Por Jesica Bossi | LA NACION
La agrupación liderada por Alicia refuerza su armado territorial y legislativo
La ola verde de militantes, siempre enfundados en el color insignia de la agrupación, la sigue a sol y sombra: en actos en la Casa Rosada, excursiones por el conurbano y actividades oficiales en los pueblos más inhóspitos. Son apenas una muestra de la fuerza que construyó Alicia Kirchner, la única ministra del Gabinete con armado en todo el país, partido y tropa parlamentaria propia.
Hace casi dos años, lanzó la Corriente de Liberación Nacional, aggiornada en la más efectista abreviatura Kolina. Con baja exposición, cumplió la misión que le encomendó su hermano, Néstor, meses antes de su repentina muerte: "capitalizar" con su figura la gestión social y lograr inserción territorial.
Pragmática, Alicia creó un sello electoral, que debutó con candidatos de sus filas en los últimos comicios. Hoy, se identifican con Kolina por lo menos 78 concejales -38 de ellos, de ciudades bonaerenses- y 18 legisladores provinciales, según reconstruyó LA NACION. Su influencia llegó al Congreso de la mano de la senadora jujeña Liliana Fellner, hermana del gobernador, y las diputadas Ana Perrone, de Corrientes, y Silvia Simoncini, de Santa Fe.
"¡Un legislador debe recorrer el territorio y poner el proyecto en permanente debate!", adoctrinó la ministra, en un almuerzo que congregó a más de 150 dirigentes el jueves pasado. En una de las 27 mesas, todas de impecable blanco y decoradas con faldones verdes, estaba Enrique Ponce, un soldado de la agrupación que ganó la intendencia de San Luis, histórica comarca de los Rodríguez Saá. Allí Kolina se abre paso, subterráneamente, con mejor suerte que otras tribus kirchneristas.
También avanza, no sin roces, en bastiones amigables. "En Santa Cruz está creciendo, pero nos está costando", graficó la diputada provincial Claudia Martínez. Con representación en todas las jurisdicciones, Kolina busca incorporar voluntades por fuera del PJ para tributar, como última terminal, al Frente para la Victoria.
La corriente "reordenó" su estructura para crecer. Está comandada por una mesa nacional, no de casualidad representada por máximos referentes de distintas áreas de gobierno. La integran Alicia, los ministros Débora Giorgi (Industria) y Alberto Sileoni (Educación), y el virtual segundo de Desarrollo Social, Carlos Castagneto. Allí también está Andrés La Blunda, a la vez secretario general del espacio. Con ambos padres desaparecidos, comparte pasado común y registra una incursión previa por La Cámpora, la organización preferida de la Presidenta, fundada por su hijo, Máximo Kirchner.
"Son nuestros primos", suele repetir La Blunda. En la práctica, se complementan. Los camporistas son más jóvenes, predominan los provenientes de clase media y están ligados a sectores estudiantiles. Los "kolineros" suman en los extractos más humildes, grupos cooperativistas y aglutinan en todas las edades. Apuntan, sobre todo, a fortalecer sus bases en la primera y tercera sección electoral, enclaves estratégicos de la provincia de Buenos Aires.
Kolina se consolidó, en simultáneo, como brazo político de la cartera de Desarrollo Social, con un presupuesto anual de 27.000 millones de pesos. De hecho, la plana mayor del Ministerio integra el staff partidario. Durante el temporal que azotó en abril al conurbano, Alicia desplegó una doble función: previa charla con los intendentes -con los que tiene poca relación-, acercó apoyo institucional y, en tándem, militante. Jóvenes con pecheras verdes pintaron casas y repartieron generadores eléctricos. Ella supervisó las tareas. Esa mezcla, de gestión y política, es la principal crítica de opositores y los movimientos sociales no enrolados con la Casa Rosada.
Con la mayor visibilidad de su jefa, coincidió un flamante proceso de cambio de imagen de Kolina. Diseñaron un logo más rocker -"había que modernizarlo", explican-, desecharon definitivamente la "C" del nombre para potenciar la "K", y renovaron el sitio web oficial. Todo se hace, por ahora, sin mencionar los planes electorales para 2013.
estructura y poder
El origen
Por pedido de Néstor Kirchner, su hermana Alicia lanzó la agrupación en julio de 2010. "Que florezcan mil flores", dijo aquella tarde el ex presidente. El objetivo de la fuerza era penetrar en territorio bonaerense, gobernado por el recelado Daniel Scioli.
Territorio y movilización
Con despliegue en todo el país, creció más en Buenos Aires, Santa Fe, Jujuy, Corrientes y San Luis. Tiene representación en 21 universidades nacionales. En el acto de Vélez, tenía asignado espacio para 6500 y llevaron más de 10.000 militantes.
Partido y bancas
Se constituyó como partido y presentó candidatos en las elecciones. Hoy se identifican con Kolina 78 concejales, 18 legisladores provinciales y una senadora y dos diputadas nacionales.
Organización
Hay una mesa de conducción y secretarías operativas. Ese esquema se replica a nivel provincial y distrital. Tiene "usinas", reuniones temáticas de discusión.
Brazo ministerial
La plana mayor del Ministerio de Desarrollo Social, con presupuesto anual de $ 27.000 millones, integra la corriente. Los opositores critican la mezcla de gestión y política partidaria..
Publicado en :
http://www.lanacion.com.ar/1478756-kolina-una-legion-en-expansion
2 comentarios:
No suelo subir artículos de “The Nation”. Pero este, más allá de que la autora hace algunos juicios que no comparto, me pareció interesante. La nota deja de lado la tendencia amarillista y berreta que ha asumido “The Nation” en los últimos tiempos. No comparto algunos aspectos de la nota, pero al menos aparecen, junto a algunas críticas, reconocimientos a la tarea realizada por Kolina y sus militantes. Y, cuando “The Nation” abandona el estilo folletinero, ignorante y superficial que lo viene caracterizando, al menos uno puede leerlo … para criticarlo.
The Nation me parece que hace lo que hace de vez en cuando: informa y unifica a tropa propia. No es una
nota de mensaje vertical, es decir, dirigido "a la opinión pública" de
arriba hacia abajo, sino que va en dirección horizontal para que el
antikirchnerismo que milita o que vota sepa qué es Kolina. En esos
casos, el análisis tiene que ser objetivo e imparcial y esta nota se
gana, en buena medida, ambos adjetivos. No les queda más remedio. Pero la mierdilla se filtra siempre un poco: en el anteúltimo párrafo y en los resúmenes de contenido del final mete el tema de los millones del
ministerio con mensaje de sotamanga: estos hacen política con la plata del Estado.
Yo me pregunto: ¿es cierto
todo lo que dice la periodista? ¿Los datos son ciertos? Si es así,
adelante. Los lectores de La Nación sacarán las conclusiones de
siempre: estos roban y vienen por todo. Pero me parece que, respecto
de la base de Kolina, la nota puede funcionar como estímulo: lo que
hacemos no es al pedo, se preocupan por lo que hacemos, etc. Yo se la
haría leer a todo el mundo y que después opinen...
Juan Chaneton
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