19 diciembre, 2018
“¡No se puede creer!… Al fin, desde que está este tipo, es todo peor para nosotros”. Las palabras corresponden a un momento de inocultable enojo de Mauricio Macri, quien se estaba refiriendo a Carlos Rosenkrantz, el cada vez más debilitado presidente de la Corte Suprema de Justicia.
Es que tres meses después de haber reemplazado a Ricardo Lorenzetti al frente del máximo tribunal, desde el Gobierno miran con preocupación los traspiés que viene sufriendo en votaciones claves, ya que los cuatro restantes miembros lo vienen dejando en soledad.
Es más, quienes están cerca de Macri comentan que el presidente ya empieza a hablar de que se está en presencia de una especie de golpe de estado en la Corte, teniendo en cuenta que a esta altura, y en tan poco tiempo, lo de Rosenkrantz no deja de ser un sello de goma. Y hasta están quienes se atreven a hablar de su desplazamiento en el cargo.
Así interpretan en la Casa Rosada los costos de la exposición pública que afrontó el ex rector de la Universidad de San Andrés por haber avalado en soledad el índice de actualización jubilatoria que defendía la ANSeS frente a los cuatro cortesanos que lo cuestionaron y le dieron la razón al trabajador Lucio Orlando Blanco.
Incluso, en la acordada de ayer, Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti y Juan Carlos Maqueda decidieron sacarle el manejo administrativo y económico del tribunal, más allá del voto en disidencia del propio Rosenkrantz y la abstención de Elena Highton.
Es que el debilitado titular de la Corte era la figura en la que Macri confiaba para tener garantizada su impunidad por los próximos años, ante la alternativa de que puedan avanzar causas sensibles que peligrosamente se acerquen a figuras del poder.
Y un dato no menor, precisamente: Rosenkrantz es quien ahora ocupa el cuarto y último escalón en la línea sucesoria del presidente de la Nación. Así, el ex abogado del grupo Clarín ocupa un sitial inimaginable hasta no hace mucho tiempo atrás.
Después de todo, fue uno de los dos elegidos por el presidente -junto a Horacio Rosatti- para el tribunal. Tanto, que violando todas las normas institucionales, intentó nombrarlos por decreto apenas asumió, aunque por el rechazo que recibió esa medida, finalmente debió intervenir el Senado.
Y algo más: fue él quien impulsó la aplicación del 2 x 1 a secuestradores, torturadores y asesinos de la última dictadura militar y que, a raíz del repudio generalizado que provocó esa iniciativa, no hubo más remedio que dejarla de lado.
Mientras tanto, Macri está convencido de que a Rosenkrantz le hicieron una cama, y acusa a lo que define como “la mayoría peronista” de la Corte (en referencia a Lorenzetti, Maqueda y Rosatti), lo cual no deja de ser una suposición que no tiene visos de realidad.
Maqueda y Rosatti llegaron a cargos electivos con la divisa justicialista, pero los dos consideran que la Corte es el fin de una carrera política. Lorenzetti a veces alega un pasado peronista, pero es, como lo definen irónicamente en los tribunales, un “lorenzettista”.
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https://info135.com.ar/2018/12/19/la-furia-de-macri-con-la-corte-ataca-la-debilidad-de-rosenkrantz-y-hasta-ve-un-golpe-de-estado-en-el-tribunal/
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