La “cultura kirchnerista”
Publicado en TIEMPO ARGENTINO el 11 de Mayo de 2011
Por Víctor Ego Ducrot.
Periodista y escritor y profesor universitaro.
El 26 de abril pasado, en el Museo Roca, algunos asiduos trovadores del desbloque opositor se reunieron como panel para analizar eso que con desprecio e impotencia denominan cultura kirchnerista.
Rivotril es la marca que utiliza el laboratorio transnacional Roche para comercializar esa droga que se llama clonazepam y posee efectos anticonvulsionantes, sedativos, miorrelajantes y ansiolíticos; y muchos de los principales nombres de la corporación opositora y de la pléyade de intelectuales orgánicos que intentan darle soporte deberían probar suerte con ciertas terapias, ya que la sutil práctica de la política y del pensamiento lúcido les están resultando adversos.
Tal vez un poco de Rivotril nos les vendría mal.
No se trata aquí de recordar los desaguisados de mayor publicidad, como el sube y baja de candidaturas conforme lo recomienden los extraños índices bursátiles de las preferencias y las tendencias de opinión –Macri y Pino son los dos últimos casos de mayor resonancia al respecto– , sino de registrar lo que a esa oposición le está sucediendo al interior de su organismo vivo, dentro del cual los candidatos, léase también políticos profesionales, buscan con mirada sin aliento a quienes le puedan dar letra original para partituras conocidas, y a estos últimos, los letristas o expertos e intelectuales orgánicos, que a su vez se desesperan por la falta de calidad de aquellos, sus asesorados.
El 26 de abril pasado, en el Museo Roca, algunos asiduos trovadores del desbloque opositor se reunieron como panel para analizar eso que con desprecio e impotencia denominan cultura kirchnerista. Intentaré reproducir algunas de aquellas intervenciones, no todas, lo más fielmente posible, sin pretensiones de textualidad exacta pero sí de justeza en el sentido de las palabras, frases y expresiones, tal cual aquel día quedaron estampadas en la grabadora y en los apuntes rápidos sobre un cuaderno para notas.
Beatriz Sarlo consideró que Derechos Humanos, derecho a la información (a la comunicación, dijo) y fuentes de trabajo, vectores que por cierto y como ella misma admitió, explican el sustrato de la nueva Ley de Medios Audiovisuales, nada tienen que ver entre sí, sino que el kirchnerismo “los mezcló”; y que esa mezcla aconteció por obra y gracias del “fortín peronista” en el que se habría convertido la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ), algo así como una empalizada de palos y soldados de la leva que inspiran al titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA), Gabriel Mariotto.
La misma Sarlo sostuvo que, durante los festejos del Bicentenario la gente se movilizó “porque le sobraba un pesito”, hacían cola en la pizzería Güerrin y participaron en una “alegría del consumo”. Luego, casi escandalizada, recordó que, ella, habitué del club Ferrocarril Oeste, “de clase media que suele votar a Macri o a (Pino) Solanas”, y en el que los domingos solían saludarla y felicitarla por sus artículos de la revista Viva, del diario Clarín, de repente se dio cuenta de que, esa misma gente, dejó de sonreírle, y hasta casi de hablarle, porque (ellos, los otros) se habían vuelto kirchneristas.
Otro destacado intelectual, Tomás Abraham, sostuvo que el kirchnerismo tiene una identidad que nace de la presidencia (de la República), que necesita los recursos surgidos del poder Ejecutivo, y que no tiene columna vertebral, porque la CGT lo acompaña sólo por el interés de sus dirigentes. El kirchnerismo, dijo, “está a la intemperie”, “conquista, agrede, coopta”; “necesita de mitos”, y para ello utiliza a músicos, artistas y mitólogos; “es volátil y puede hacernos volar a todos”.
Me resulta difícil, casi imposible, creer que esas puedan ser las categorías de análisis de dos intelectuales como Sarlo y Abraham.
Prefiero convencerme de que tuvieron un mal día, de que estaban nerviosos y cansados; y alejar algunos malos pensamientos, esos que me soplarían al oído acerca de profundos prejuicios clasistas y de desprecio por la identidad del otro, si ese otro no pertenece a la férula de los privilegiados, de los elegidos, de los afortunados sin necesidades vitales insatisfechas, apenas si adoradores de sus propios saberes, casi onanistas de la supuesta verdad.
Sólo desde esa misma lógica de la perplejidad podría entenderse que uno de los políticos que, dice, aspira a la presidencia, Alberto Rodríguez Saá, se haya negado a colaborar con el gobierno nacional en la aplicación y distribución de la Asignación Universal por Hijo en la provincia que él gobierna, tal cual lo explicó a Tiempo Argentino Gastón Enrique Témoli, jefe de la ANSES en San Luis.“San Luis es la única provincia que viene negándose sistemáticamente a firmar el acuerdo de cooperación para una rápida implementación de la Asignación Universal por Hijo, lo cual nos obliga a redoblar los esfuerzos para llegar a quienes están en condiciones de ser titulares de ese derecho. Las estimaciones indican que, debido a esa falta de sensibilidad y cooperación del gobierno provincial, en San Luis viven cerca de 8000 niños que aún hoy no perciben el beneficio que por ley les corresponde”, señaló Témoli, joven militante del proyecto político que encabeza la presidenta Cristina Fernández.
Por último, y prendado aun de la involuntariamente elogiosa y creativa calificación que formulara Beatriz Sarlo para la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, como “fortín peronista”, es que se me ocurre cerrar este texto con una mención al último informe del año pasado del Observatorio de Medios, espacio académico que tengo el orgullo de haber fundado y dirigir en el seno de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNLZ.
Se trata del documento “La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, según los diarios Clarín, La Nación y Página/12”, resultado de una investigación realizada entre el 28 de octubre y el 20 de noviembre de 2010, que da cuenta de los recursos y estilos empleados por los medios hegemónicos para descalificar al gobierno nacional y a la presidenta, y de las diferencias que se registraron entre ese sistema de contenidos y el generado por Página 12. Los estudiantes y docentes que trabajan en el observatorio acaban de sentirse elogiados por la mención que el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández –otro kirchnerista que “conquista, agrede y coopta”, al decir de Tomás Abraham–, hiciera del mismo, en su obra Zonceras argentinas y otras yerbas, y en la presentación que tuvo lugar la semana pasada en la Feria del Libro.
A título de adelanto: el Observatorio Medios de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, en conjunto con los que funcionan en las universidades nacionales de Cuyo, Córdoba y La Plata, ya está analizando las herramientas de construcción mediática utilizadas por más de 20 diarios de todo el país, en el marco del proceso electoral que culminará el 23 de octubre próximo.
Los del fortín contraatacan, pero no se trata de blancos mata ranqueles sino de “mitólogos” encubiertos, esos que tanto molestan a los de Rivotril y que acabaron con la placidez de Sarlo, cada fin de semana, en su querido Ferrocarril Oeste.
Publicado en :
http://tiempo.elargentino.com/notas/una-oposicion-con-los-nervios-de-punta
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