domingo, 28 de junio de 2015
UN PACTO PARA SEGUIR, por Pablo Galand (para "Veintitrés" del 25-06-15)
Reunión Cristina-Scioli-Zannini
En la reunión que por espacio de dos horas mantuvieron la semana pasada Cristina Fernández, Daniel Scioli y Carlos Zannini en la Casa Rosada se terminó de diseñar el nuevo reparto de poder y roles a partir de diciembre de 2015, si es que el gobernador bonaerense es elegido presidente de la Nación. La conformación de las listas del Frente para la Victoria dejó en claro que el centro de poder del kirchnerismo duro pasará a estar en el Congreso y que Scioli tendrá cierto margen de autonomía para conformar su gabinete de gobierno. De hecho, el pase a cargos legislativos de ministros y secretarios con peso e historia en estos años de gestión como Julio De Vido, Carlos Tomada, Axel Kicillof, Wado de Pedro y Oscar Parrilli revelan que en caso de que el bonaerense llegue a la Rosada no se verá en la obligación de tener que heredar funcionarios de la actual mandataria. Una circunstancia que marca una diferencia notoria con el traspaso que se dio entre Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner.
¿Significa esto que Scioli tendrá total libertad a la hora de comenzar a gobernar? De ningún modo. “Daniel tiene la gran oportunidad de demostrar que está a la altura de enfrentar los desafíos que se le plantean al país en el futuro inmediato y a la vez no tirar por la borda todo lo que se construyó en estos doce años”, asegura a Veintitrés un kirchnerista de paladar negro, que desde un principio avaló el binomio Scioli-Zannini como la fórmula que mejor garantiza la síntesis y la continuidad del modelo. “Cristina es consciente de que hay cuestiones que ella deja sin resolver y que por lo tanto requerirán de medidas que pueden ser antipáticas. Por lo tanto, se va a manejar con cierta flexibilidad”, completa la fuente.
Miguel Bein, el economista de consulta de Scioli y que muchas veces dice lo que el gobernador no puede decir, ante los foros a los que lo convocan plantea tres medidas para despejar los problemas que hoy enfrenta la economía: retiro gradual de los subsidios domiciliarios a los sectores medios y medios altos, eliminación de las retenciones a actividades agrícolas que poco aportan a las arcas públicas (fundamentalmente las vinculadas con las economías regionales) y una negociación con los fondos buitre que incluya un pago parcial de sus reclamos. “Las dos primeras pasan, la tercera habría que ver cómo se la encara y cuál será el resultado de esa negociación”, asegura otra fuente kirchnerista cuando se le plantea si ese tipo de medidas contaría con el respaldo de Cristina Fernández desde el llano.
Lo que quedó en claro de la reunión tripartita en la Rosada es que Scioli contará desde el kirchnerismo con los 100 días de gracia que siempre se le suele conceder a un flamante gobierno. “Durante ese tiempo, Scioli tendrá que demostrar que no hará seguidismo bobo para congraciarse con Cristina ni tampoco se bandeará hacia un ajuste ortodoxo al que claramente nos opondremos”, señala una de las fuentes.
Con el grado de autonomía negociado, en el sciolismo empiezan a bosquejar un posible gabinete. Uno de los primeros casilleros que quedará ocupado es el del jefe de Gabinete, en el que Alberto Pérez es número puesto. También es altamente probable la creación del Ministerio de Energía, a partir de la relevancia que tomará el desarrollo del yacimiento Vaca Muerta. Para esa flamante cartera suena fuerte el actual gobernador de Neuquén, Jorge Sapag, que supo tejer buenos lazos con el CEO de YPF Miguel Galuccio –que seguiría en el cargo con Scioli– y que también tiene buena relación con el kirchnerismo. En Economía, Scioli evitaría ubicar a Bein, lo que sería leído casi como una provocación en el mundo K. La alternativa sería colocar a algún funcionario del gobierno bonaerense como la actual ministra de Economía Silvina Batakis o Rafael Perelmitter, que integra el directorio del Banco Provincia y también ocupó la cartera económica. Algunos se animan a nombrar a Diego Bossio, otro kirchnerista de muy buena relación con Scioli. Casi está descartado que Kicillof integre el gabinete, pese a que unas semanas atrás Scioli definió como una persona “muy valiosa” al actual titular de Economía. En lo referido a las relaciones exteriores, Scioli tiene a Rafael Follonier como uno de sus principales asesores. Si bien esto no significa que pueda convertirse en su canciller, posiblemente su opinión será muy gravitante a la hora de designar un nombre. “La política exterior de Daniel va a retomar el rumbo que tuvo en el primer gobierno de Néstor”, aseguran cerca del bonaerense para rechazar cualquier atisbo de “relaciones carnales” con Estados Unidos.
Mientras en el sciolismo piensan en un futuro gabinete, el kirchnerismo sin Cristina Fernández en la Rosada apunta a través de La Cámpora a concentrar su poder en el Congreso y hacerse fuerte en territorio bonaerense. De la conformación de las listas se desprende que la agrupación liderada por Máximo Kirchner tendrá en la Cámara baja entre 25 y 30 diputados nacionales. Se trata de un número para nada desdeñable si se tiene en cuenta que la estimación es que el Frente para la Victoria cuente con un bloque que ronde los 110 o 120 diputados luego de las elecciones. En tanto que en el Senado hará cabeza de playa con la mendocina Anabel Fernández Sagasti y la pampeana María Luz Alonso.
La Cámpora también apunta a hacerse fuerte en el principal distrito del país. Si bien no terció en las dos fórmulas a gobernador que competirán dentro del FPV en las PASO, sí tendrá una importante presencia en la Legislatura bonaerense y tratará de hacer pie en varias intendencias. En las ocho secciones electorales en que se divide el territorio bonaerenses, esa agrupación logró ubicar candidatos en lugares expectantes en todas, y en varias de ellas sus dirigentes encabezan la lista. Por lo tanto, cualquiera sea el gobernador electo tendrá que negociar con un potente bloque camporista en la Legislatura.
El novel agrupamiento cristinista también aspira a ocupar cargos ejecutivos, y con ese objetivo dará pelea en seis municipios bonaerenses. Las mayores chances de ganar las tiene en los partidos de Lanús y Mercedes. En el primero, el secretario de Justicia, Julián Álvarez, logró que el actual intendente, Darío Díaz Pérez, no se presente por un nuevo mandato y por lo tanto no tendrá rival en las PASO. Lo mismo sucederá en Mercedes, donde se presenta Juan Ustarroz, hermano de crianza del secretario de la Presidencia, Eduardo “Wado” De Pedro. En otros cuatro distritos, los dirigentes de La Cámpora se enfrentarán en las PASO con los actuales intendentes del Frente para la Victoria. Ellos son Walter Festa (competirá con Mariano West en Moreno), Diego Barralle (que enfrenta a Daniel Di Sabatino en San Vicente) y Florencia Saintout (se medirá con Pablo Bruera en La Plata).
Scioli en la Rosada y la agrupación más leal a Cristina Fernández haciendo pie en el Congreso y en la provincia de Buenos Aires, es el esquema al que aspira el Frente para la Victoria como resultado de las elecciones de octubre. Un escenario que genera entusiasmo tanto en sciolistas como en kirchneristas.
Publicado en:
http://www.veintitres.com.ar/article/details/35438/un-pacto-para-seguir
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