30.04.2011 09.13
por Roberto Caballero, Director de Tiempo Argentino
No hay ningún partido político que pueda movilizar en la Argentina la cantidad de gente que movilizó ayer la CGT. Es muy difícil, además, que centenares de miles de personas, sean trabajadores o profesionales fanas de Plácido Domingo -o ambas cosas a la vez, porque en estas cuestiones los prejuicios hay que metérselos en el bolsillo-, se reúnan en pleno centro porteño sin que haya incidentes. Es todavía más complejo de entender para algunos cómo Hugo Moyano, el líder sindical más castigado por la prensa hegemónica, pueda hablar durante 40 minutos ante una multitud y sólo coseche aplausos, y más aplausos. Es evidente que la manifestación cegetista de ayer, como toda presencia multitudinaria en la calle, puso en crisis las certezas y desbarató las maquinaciones del statu quo. Cuando se suponía, por la cobertura previa de los diarios tradicionales, que Moyano podía tomar distancia del gobierno refugiándose en un discurso sindical-corporativo, este se despachó con una pieza oratoria de inmenso voltaje político. Hubo homenaje a Néstor Kirchner, carta de la presidenta, alusiones al fifty & fifty, elogios a la política de desendeudamiento, memoria de la resistencia obrera a la dictadura, apoyo a la Ley de Medios, críticas al Grupo Clarín por Papel Prensa y la dilación del ADN de Felipe y Marcela Noble Herrera, y un llamado público a la reelección de Cristina, como garante del modelo “nacional y popular” que beneficia a los trabajadores. Si la conducción cegetista, que hace rato viene pidiendo espacio en las listas del FPV, tenía alguna alternativa para plantear su legítima demanda sin que pareciera una exigencia basada en la pura testosterona, esta fue la más inteligente de todas. El discurso de Moyano de ayer superó al de River del año pasado. Fue el mejor de todos. El camionero les tapó la boca a unos cuantos. Al poder empresario concentrado, que debe haber quedado bastante preocupado por la contundencia de la manifestación obrera, y también a muchos oficialistas que son recelosos de su autonomía. Pero quizá lo más importante es que el acto en la 9 de Julio, con trabajadores reales que festejaban ser beneficiarios de un modelo de acumulación económica –como nunca antes lo fueron en estos 28 años de democracia– es un llamado de atención a la oposición política y empresaria al kirchnerismo. Hay otra realidad, se hace visible en las calles y la protagoniza un sujeto social históricamente reacio a pactar con quienes lo agreden y de lealtad probada con quienes lo tienen en cuenta. El pacto Alfonsín-Magnetto, reflejado en la tapa de ayer de Clarín, deberá esperar una mejor oportunidad para ocupar los titulares principales. El gobierno y la CGT dejaron a un lado los prejuicios y reafirmaron su estratégica alianza en un momento clave del país, donde el Estado se animó a desafiar a los grupos concentrados. Esta, y ninguna otra, es la noticia que vale la pena.
Publicado en :
http://www.elargentino.com/nota-136859-El-mejor-discurso-de-Hugo-Moyano.html
domingo, 1 de mayo de 2011
EL MEJOR DISCURSO DE HUGO MOYANO, por Roberto Caballero (para "Tiempo Argentino" del 30-04-11)
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