influye en el ejercicio del periodismo la llamada "convergencia tecnológica"?
–Es un debate muy fuerte de hoy si lo que nosotros producimos puede ser utilizado y de cualquier manera. Se habla hoy de los "periodistas multimedia". Lo que produce el periodista se reproduce en la radio, en la página web del mismo grupo y en la prensa escrita. Nosotros peleamos por los derechos de autor, que se remunere la utilización sin límites de lo que los periodistas producen. Esto causa un daño muy grande a la producción de los periodistas, tanto en el sentido económico como en la manera en que se adapta el producto de su inteligencia en las otras plataformas.
–¿Cómo impacta la concentración en pocas manos de los canales de distribución y de los contenidos en al acceso al derecho a la información y a la libertad de expresión?
–Con la concentración, cuando se busca una información sólo se tiene acceso a una misma mirada del hecho periodístico, la misma interpretación y la misma mediación. La diversidad de las fuentes, la diversidad de los medios, la diversidad de la producción que se hace en las distintas regiones del país es fundamental para la producción periodística y para la democracia. «
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