Máxima tensión en la guerra de Ucrania. "Hace tiempo que Ucrania padece carencias de munición", los ataques y el uso de misiles de largo alcance y el cambio de doctrina de Putin forman parte de una estrategia militar, señala Rafael Dávila Álvarez, general retirado. La guerra es acción-reacción: Ucrania quiere utilizar los misiles de largo alcance atacms para debilitar a Rusia en su invasión en el frente ucraniano.
El presidente ucraniano, Zelensky en su intervención en el Parlamento Europeo abría la puerta a que la mesa de negociación de Donald Trump cambiase el momento de la guerra, como esperar a la recuperación de territorios. "Todo marca que Rusia va a ganar esta guerra, no puede perderla bajo ningún concepto, pero tampoco la puede ganar", defiende el general Álvarez.
Los débiles son los ucranianos, "chapó para Ucrania que ha aguantado mil y un días de guerra contra Rusia", pero la situación favorece a Rusia. El presidente electo de EEUU, Trump va a negociar, porque "ni a EEUU, ni a Europa le interesa la guerra. Europa está herida".
"Estoy empezando a dejar de creer en la disuasión", la amenaza nuclear ya era probable hace días y sigue siendo así porque en la guerra hay factores impredecibles como el azar.
El problema es la debilidad de Ucrania, por su falta de munición y personal en el frente. El presidente de EEUU, Joe Biden habría aprobado el envío de minas antipersona, después de los misiles atacms, "misiles que ya tenía Rusia". Estas minas antipersonas son un paso grave por su dificultad para retirarlas después, unas armas prohibidas en muchos países.
El general Rafael Álvarez recuerda que a raíz de las elecciones de EEUU había una locura generalizada por quién pudiera ganar y posicionarse, pero Trump ha llegado. "El verdadero problema del mundo está en el Índico Pacífico, el problema al que se enfrenta Rusia es a China y a un mundo distinto" y EEUU con Trump debe poner el foco aquí, pero por ahora el republicano tiene las manos atadas legalmente.
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