Las elecciones presidenciales de Brasil dejaron al ex presidente Luis Inacio Lula Da Silva a las puertas de ganar en primera vuelta: cerró con 99.82% de votos escrutados en 48.38% de los votos. Necesitaba la mitad más uno. Esa diferencia podría haberla obtenido de no haberse presentado Ciro Cardoso, que obtuvo una cantidad de votos superior a esa diferencia.
El escrutinio fue extraño pues los primeros datos que se dieron ayer a la tarde, con 0.25% escrutado, daba al actual presidente Bolsonaro en primer puesto con casi 49% con un 42% de Lula. Luego, a medida que fueron ingresando al sistema más votos, las diferencias se fueron achicando y luego se revirtieron, quedando casi al revés de los números iniciales.
Desde el lado del PT, se puede destacar una excelente elección de Lula, que puede llegar a ser su mejor elección en primera vuelta. Desde el otro lado se observa, como pasa también en Argentina y otros países de la región, la consolidación de un bloque de derecha casi fascista que sigue votando a sus candidatos sin importar cuales sean los resultados concretos que tengan esos candidatos cuando ganan.
La segunda vuelta será el 30 de octubre. El resultado parece cantado debido a los pocos votos que le faltaron a Lula para llegar al 50%.
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