Carta abierta a la vecina del departamento de arriba al de Cristina, por Ricardo Krakobsky

Estimada y –por lo que voy a exponer a continuación- “querida” vecina:

                Quiero manifestarle mi respeto y agradecimiento. Reconozco que sus apariciones mediáticas y comentarios de compañeros me hicieron pensar mal de usted en algún momento. Y sé que, al menos hasta hace poco, usted no sentía ninguna solidaridad con su vecina de abajo, sino todo lo contrario. Por eso su gesto toma la dimensión del desprendimiento, de superación de los enconos.

                Se estará preguntando de cuál gesto hablo… Su acompañamiento a nuestras consignas. Me explico: ayer me acerqué a la esquina de su casa (en realidad fui por Cristina, claro) para compartir con mis compañeros y compañeras el cuidado del edificio de ambas. Usted sabe: hubo durante tantos años tanto vándalo, tanto grupejo violento capaz de insultar durante horas, arrojar piedras o, como lo hicieron en el Instituto Patria, arrojar basura (hecho que demostró qué es lo que tienen para ofrecernos).

                Bueno, la cuestión es que iba yo a corear unos cánticos con la muchachada (cantar es más bonito que insultar, estaremos de acuerdo en esto) con muchos reparos hacia su persona, y cuando llego… veo que instaló en su ventana una bandera que, a su modo, levanta una de las principales consignas que tenemos. Su gesto, en esta coyuntura, la engrandece.

                Usted lo sabe, pero como elegí que la carta fuera “abierta” paso contar:La vecina de Cristina puso un cartel que reclama por justicia independiente. Así como lo leen. Por eso mi reconocimiento. Un gesto digno del gaucho Cruz.

                Voy a tratar de desarrollar todo lo que sintetiza esa republicana consigna que nos desvela a usted, a mí y a su vecina de abajo. Como seguramente a millones de argentinos:

                Durante los cuatro años de gobierno de  Mauricio Macri se ha “intrusado”, contaminado, el Poder Judicial hasta pulverizar la limitada independencia que ostentaba. Cierto es que el problema viene desde la anterior oleada neoliberal, en los tiempos de la “servilleta de Corach” que acomodó Jueces amigos del Poder real concentrado (porque convengamos que la falta de independencia no es sólo por un partido o alianza política que lo maneja, sino mucho más grave:  cuando los líderes de esa fuerza política o sus aportantes y beneficiarios son… bueno, digásmolo a nuestro estilo, la oligarquía, la balanza de la señora de ojos vendados golpea en la cabeza de los pobres y de sus defensores).

                Primero, el expresidente Macri nombró a dos jueces de la Corte Suprema por decreto. Nunca antes visto en democracia. Argumentan por ahí que más tarde sus pliegos pasaron por el Congreso, pero el detalle indecoroso, antirrepublicano, es que los señores Rosenkrantz y Rosatti ¡aceptaron! A partir de ahí quedamos avisados: estos señores podían firmar cualquier cosa en contra de la Constitución.

                Comprendo su actitud, querida vecina, usted habrá sopesado esto con la actitud del expresidente Kirchner, quien se autolimitó en sus facultades y terminó generando una Corte Suprema que fue orgullo de los argentinos y ahí nomás habrá decidido elegir una sábana ya en desuso para empezar el reclamo.

                 Nos enteramos, días después,  que a la Jefa de los fiscales, nombrada constitucionalmente, se la hostigó en forma mafiosa hasta su renuncia. Si, señora, usted habrá escuchado sus denuncias como yo y se debe haber indignado. Si hasta se metieron con sus hijas. Sí, al estilo mafia siciliana, esa de las películas. Aguantó bastante la procuradora; heroicamente no renunció hasta septiembre de 2017. Desde ese momento hay un Fiscal interino. ¡Un interinato que ya lleva cinco años! Bueno, ya se trataría de un “ocupa” el maestro Casal. Ocurre que los Senadores de la Alianza Cambiemos no quieren tratar su renovación porque el señor éste les ha demostrado una afinidad y lealtad infinitas. Entonces, usted, habrá ido a comprar la pintura para hacer el cartel.

                Menos notorio para quienes no estamos en cuestiones de palacios judiciales fueron los varios movimientos “a dedo”, ascensos sin concurso previo, reacomodaciones varias, que hizo el macrismo. Los casos más… famosos –digo-, oprobiosos –debería decir- fueron los de Bruglia y Bertuzzi que fueron a parar a Casación, o sea el Tribunal que revisa que los procedimientos ejecutados fueron conformes a derecho, una instancia como de reaseguro de la mentada independencia cooptado por afiliados a Cambiemos, o mejor dicho, por su soldadesca.

                Creo que por ahí anda también el Juez Llorens, arquero del Liverpool, equipo futbolístico judicial que comparten fiscales y jueces, cosa extraña si van a compartir causas donde uno acusa y otro debe impartir justicia. Pero no sería tan grave si no jugaran en un torneo que organiza el mismísimo expresidente en una Quinta de su propiedad. Quiero imaginar su indignación, queridísima vecina, la mañana que leyó en los diarios… perdón, en el diario (lo levantó uno solo) que el Fiscal que acusa a “su vecina de abajo” y uno de los jueces juegan en el mismo equipo, “…y en el mismo lodo, todos manoseaos”.

                No, ahora que pienso, calculo que usted no lee Página/12 justamente; pero, bueno, al día siguiente fue vox populi y ahí arrancó a dibujar las letras del cartel. Bien ahí. Porque entonces debe haber calculado: “…a mi vecina de abajo le quedan tres estrados: en uno la juzgan jugadores de fútbol de Macri, en otro visitantes a las canchas y vestuarios de Olivos (en los años de Macri Presidente) y de los Abrojos, y en la tercera, la juzgan esos que Macri nombró a dedo…”. Ahí se indignó, seguro. Yo, también.

                O tal vez le vino de antes: cuando nos enteramos que un Presidente de un Tribunal importantísimo, apellidado Hornos, también jugaba en Deportivo Macri, pero al Paddle. ¿O ese era el Juez Borinsky? Son tantos pero tantos que ya me confundo.

                Vamos a sincerarnos. En verdad usted habrá iniciado la bandera cuando se enteró que un Juez había ido a visitar a su vecina mientras era presidenta. Diga la verdad. El diario Clarín, que sí debe leer, lo denunció durante días. Y luego se enteró que era mentira. Un invento de cabo a rabo. Ahí guardó el trapo… pero ahora le sirve. Bien, no desperdiciamos la tela.

                ¿Vio que a Cristina la acusan de haber hecho lo que nunca hizo pero casualmente ellos (el macrismo) sí han hecho? Y la denuncian. O sea, saben perfectamente que están cometiendo un delito mientras lo comenten, no vaya a creer. Es como si la policía de la Ciudad de Buenos Aires considerara una contravención cantar en la puerta de su casa, señora, y lo impidiera con violentas vallas y no considerara nada si alguien se parara allí a gritar improperios. Raro. Pero pasa.

En fin, no quiero aburrirla. Estamos en la misma lucha. No puede ser que el Poder Judicial tenga a un Fiscal, apellidado Stornelli, que se negó a presentarse ante la justicia una y otra vez, dando un ejemplo por lo menos indecoroso. O se acuerda de otro, Marijuan, que patrocinado por la televisión llevó retroexcavadoras a buscar bóvedas ¡en la Patagonia! Esa pavada solo hecha para difamar a su vecina la pagamos usted y yo. O cree que Marijuan no sabe que hoy en día el dinero se roba de otro modo, digamos más informático: se aprieta un botón en Barrio Parque, para poner un ejemplo cualquiera, y aparece una cifra de dinero en Panamá… Es solo un ejemplo.

Esto me hizo acordar el caso de los Panamá Papers. Usted se debe haber preguntado como yo qué pasó con eso. Un presidente mencionado nueve veces allí. Y la Justicia argentina como si nada. Ahí fue, entonces. De ahí viene su cartel pidiendo una “Justicia independiente”.

Tenemos los casos del fiscal Plee y del Fiscal Policita, que según me han contado superpuso la función pública con una changuita de seguridad en Boca Juniors mientras Macri y/o Angelici eran sus presidentes. Estos y el impresentable (ojo, lo llamo así porque nunca se presentó ante la justicia) de Stornelli fueron los primeros acusadores de su vecina. Ese “lodo” es tremendo y me angustia porque soy hincha de Boca… Se acuerda que los medios llamaban “Operador judicial” a ese gordito simpático de Angelici. ¿Dónde se estudia esa carrera? ¿Qué opera u operó? Lo mismo que Pepín, ese pibe que se profugó. Dicen que entraba y salía de los despachos de la Corte Suprema más que Magnetto, Mucho decir.

Le digo que en otras partes del país pasan cosas parecidas. Salgamos de los casos de su vecina. En plena pandemia un Juez de Córdoba, Bustos Fierro, obligó a que las familias del país pagaran por los servicios de telefonía e informáticos mucho más que lo que decretaba el Presidente. Yo soy docente y le puedo asegurar que amuchas familias en aquella coyuntura se les hizo muy difícil pagarles a las compañías sus tenebrosos aumentos. Pero el juececito falló a favor de los poderosos. Sobre su conciencia debe pesar las decenas de miles de niños y niñas que se desescolarizaron en ese período.

La verdad, en este caso vemos claramente la importancia de su pedido. Un juez que hace durar una cautelar “más que interinato de fiscal macrista”que beneficia a gente que hizo muuuuuuuucho dinero, y en contra de todo un pueblo. La incluyo como damnificada, por supuesto, los de mi Movimiento cuando defendemos derechos lo hacemos para todos y todas.

Bueno, sino está el caso Vicentín–sus directivos, amiguitos también de Mauricio Macri-que por un lado estafó en cientos de millones de pesos al Banco de la Nación Argentina (o sea, a usted, a mí, y a todo el país) y, por el otro, a muchos productores agropecuarios. Sí, a esos que seguramente usted defendió durante aquellos días cuando el actual senador Martín Lousteou (sí, su senador) anunciara la 125, ¿se acuerda? Bueno, a muchos de aquellos productores, Vicentín “los dejó culo pal norte”, como decimos en el campo. ¿Y la justicia? Ah, allí, un tal, creo, Juez Lorenzini fue resolviendo el caso a favor de los estafadores. Así como lo escucha…

La lista continúa. Habría una carta enterita para contarle lo que pasa con Conte Grand en la provincia de Buenos Aires, pero no quiero aburrirla y tal vez conozca del asunto de ese procurador que viaja por el mundo con Macri… y yo solo redundaría porque, en definitiva, usted, y no yo, fue la que colgó ese cartel y lo hizo flamear sobre las ventanas de nuestra amada Cristina.¡Levantemos juntos, compañera (permítame llamarla así), esa bandera que usted escribió y llevémosla a la victoria, que será el día que todos los funcionarios judiciales mencionados aquí reciban su primera citación a Juicio Político…

 

Muy afectuosamente

                                     Ricardo Krakobsky