La unidad del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires
Por Sebastián Cazón
27 de junio de 2021
A menos de un mes del cierre de listas para las elecciones legislativas, la unidad del Frente de Todos en la provincia de Buenos Aires está garantizada. El Congreso del PJ bonaerense ratificó esta semana esa postura y coronó simbólicamente a Máximo Kirchner como cabeza del espacio. Si bien asumirá recién en diciembre, y más allá de un puñado de disidencias, los intendentes aceptaron hace tiempo que la conducción de hecho esté en manos del líder de La Cámpora, quien ahora es el encargado de administrar las disputas internas. Desde su entorno anticipan que las candidaturas saldrán por consenso y se definirán a último momento. En Casa Rosada, aseguran que en estos comicios “los nombres propios serán secundarios” y que a la elección “se la van a poner al hombro” Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Axel Kicillof. “La franquicia vale más que las individualidades”, sintetizan.
Las negociaciones que afronta el jefe del bloque oficialista en Diputados no son sencillas. Tendrá tiempo hasta el 24 de julio para encontrar el equilibrio en una coalición con muchas vertientes. En ese esquema trabaja la denominada mesa de los lunes en La Plata, compuesta por Kirchner, Kicillof; el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; los ministros Eduardo “Wado” de Pedro y Gabriel Katopodis; y los intendentes Martín Insaurralde, Fernando Espinoza y Leonardo Nardini. “Ahí están reflejados todos los sectores que integran el Frente”, señalan en el Gobierno.
La lapicera de Máximo
La asistencia de más de 800 representantes de todos los sectores al Congreso del PJ de la Provincia le otorgó volumen político a un acto que a priori era burocrático: habilitar al partido a integrar alianzas y frentes en los próximos comicios. El evento no fue solo protocolar sino también la legitimación del desembarco de Máximo Kirchner al partido. El ruido interno que a principio de año provocó su llegada, hoy, es cada vez más silencioso. Más allá del enojo público del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, y el silbido por lo bajo de otros dirigentes díscolos, el alineamiento es contundente. La reticencia del actual presidente del espacio, Gustavo Menéndez, se disipó después de charlas y cafés que mantuvo con Kirchner. El acercamiento de “Juanchi” Zabaleta llegó de la mano de Katopodis. El grueso de los intendentes entendió que avalar la conducción del líder de La Cámpora es sincerar una realidad política, ponerle título al poder en la Provincia.
En la vereda de enfrente, fuentes cercanas a Gray, señalan que es el único jefe comunal que se anima a mostrar su enojo públicamente, pero que existe una corriente dentro del partido que piensa lo mismo que él. "No vamos a permitir que Máximo tenga la lapicera. Acá hay una sobrerrepresentación de La Cámpora y una subrepresentación del territorio", enfatizan. Desde el peronismo, le bajan el tono al conflicto y aclaran que lo más importante es que “ahora la lapicera vuelve a estar adentro del partido” y que incluso quienes tienen divergencias se mantienen en el espacio. “Eso nos fortalece y nos vuelve a ubicar en la centralidad de la política”, destacan. En otros términos, celebran que la disputa de poder se dé hacia el interior del partido y que se hayan dejado atrás experiencias como Unidad Ciudadana o Unidos y Organizados. En La Cámpora insisten en que las viejas tensiones con dirigentes del peronismo tradicional son parte de una etapa pasada.
¿Qué pone en juego el FdT?
En las próximas elecciones, la Cámara de Diputados renueva 35 bancas por la Provincia de Buenos Aires y el bloque del Frente de Todos pone en juego a 16 legisladores salientes: Walter Correa, Héctor "Gallego" Fernández, Marcelo Keonig, Mónica Macha, Leopoldo Moreau, Nicolás Rodríguez Saá, Laura Russo, Vanesa Siley, Romina Uhrig, Fernanda Vallejos, Carlos Ortega, Mirta Tundis, Hugo Yasky, María Liliana Schwihdt, Claudia Bernazza y José Ignacio De Mendiguren.
En la nómina a reemplazar no figura ningún dirigente de La Cámpora. Los diputados nacionales que fueron electos en 2017 pasaron a la gestión pública. De ahí que tenga todo para ganar. Otro punto a resaltar es que muchos legisladores de peso votados hace cuatro años, hoy ocupan puestos importantes en funciones ejecutivas: los ministros Daniel Arroyo, Felipe Solá y Roberto Salvarezza; el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla; la secretaria de Inclusión Social, Laura Alonso; el embajador de Brasil, Daniel Scioli; y el intendente Fernando Espinoza. “Que muchos compañeros ahora tengan cargos importantes nos da mayor holgura para negociar la lista porque hay menos figuras con peso específico para negociar”, reconocen en el peronismo.
Los nombres que surgen para reemplazarlos no son ninguna novedad. Hay dos referentes de La Cámpora como la titular de Anses, Fernanda Raverta y la Directora del PAMI, Luana Volnovich. Sobre ellas, la incógnita gira en torno así le conviene o no a la agrupación resignar puestos claves de gestión para ir al Congreso. También fueron sondeados la presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz y el exgobernador Scioli. Sobre los rumores que indican que Alberto Fernández hará salir a la cancha a funcionarios de alto rango, en Balcerce 50 responden: "Tenemos muy buenos ministros y es mejor que sigan siendo parte del Gobierno".
En el PJ de la Provincia dejan en claro que el armado de la unidad va a respetar objetivamente las fuerzas que integran el Frente de Todos y tomar en cuenta la realidad de las secciones electorales en función de los intendentes. No obstante, hay municipios en los que, ya sea por históricas disputas o la aparición de nuevos dirigentes, será imposible evitar las PASO.
Un aspecto clave para el PJ bonaerense y el gobierno de Kicillof es aumentar el poder de fuego en la Legislatura. Hoy, el bloque oficialista en la Cámara alta es minoría y confía en darán vuelta la ecuación. De las 23 bancas que se renuevan, 16 corresponden a Juntos por el Cambio y solo 7 al Frente de Todos. El techo para crecer es alto.
La tensa calma en el oficialismo y los cimbronazos en la oposición son el mejor ejemplo de que el poder ordena. "Por más de que en Juntos por el Cambio terminen acordando, las heridas quedan. Eso después tienen su reflejo electoral", analizan en la gobernación bonaerense. En principio, el Frente de Todos transita en armonía el camino hacia las urnas. “Por ahora, está todo muy tranquilo. Al 23 de julio seguro alguna chispa aparecerá, es normal, pasa siempre. Pero vamos a estar todos juntos y por encima de los 40 puntos”, concluye optimista un funcionario de primera línea.
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