REFLEXIONES EN VOZ ALTA DE UN MILITANTE
Debo confesar que nunca me gustó Daniel Scioli.
Siempre le tuve desconfianza. Allá lejos y hace tiempo, en 2003, un amigo lo
definió de una forma que me sigue pareciendo excelente. Mi amigo Gerardo, me
dijo: “Daniel es un liberal macanudo”. Yo lo veía como un aliado táctico, como
lo fueron en su momento Eduardo Duhalde, Martín Redrado, Felipe Solá, Graciela
Ocaña o Alberto Fernández. Los aliados tácticos, en algún momento, se van y
siguen su propio camino…
Nunca pude entender a Scioli. Siempre me
confundió, me desconcertó, Me enojé cada vez que concurría al “Coloquio de
IDEA”, cada vez que aparecía en un programa del “Grupo Clarín”, cada vez que se
sacaba fotos con referentes opositores.
Muchas veces temí que diera el portazo en el
peor momento, y se alejara denunciando a diestra y siniestra, como lo hicieron
otros, como lo hicieron tantos, incluso algunos que parecían ideológicamente
más afines (como Miguel Bonasso o Victoria Donda).
Temí que nos dejara en 2008, en el año tan
duro, tan terrible, del golpe agro-mediático. Pero Scioli permaneció con
nosotros.
Pensé que se iba tras las elecciones de 2009,
cuando De Narváez le ganó a Néstor en la Provincia de Buenos Aires y muchos pensaban que era
el fin de todo, el famoso “Fin de Ciklo” tantas veces anunciado. Pero Scioli
siguió firme, “como rulo de estatua”.
Temí que diera el portazo tras la muerte de
Néstor, en 2010, como hicieron Hugo Moyano, Julio Piumatto y otros dirigentes
sindicales. Pero no. Siguió ahí, como siempre.
Imaginé que haría “la
Gran Massa” en 2013… y en cambio lo ví
vestido de bombero y con la manguera en la mano.
¿Quién es realmente Daniel Osvaldo Scioli? ¿Es
el que va a eventos de Clarín o al programa de Mirtha Legrand o es el que
estuvo en 678 y nos acompañó en todos los temporales? ¿Es el que escucha a
Blejer y Bein o el que habla maravillas de Kicillof?... Realmente no lo sé…
¿Puede verse como “táctico” a un aliado que ya
lleva más de doce años con nosotros?... Después de tanto tiempo… ¿No sería más
bien un aliado “estratégico”? ¿No es ya parte de nosotros?...
Me desorienta Daniel Osvaldo Scioli. Reconozco
mi incapacidad para comprenderlo. En cambio no me desorienta Cristina Fernández
de Kirchner. Llevo más de una década confiando en ella, y nunca me ha
defraudado. Si Cristina apuesta por él, debo al menos darle al motonauta el
beneficio de la duda.
La jugada de Cristina fue muy clara: sale Randazzo, entra Zannini. Puso en cancha
al hombre de más confianza de la familia Kirchner en los últimos treinta años.
Con ese gesto ella se puso la candidatura de Scioli sobre los hombros.
Zannini no está para “vigilar a Scioli”, como
dicen algunos. Lo dijo con mucha perspicacia Dante Augusto Palma hace algunos
días: Zannini es un mensaje para nosotros, los militantes. Nos indica
claramente las intenciones de la
Presidenta, nos dice dónde ella “puso los porotos” en esta
elección.
Además de la nota de Palma, también me dejó
pensando un artículo impactante de Mariana Moyano, “Sapos o vidrio”, con el
que me siento plenamente identificado. La panelista de 678 resume la cuestión
con una frase simple pero concluyente: “Me voy a tragar un sapo, porque no como
vidrio”.
El partido ya comienza. Hay que sacar el equipo
a la cancha, para empezar a jugar.
Somos el Frente para la Victoria.
Hay que GANAR.
Adrián Corbella
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