domingo, 30 de agosto de 2015
LA FOTO QUE ADELANTA, por Carlos Alberto Villalba (para "Miradas al Sur" del 30-08-15)
A las 19.30 del domingo 23 de agosto de 2015, en un país del Cono Sur de América llamado Argentina, el Tribunal Electoral de Tucumán, una de las provincias del Norte de su territorio, comenzó a dar los datos de las elecciones provinciales que se realizaron durante esa jornada. Sin embargo, los portales de los diarios más importantes del país anunciaban que “los resultados recién comenzarán a conocerse después de las 22 horas”. A las 18, el sitio web del grupo de medios más importante llegaba aún más lejos, al afirmar que “las autoridades electorales estimaron que recién en la madrugada del lunes se conocerán los primeros resultados”.
Los derrotados de la jornada –el conjunto de la oposición nacional– buscaron a los medios para repetir lo que una supuesta empresa encuestadora ya había anunciado antes del cierre de las urnas y reiterar lo que intentó instalar cuatro días antes Mauricio Macri: la palabra fraude. El jueves posterior posaron para la foto, adelantaron sus relojes y calendarios y ya mostraron la hilacha de su estrategia electoral, que apunta a la deslegitimación de cualquier resultado que no les satisfaga. Sería un paliativo al fracaso del objetivo de los grupos de presión que quieren que Massa baje su candidatura nacional y María Eugenia Vidal la provincial, para que Felipe Solá complemente a Macri.
En ese país, en estos tiempos, pasan esas cosas. Los jugadores más fuertes no salen a la cancha, mandan a sus dirigidos políticos a entreverarse en la disputa, sus medios tratan de moldear a sus propios delegados y pretenden condicionar el pensamiento electoral de los ciudadanos, por ejemplo, dando vuelta el impacto de un resultado electoral para reemplazarlo por denuncias.
Sostener el tufo
Lo que pasó en Tucumán tuvo un antecedente en Santa Fe, donde, con el mismo discurso y a pocas horas de cerrada la elección en la que el PRO jugó su única carta ganadora fuera de la esfera municipal porteña y la perdió, gritaron fraude. Y todo indica –Macri ya avisó– que se repetirá el 20 de septiembre en el Chaco, donde se descuenta un triunfo rotundo del FpV. La intención es sostener en el aire el olor a fraude hasta el domingo 25 de octubre, día de las elecciones generales nacionales. Si al cierre comicial los opositores, sus asesores y sus mandantes olfatean un triunfo en primera vuelta de la fórmula Scioli-Zannini, los focos volverán sobre ella y el título cambiará el “triunfo” –con derrota de Macri-Scioli-Stolbizer-etc.– por “fraude”.
Si los medios o sus notas no definen elecciones, entonces, ¿para qué sirven?, ¿por qué reiteran la maniobra? Si las denuncias son desechadas porque, además de falsas, en general ni se molestan en formalizarlas ante la Justicia, entonces ¿de qué se trata? De limar, de pasarle escofina a la confianza de la ciudadanía, de intentar debilitar al candidato oficialista, de tratar de restarle legitimidad a su elección.
Si no lo pueden sacar de la cancha, un presidente electo débil, de escasa legitimidad, sería un objetivo fácil para quienes buscan presionar, imponer condiciones o recortar políticas en vigencia. Un mandato presidencial cuestionado desde el primer día sería presa propicia de los desestabilizadores, de los mismos destituyentes que no pudieron con los dos mandatos de Cristina Kirchner.
Esa es una de las herramientas, lo será durante las siguientes ocho semanas. Habrá más. Las informaciones judiciales, todas en clave negativa y a toda plana en los diarios de mayor peso en la agenda informativa, que marcan el ritmo y los contenidos de la inmensa mayoría de los medios del país, desde los nacionales hasta la menos potente de las FM de baja potencia. Hotesur y la familia Kirchner, Nisman y su “asesinato”, Aníbal Fernández y la efedrina son los títulos ya instalados.
Y el dólar
El dólar en el que lograron refugiarse algunos en medio de hiperdevaluaciones, negociados de la dictadura o los corralitos de la Alianza que hoy pretenden resucitar. El billete verde que enamora a la clase media argentina, el que los sectores más concentrados de la economía quieren empujar a los cielos con corridas bancarias, retención de la liquidación de la soja que siembra de silos plásticos las tierras del poroto aceitero o con maniobras o fugas hacia guaridas fiscales.
Si lograsen teñir un triunfo del Frente para la Victoria con un guión de estas características habrán generado terreno blando para plantar su pliego de condiciones y exigir, por ejemplo, reducciones impositivas –como las que ya les prometieron Macri y Massa–, endeudamiento externo desvinculado del desarrollo –como el que ya contrae la Ciudad de Buenos Aires desde hace años– o una desinversión social que impida sostener los planes sociales que benefician a muchos de los empobrecidos por las políticas que ellos mismos practicaron… antes de que Néstor Kirchner se sentase a gobernar, sin dejar sus principios en la puerta de la Rosada.
Publicado en:
http://www.miradasalsur.com.ar/2015/08/30/revista/tema-de-tapa-la-foto-que-adelanta/
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