El mejor equipo de los últimos 50 años ¡? se despide del poder en medio de una crisis económica y política terminal que el mismo generó. Cada una de sus promesas 2015, se hicieron añicos ante la cruel realidad que padece casi todo el país. La devaluación, default, fuga de divisas y control de cambios desnudan cómo y porqué fracasó rotundamente la eficiencia CEO.
por Walter Darío Valdéz Lettieri
@WDVL4
Mauricio Macri fue electo presidente gracias a una campaña electoral que apeló al marketing, y capitalizó el histórico voto antiperonista, tras el lógico desgaste del kirchnerismo luego de 12 años de permanencia en el poder. No al default y la devaluación del Peso, eliminación del cepo cambiario, el augurio de una lluvia de inversiones que llegaría de la mano de la liberalización de los mercados y la recuperación de la confianza, fueron promesas matizadas con otras de perfil social como Pobreza Cero y la falaz mentira de q su futuro gobierno, integrado por una serie de eficientes CEOs provenientes de la élite empresaria y financiera local, garantizaría que ningún argentino pierda uno solo de los derechos adquiridos hasta entonces.
Por aquellos días muy pocos protagonistas de la realidad se animaban a dudar de aquellas promesas y menos aún del “éxito” que según aquel coro de ángeles afines, tendría asegurada la gestión Macri. Una de las voces disonantes fue la de la socióloga Ana Castellani Directora de CITRA quien en la mañana del 29 de Octubre de 2015, diagnosticó y anticipó lo que hoy vivimos desde su cuenta de twitter.
Tras 4 años de gestión, la falsa “eficiencia CEO” q anticipó muy acertada la impulsora del Observatorio de las Elites demostró cabalmente no ser tal, sino una farsa que disfrazó el verdadero objetivo de la élite que accedió al poder a través de la figura de Macri: la “captura” del Estado, para que mediante sus decisiones de política económica, dicho sector consolide su hegemonía y multiplique exponencialmente sus ganancias.
El proyecto oficialista no sólo apuntó a cooptar los resortes de la administración pública en beneficio propio, sino q para legitimarla, buscó “producir” un nuevo “sentido común” una “captura cultural” q la Dra. Castellani expuso ante el Congreso Nacional alertando también sobre los riesgos que ella genera, para la plena vigencia del propio sistema democrático.
La “puerta giratoria” mediante la cual conocidos empresarios pasan de administrar a regular poderosos intereses privados, no sólo aplica en Argentina. Basta notar que Donald Trump (EEUU) Sebastian Piñera (Chile) y Pedro Kuczynsk (Perú) encarnan, más allá de sus particularidades, esquemas de poder muy parecidos al que impuso el Presidente Macri. Dicha práctica, lejos de mejorar la eficiencia administrativa del estado y con ella la distribución del ingreso, representa una nueva etapa en la pretendida consolidación del modelo neoliberal en latinoamérica, genenardo inmensos riesgos institucionales a partir de evidentes conflictos de intereses y pérdida total de la soberanía política de los estados que la llevan a cabo.
Así, de acuerdo al excelente trabajo desarrollado por las investigadoras del Conicet Ana Castellani y Paula Canelo, más de 114 ejecutivos de las principales compañías y estudios de abogados del país, fueron nombrados en alguno de los 367 cargos disponibles dentro de la totalidad de áreas que componen el Gabinete Nacional. Cada uno de ellos, constutuye en sí mismo, una instancia decisoria por donde se filtran los intereses corporativos que antes administraban y articulan con la corrupción y la fuga de divisas.
Ante la falta de dólares, creo q es un buen momento para q el Pdte Macri, Juanjo Aranguren, Nico Dujovne, Nestor Grindetti, Jorge Macri, Leandro Cuccioli, Nicolás y Luis Caputo, Gustavo Arribas Santiago Bausilli, Claudio Avruj, Valentín Díaz Gilligan, etc traigan sus u$s al país— Walter D Valdez Lettieri (@WDVL4) 1 de septiembre de 2019
Cómo es posible que quienes permitieron a grandes compañías obtener inmensas ganancias en nuestro país, hayan fracasado rotundamente en el manejo de la cosa pública? La respuesta es simple: Nunca estuvo verdaderamente dentro de su agenda el bienestar de las grandes mayorías del país. Su desembarco en la administración pública tuvo como objetivo central, promover las remanidas reformas estructurales que cada tanto se le exige al país, como único camino adecuado para encarar un creciemiento sostenido de la economía.
La pérdida de poder adquisitivo del salario al calor del aumento de la desocupación y la precarización laboral, la merma en la capacidad de compra de jubilaciones y pensiones, el pavoroso incremento de la inflación, apoyado en la dolarización de tarifas y el monopolio y cartelización que caracteriza a los formadores de precios, etc. no son más que parte de un modelo económico ya impulsado varias veces en el país. Aquel que como contracara, propone la “financierización” la economía, de la mano del financiamiento del déficit fiscal y de cuenta corriente a partir del endeudamiento externo de cortísimo plazo, que por ser insustentable, sólo pudo ser aplicado en Argentina, hasta los 90s, mediante gobiernos de facto.
Por eso, si bien hoy asistimos a las últimas imágenes del naufragio del submarino amarillo, en realidad éste comenzó deshilacharse en Enero de 2018, cuando el financiamiento voluntario se acabó, y sólo quedó disponible el del fmi, que como sabemos, dada su gran ortodoxia, genera recesión e incumplimiento de metas, por lo tanto default.
“Países europeos le bajaron el pulgar a Macri”
Una de las claves económicas que será vital hacia el futuro, es la actual negociación que se está llevando a cabo para refinanciar la totalidad de la deuda pública de la República Argentina. Si bien sus vencimientos no parecen impagables en 2020, desde 2021 en adelante la situación cambia radicalmente y ello condiciona sobremanera el margen de maniobra que tendrá el próximo gobierno popular. Además, en medio de una recesión que ya lleva 14 meses, la posibilidad de generar las divisas suficientes para honrar la deuda no parece nada sencillo. Primero, claramente, hay que atender la urgencia social y “encender” la economía, para luego retomar el cumplimiento de las obligaciones externas
La virtual negativa del fmi a materializar el desembolso de u$s 5.100 Millones en octubre y la decisión de posponerlo para engrosar las reservas del próximo gobierno, luce como una medida cercana a la racionalidad, pero al mismo tiempo genera mayor incertidumbre ante la gran pregunta que se formulan todos los factores de poder: ¿Cómo hará el Presidente Macri para llegar institucionamente en pie a la entrega del poder? Agotado económicamente su modelo, el principal desafío radica en que la crisis social no se espiralice y gane la calle al estilo 2001, pues si ello ocurre, se abre una caja de pandora de muy delicado pronóstico.
Resulta urgente que la dirigencia política convoque al más amplio diálogo posible para evitar un estallido social ante el aumento de la pobreza e indigencia que se espera tras la furibunda devaluación post PASO. Del mismo deben participar también los trabajadores, empresarios, la iglesia y los movimientos sociales, los que deberán arribar a una rápida conclusión que inste al gobierno nacional a declarar la emergencia alimentaria, para que los casi 16 Millones de argentinos que hoy viven en la pobreza reciban al menos, una nutrición adecuada.
El macrismo deja el poder, en medio de una enorme crisis económica, social e institucional, producto de su notable soberbia e impericia a la hora de administrar el país. Desde lo institucional, su fracaso responde a la negación de la práctica política como herramienta imprescindible para transformar la realidad y mejorar la situación social del país. Pero el fiasco esconde también la mayor falacia de aquel perverso mensaje, diseñado exclusivamente para derrotar desde el engaño, al gobierno popular: el nuevo paradigma de la presunta eficiancia CEO.
Como bien describió días pasados en Página 12 el politólogo Andy Tow
Nos pasamos años advirtiendo del riesgo de un gobierno de turistas, de dolarizados y offshore, y la crisis actual lo patentiza: sin pellejo en juego, la estrategia final óptima es la tierra arrasada, total siempre habrá Punta del Este y el patrimonio en el exterior no se devalúa.
Publicado en:
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