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viernes, 5 de septiembre de 2014

DEBATIR EL FEDERALISMO, por Silvina Tamous (para "INFOnews" del 05-09-14)


Por silvina tamous


Un proyecto del edil Roberto Sukerman menciona los puntos a favor del traslado de la capital federal a Rosario. A lo largo de la historia, la ciudad fue propuesta tres veces y vetada en las tres oportunidades.



 
Luego de que la presidenta Cristina Fernández pusiera sobre la mesa la posibilidad del traslado de la Capital, el concejal kirchnerista Roberto Sukerman defendió el debate planteado a raíz del pedido de mudar la Capital Federal a Rosario. “Nos está colmando las expectativas este tema porque lo que queríamos era esto, generar un debate, hacer reivindicaciones históricas en cuanto a que Rosario fue declarada ciudad por ley tres veces y vetaron esa posibilidad porque le negaron a Rosario ser capital, porque la provincia de Santa Fe era muy crítica del poder central del puerto de Buenos Aires”, analizó el edil ante revista Veintitrés.
 
Nuestra ciudad se distingue a nivel geopolítico tanto en el plano nacional, provincial, regional e internacional. Su relevancia económica está dada por contar con uno de los puertos más importantes de nuestro país, ubicado en su región central como punto estratégico en la región incluyendo los más de veinte puertos dedicados en su mayoría a la exportación. Además de la confluencia de rutas terrestres con conexión internacional como también la hidrovía”, sostiene.

Roberto Sukerman destacó que si bien lo de Rosario es sólo una posibilidad, el debate pasa por discutir el federalismo. “Puede ser Rosario o su área metropolitana, otra población cercana u alguna otra opción donde haya consenso. Pero esconder este debate es esconder el debate central de la estructura geopolítica argentina”, destacó el edil del FPV.

Y agregó que todos los días trabajan sobre las urgencias como la inseguridad, “lo que no podemos evitar es discutir la planificación del país, lo estratégico”, sostuvo Sukerman.

El edil recordó que Cristina Fernández se manifestó en torno a las declaraciones del titular de la Cámara Diputados de la Nación, Julián Domínguez, de trasladar la Capital a Santiago del Estero y afirmó: “Es una idea, tenemos que pensarla y estudiarla porque hay una necesidad de rediseñar al país estratégicamente. Hay que comenzar a pensar la reubicación de la Capital Federal más al centro del país”.
 
Intentos fallidos. El edil recordó que la discusión en torno a la ubicación de la Capital Federal nació prácticamente con la patria misma. “La Asamblea del año XIII fue la ocasión para que se manifestara por primera vez tal inquietud”.
 
En su proyecto Sukerman repasó la bibliografía que avala el cambio y la discusión geopolítica del país. Al respecto destacó a Arturo Sampay en su trabajo Las Constituciones de la Argentina, 1810-1872 (Eudeba, Buenos Aires, 1975), donde recoge tres testimonios:

“En las instrucciones que se dieron a los representantes del pueblo oriental a la asamblea, Artigas establecía en el punto 19 de las mismas que precisa e indispensable sea fuera de Buenos Aíres el sitio del gobierno de las provincias unidas”. Otro de los puntos de Sampay es que “la Sociedad Patriótica elaboró un proyecto de Constitución, a través de una comisión compuesta por Bernardo Monteagudo, Juan Larrea, Francisco José Planes y Tomás Valle, cuyo art. 78 establecía: que el congreso se juntará en la capital que será siempre una ciudad que no sea cabecera de ninguna provincia y esté en un centro distante igualmente de los extremos del estado desde donde pueda el gobierno comunicar igualmente su acción de partes”. Otro de los puntos es que por decreto del 4 de noviembre de 1812 el Segundo Triunvirato designó el proyecto de Constitución para ser sometido a la Asamblea y allí se sostiene que: “Al Congreso corresponde determinar el lugar de sus sesiones y en el que haya de establecerse la silla de gobierno, el cual ha de ser precisamente fuera de Buenos Aires”.

También cita a Ataulfo Pérez Aznar en su obra La Política Tradicional y la Argentina Moderna , donde transcribe la opinión de San Martín, mencionada en una carta enviada a Godoy Cruz que puede consultarse en la Obras Completas de Mitre. Al respecto el Padre de la Patria se preguntaba: “¿No sería más conveniente trasplantar la Capital a otro punto cortando por este medio las justas quejas de las provincias?”.
 
Rosario vetada. Sukerman recordó que las máximas oportunidades de disputarle la Capital a Buenos Aires estuvieron dadas en 1868, 1869, 1871 y 1873, ocasiones en que el Parlamento sancionó la capitalización de Rosario en tres oportunidades y la de Villanueva en 1871. Las leyes supieron el veto presidencial. La primera por Mitre y las tres restantes por Sarmiento.

“Mitre, en el texto de su mensaje, manifiesta su deseo de resolver el tema de la capital y no indica desacuerdo con la ciudad elegida, pero pone el acento en la inestabilidad propia de la transición de gobiernos y en la necesidad de que el titular del próximo Poder Ejecutivo participe del proceso de capitalización. Para el caso, el veto funcionó como un aplazamiento de la cuestión e indica algunos puntos a incluir en un futuro proyecto, referidos al funcionamiento del gobierno hasta el traslado definitivo de la capital”, sostiene.

En el caso de Sarmiento, su conducta frente a la capitalidad de Rosario es más compleja. “En primer lugar, cierto es que el sanjuanino protagonizó un gobierno políticamente débil: la mayor parte de su energía las gastó en la represión a los alzamientos de López Jordan, tuvo el Congreso en contra y al terminar su mandato debió enfrentar una revolución mitrista en la que tuvo involucrada buena parte del ejército”, agrega. Y en ese contexto destaca que el primer veto, del 15 de julio de 1869, lo fundamentó en que no era constitucionalmente obligatorio ni sujeto a plazo la designación de la capital. “Ello, sumado a la continuidad de la Guerra del Paraguay, a la necesidad de evitar gastos y a la próxima renovación que debía producirse en la Cámara de Diputados en 1870, hacían al asunto nuevamente postergable. Recordaba el presidente un mensaje refrendado por su ministro Vélez Sarsfield, el ejemplo de Estados Unidos, que supo darse para el traslado del gobierno al Distrito Federal”.

Su segundo veto es de septiembre de 1873 y los argumentos no parecen ser nuevos: como era obvio, estaba próxima otra renovación del Poder Ejecutivo; López Jordán permanecía todavía en armas frente a ocho o diez mil entrerrianos resistiendo la intervención federal, luego del asesinato de Urquiza. Para más, Sarmiento había acusado al senador santafesino Nicasio Oroño de complicidad con los rebeldes e iniciado acción criminal contra él.
 
Cuando Viedma fue Capital. Otro intento de cambiar de lugar la Capital llegó más cercano en el tiempo. Y fue en la presidencia de Raúl Alfonsín en 1986 a través de un ambicioso proyecto que incluía el traslado de la capital a Viedma, Río Negro, con el objeto de descentralizar el poder político y económico del país.

Y el 27 de mayo de 1987 el Congreso de la Nación sancionó la ley 23.512, en la que se declaraba al Distrito Federal de Viedma-Carmen de Patagones (que incluía, además, a la ciudad de Guardia Mitre) como “la nueva Capital Federal de Argentina”. Dos meses después de la sanción, el presidente radical creó el Ente para la Construcción de la Nueva Capital-Empresa del Estado (Entecap) que tenía como objetivo organizar la parte técnica y de infraestructura para concretar el traspaso de la capital. Sin embargo, uno de los sueños de Alfonsín cayó en el olvido en poco tiempo de entregar su mandato por la crisis económica y política.

Lo curioso es que esa ley jamás fue derogada por el Congreso y aún hoy la Constitución de Río Negro, modificada en 1988, sostiene en un su artículo 11 que “Viedma es la capital de la provincia”, pero dejará de serlo “cuando se efectivice el traslado de las autoridades nacionales al nuevo Distrito Federal”.
 
Parlamento. Sukerman recuerda además que desde el año 2004 se sostiene la idea de trasladar el Congreso nacional a la ciudad de Rosario. “Que la ciudad de Rosario, ubicada en el sur de la provincia de Santa fe, no es capital de provincia alguna. Esto la presenta como alternativa de capitalización viable y favorece el traslado del Parlamento, en virtud de que, desde el punto de vista administrativo y constitucional, se descarta la reedición actualizada de la ‘cuestión capital’ que provocara al país décadas de enfrentamientos y sangre derramada. Y es por eso que en la ciudad de Rosario no puede reproducirse el conflicto de convivencia entre las autoridades nacionales y provinciales, ocurrido en el siglo XIX, en la sede de la ciudad de Buenos Aires”, destaca el edil.
Para Sukerman la ventaja de Rosario tiene que ver no sólo por su condición de ciudad cosmopolita dotada de una estructura de escala metropolitana, sino y fundamentalmente, porque no es la capital de nada.
 
"Rosario se distingue a nivel geopolítico tanto en el plano nacional, provincial, regional e internacional", dijo Sukerman.
   
Además destaca su ubicación estratégica y neurálgica, por su posición equidistante, por su composición inmigrante y su condición de ciudad multicultural y multifacética, “incluso por su delicado sabor a ciudad irredenta, la ciudad de Rosario, que nunca llevó sobre sus espaldas el peso de una cargada burocracia, es un excelente lugar para pensar y debatir el país”. 

“En razón de este nuevo debate federal y plural en torno al traslado de la capital del país creemos que la ciudad de Rosario debe ser considerada como una posibilidad. Rosario es centro de un área metropolitana dadas su extensión y características geográficas”. Y explica en ese sentido que desde una perspectiva de articulación y proyección territorial, la región se encuentra atravesada por dos ejes. Uno vertical que la conecta hacia el norte con el Mercosur, a través de la hidrovía, en la que nuestro territorio surge como centro fundamental del tránsito que nos comunica con el sur de Brasil; y hacia el sur, con la Pampa Húmeda. Otro horizontal que la articula dentro de la región centro, relacionándola con Córdoba, el Pacífico y Chile, hacia el oeste; y a partir de la obra vial del Puente Rosario-Victoria, una clara vinculación hacia el este con la provincia de Entre Ríos y la República Oriental del Uruguay.
 
Arriba: Jinetes con las banderas argentina y federal (hoy de Entre Ríos)
 

Otras de las cualidades que destaca es el espacio verde urbano que se distribuye en 24 parques, 124 plazas, 51 plazoletas, 24 paseos y otros 228 espacios verdes. La superficie total de espacios verdes es de 11.264.550 m2 (11,265 km2), 6,3% de la superficie total de la ciudad. El espacio verde urbano por habitante año 2014 (según proyección a partir de Censo 2010): 11,68 m2. Siendo la ciudad con mayor proporción de espacio verde por habitante del país, según OMS (Organización Mundial de la Salud). 

Según el edil, la región se proyecta como centro estratégico de la conexión bioceánica que unirá el Estado de Rio Grande Do Sul (Brasil), sobre el océano Atlántico, con la región de Valparaíso (Chile), sobre el océano Pacifico. Así el Gran Rosario constituye un punto neurálgico de comunicación entre los países integrantes del Mercosur y un paso obligado de las rutas comerciales y centrales de prestación de servicios.
 
Sobre su capacidad productiva, asegura que se detecta una lógica de configuración territorial a partir de centralidades productivas. Se observa a través de la identificación de la región metropolitana con múltiples especializaciones económicas. En el eje norte, se despliega el complejo oleaginoso. El Gran Rosario es el complejo oleaginoso más importante del mundo con 134.000 toneladas por día. Y además afirma que en el sur se sitúa el polo siderúrgico, del calzado y el agroturismo, hacia el oeste se asienta un polo de maquinaria agrícola, de muebles y agronegocios, y el área central la predominancia del sector servicios, autopartes y la industria metalúrgica. Esta mirada ayuda a visualizar que el escenario productivo regional tiene múltiples centralidades, su fortaleza radica en detectar que en cada una de ellas hay distintas especializaciones, particularidades, lógica, actores, empresas que tienen una dinámica que caracteriza cada una de esas subregiones productivas.

Otra cuestión a destacar es el puerto, donde se realiza el 70% de las exportaciones. La exportación nacional de granos, aceites y subproductos representa 75,4 millones de toneladas aproximadamente, de los cuales 57 millones salen del Gran Rosario.
 
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