Así lo reconoce un informe de la consultora Ecolatina, vinculada al ex ministro de Economía Roberto Lavagna
Este fenómeno se produce como resultado de la política de desendeudamiento oficial. Se redujo su peso en relación con el PBI y las condiciones de pagos se hicieron mucho más manejables para la administración política de la Argentina.
Por:
Ignacio Chausis
En la página del Ministerio de Economía figura un cronómetro que marca los días, horas y minutos que restan para que el Estado argentino cancele el Boden 2012, título público emitido dirigido a los ahorristas afectados por el corralito y posterior pesificación.
Será el próximo 3 de agosto y seguramente no será una fecha más en la dramática historia de la deuda pública argentina, cuyo proceso de “normalización” es reconocido hoy por analistas y consultoras, como Ecolatina.
Según la consultora fundada por Roberto Lavagna, el ex ministro de Economía de Eduardo Duhalde primero y de la primera etapa de Néstor Kirchner más tarde, el endeudamiento público argentino, cuyo crecimiento desde la última dictadura cívico-militar hasta el default de diciembre de 2001 tiene pocos antecedentes a nivel mundial, dejó de ser el gran condicionante de los gobiernos democráticos a la hora de hacer política económica. No sólo por la disminución en lo que a volúmenes se refiere, sino principalmente por el perfil de esa deuda en cuanto a moneda de origen y tipo de acreedores.
“El ratio deuda pública/PBI viene descendiendo continuamente tras el pico alcanzado en 2002 (149%), especialmente luego de la reestructuración de 2005”, precisó el informe. Los pasivos públicos alcanzaron en 2011 el 41,8% del PBI, lo que equivale a una caída de 3,5% con respecto al nivel del año precedente y el “menor valor desde mediados de 2009”.
Según datos disponibles en la página del Ministerio de Economía, el stock de deuda pública ascendió a U$S 175.324 millones a fines del año pasado. De ese total, aproximadamente la mitad son deudas contraídas por el Tesoro con organismos públicos, lo que otorga mayor margen de maniobra en términos de política financiera. “Si se considera que más de la mitad de la deuda está en manos del mismo sector público, los indicadores de sustentabilidad muestran una mejora incluso más marcada”, destaca Ecolatina.
Otra de las características que adoptó el perfil del endeudamiento local –altamente valorada hoy en día en medio de la crisis internacional– responde a la moneda de origen de los pasivos: mientras en 2001 la deuda denominada en dólares alcanzaba al 97% de la deuda total, hoy llega apenas al 60 por ciento. En cuanto a los plazos de vencimiento y la carga que esto supone en el corto plazo hay que resaltar que la vida media de la deuda pública nacional ronda los 12 años, lo cual implica un flujo de servicios anuales sustentable en el tiempo. El año 2012 es relativamente significativo en términos de vencimientos. A los U$S 2300 millones correspondientes al Boden 2012, que vence el próximo 3 de agosto, se suman algo más de U$S 3500 millones correspondientes al pago de los cupones PBI a fin de año.
En tanto, el perfil de vencimiento de 2013 en adelante se reduce considerablemente. Son pocos los títulos en los próximos años que amortizan capital, lo que coloca al país en una buena situación en medio de un escenario internacional complicado.
“Es claro que el proceso de desendeudamiento hoy llevó a que el país tenga los cocientes relativos a la deuda más bajos del mundo, lo que da un grado de libertad muy fuerte a la hora de hacer política económica. Y el cambio estructural es ese: hoy tenés independencia, disponibilidad de fondos para poder hacer políticas anticíclicas en momentos como este, porque la carga de la deuda es muy baja”, explicó el economista Agustín D’Attellis, de la Gran Makro. Según el especialista, la crisis desatada en 2009 fue un shock de corto plazo, a diferencia del actual escenario, caracterizado por una crisis más estructural y más lenta, y que llegó para quedarse. “Se viene un mundo creciendo a tasas más bajas por un tiempo largo y nuestros perfiles de vencimiento nos van a dar mayores márgenes de maniobra”, concluyó.
En la misma sintonía, el informe de Ecolatina asegura que los indicadores de deuda “vuelven a reforzar que la deuda pública dejó de ser un problema estructural para la economía argentina”.
Por su parte, desde el Ministerio de Economía argumentan que la carga de endeudamiento que debe afrontar hoy el Tesoro es “totalmente manejable”. “Las condiciones de sustentabilidad son buenas, es decir, no suponen un riesgo macroeconómico derivado de la necesidad de transferir recursos en término de pagos”, ponderó una alta fuente del Palacio de Hacienda que prefirió el anonimato.
Si existe consenso entre analistas en torno a las mejoras con respecto al manejo de la deuda pública, la contracara tiene que ver con el nulo o escaso reconocimiento por parte de los mercados financieros, particularmente las calificadoras de riesgo, que siguen ubicando el riesgo soberano argentino entre los peores del mundo. “En este contexto, resulta paradójico que el mercado posicione a nuestro país dentro de los más riesgosos del mundo”, concluyó Ecolatina. Según datos del Fondo Monetario Internacional para el año pasado, muchos de los países desarrollados tienen ratios de deuda/PBI cercanos o superiores al 100%, tal es el caso de Alemania (80%), Francia (82%), Reino Unido (77%), e Italia (119%). Japón representa un caso extremo, en tanto la relación de la deuda con el producto bruto alcanza el 220%, en medio de una economía con bajísimas tasas de crecimiento.
La comparación con otros países de la región también favorece a la Argentina. En Brasil la relación PBI/ deuda es del 66%, en tanto que se reduce ampliamente en Colombia (37%) y México (43 por ciento). «
La clave
SOLUCIONES. El titular de la ANSES, Diego Bossio, explicó que el gobierno nacional enfrenta los problemas económicos del país "para darles solución y en la medida en que el Estado tiene posibilidades de hacerlo, llegamos con esas soluciones".
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