Miradas al Sur. Año 7. Edición número 316. Domingo 8 de Junio de 2014
Estas protestas antichavistas, con más de 4 meses de cultivo han derivado un saldo hasta ahora de 42 muertes, cientos de heridos y detenidos. José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, manifestó en los últimos días que la salida al conflicto requiere concesiones por ambos lados y les urgió a dialogar sin prejuicios.
Un tema de larga data para los venezolanos, no es la primera vez que viven un atentado social de parte del sector de siempre, con las directrices de siempre y con los perjudicados de siempre, en este caso, el pueblo.
Las vivencias, los porqué y dolencias referentes a este tema fueron rescatados en una comprometida conversación en Miradas al Sur con el escritor venezolano Federico Ruiz Tirado, amigo de infancia del comandante Hugo Chávez Frías y actual director de Análisis Estratégico del Ministerio del Ambiente bolivariano. Con una amplia trayectoria en la militancia política y cultural ha escrito libros de cabecera para el comandante Hugo Chávez como 4F: un puñado de pájaros contra la gran costumbre, El fascismo en Venezuela:Idea y Crónicas de la Jauría y Un Día para siempre.
Ruiz Tirado visitó tierra Argentina con el propósito de difundir con carácter de denuncia “el brote de fascismo, esa enfermedad, como si fuese una eruptiva” que se ha arraigado en el espíritu de la derecha venezolana. Su misión es analizar a sus promotores, hacerle perfil y saber sus orígenes para contextualizar el protagonismo de sus acciones, además de evidenciar la matanza forestal que han realizado estos sectores para “salir” del gobierno constitucional de Nicolás Maduro.
–¿Venezuela está ante un golpe continuado?
–Para comprender este momento, se dice en las redes, tanto en el gobierno como gente militante del chavismo, que estamos en una fase importante del golpe suave. Esos términos, golpe prolongado, continuado, ¿de dónde salen? Hay que resemantizar la crisis política, económica, social que hay en Venezuela para dejar de inventar o de superponer nombres a los hechos y a las realidades. Golpe prolongado, como lo definió Nicolás Maduro, también da una idea de un golpe que tiene un ciclo. Para hablar de eso, independientemente de los términos de cómo se califican, acá hubo un golpe de Estado real, el 11 de abril de 2002, que duró 48 horas, donde se instaló un gobierno, y esta modalidad de desestabilización tiene un carácter golpista. Si hablamos de golpe de Estado, sin duda el 11 de abril, sí fue un verdadero golpe. No fue un golpe tipo Chile, pero lo fue.
–La derecha venezolana ha realizado varios intentos para desestabilizar el país. ¿El golpe prolongado que ustedes llaman, dónde tiene sus bases asentadas?
–Para responder esto, necesariamente hay que hablar del ’89, del Caracazo, porque esto fue visto como el sacudón, el día que bajaron los sectores populares. Lo que no se ha dicho de esta movilización, es que comienza con un aumento de la gasolina, pero fíjate cómo, de la noche a la mañana, con un país que cuenta con una renta petrolera altísima, falten productos de cesta básica. Uno se pregunta, por qué. Esa crisis política viene por el agotamiento del mandato de Carlos Andrés Pérez tanto para el país como para los Estados Unidos, por la corrupción, por el mal manejo de los negocios petroleros, etc. El venezolano sin recursos baja a la calle y se hace protagónico de la insurrección sin vanguardia política; ellos bajan por una necesidad real, porque no tenían qué comer, no tenían gas. Lo que estaba ocurriendo era la imposición de la receta del Fondo Monetario Internacional. En ese momento el sector financiero del país, me refiero al grupo económico, familias de apellido, ellos lo que querían y hasta ahora quieren es Petróleos de Venezuela (Pdvsa), manejar la faja. Ese sector financiero del ’89, que controlaba el suministro de la gasolina, los medios, los alimentos, tenía relación con grupos mundiales como el Departamento de Estado, el Mosaad, entre otros, para convertir ese hecho como el gran golpe mediático de América latina.
–¿Y los actuales protagonistas?
–Son esta gente de ahora: María Corina Machado, Henrique Capriles, Leopoldo López, los actuales exponentes que pretenden instalar en el país el fenómeno de la antipolítica, en la negación del pasado. Un ejemplo concreto, Capriles dice que no asaltó la embajada cubana. Buscan borrar el pasado, porque, desde luego, para implantar la antipolítica y para tratar de lograr imponer el concepto, hay que incitar a la negación de la participación popular y protagónica, carácter esencial de la Constitución Bolivariana. Este punto de aceptación no estaba en el menú de la derecha. Para hablar de lo que ocurre hoy, hay que estar claro que lo que ocurrió en el ’89 podría haber sido un golpe de Estado de la derecha contra la ultraderecha financiera y contra la derecha decadente que representaba Carlos Andrés Pérez, algo como lo que ocurrió con las Torres Gemelas, pero sobre todo fue un golpe con mucho sello mediático, a nadie se le olvida las imágenes de los saqueos, de la gente cargando a sus muertos. Yo he dicho, hoy día la política es un hecho mediático o al revés, porque cae en un accionar político sin la presencia de los medios, y su actuación no hubiese sido posible el golpe de Estado contra Chávez, contra la Constitución, la cosa era salir de Chávez. No es ciencia ficción el hecho de que los medios de comunicación son instrumento de las más feroces y terribles operaciones negras residuales de la guerra fría.
–¿Qué sucede ahora en Venezuela?
–No es posible descartar la presencia de paramilitares colombianos en Venezuela, que han establecido una ruta estratégica y política muy bien concebida; se asientan en los parques nacionales. Fueron matando dirigentes populares, nosotros lo venimos advirtiendo, nosotros hicimos el recorrido y tuvimos conocimiento de parte de colombianos. Era reconocido por el plan Colombia que su componente militar había fracasado y le había salido muy costoso a los Estados Unidos. Para buscar a las FARC quemaban los cultivos de marihuana y de coca. No era rentable y escogieron otro camino. Lo cierto es que la situación de ahora tiene varios elementos que llaman la atención. El este de Caracas (sector de clase alta de la capital), está autosecuestrado, las barricadas hacen que se convierta en un gueto de gente que odia a Maduro, a Chávez, odia cualquier símbolo o espacio que exprese el contenido de la revolución.
–¿En qué fase se encuentra la oposición venezolana?
–En esta última fase del golpe se ha demostrado el ecocidio de 3.700 hectáreas del Waraira Repano (pulmón vegetal de la ciudad de Caracas), fueron incendiadas. Más de 175 especies de árboles desaparecieron, asesinaron perros en situación de calle y los utilizaban como arma política, usando el costillar del animal para escribir de un lado “fuera” y del otro “Maduro”, así se llama su accionar “la salida”. Y el segundo punto de la salida es el que está ocurriendo ahora, el intento de magnicidio al presidente. Lo curioso es que todo es anunciado con anticipación. El factor determinante que ha impedido que esta gente llegue a penetrar la zona chavista, es que el chavismo, en medio de la ausencia física y el duelo todavía por la muerte de Hugo Chávez, se ha radicalizado más y además ha comprendido en no caer en la provocación de la derecha que busca generar una guerra civil, una pelea a ciegas, porque todos los ricos que viven en el este de Caracas son antichavistas, ese factor que brota, que se huele en el ambiente, del chavismo radicalizado y comprensivo de la necesidad de establecer una línea divisoria en estos hechos vandálicos.
–Se habla de anaqueles vacíos en los supermercados venezolanos. ¿Estamos ante hechos de desabastecimiento o acaparamiento por parte del sector desestabilizador?
–El desabastecimiento y el acaparamiento suelen parecerse, pero tienen orígenes distintos, porque en el este de la capital venezolana sí hay productos, y en el resto de Caracas no se consiguen los alimentos. Esa gente ha preparado esto desde hace mucho tiempo. Han acaparado hasta las servilletas, y el papel toillet, entre otras cosas. Esa línea divisoria es más que todo una línea ideológica, y responde a una especie de muerte de una Venezuela sin Chávez. Venezuela sin Chávez le abrió las agallas a esta gente, es más fácil, según la derecha del país, salir de Maduro. Mira los elementos que han utilizado. Desde el momento que Chávez llegó al poder han estallado en una crisis estructural permanente. Por un lado están los medio de comunicación que han sustituido a los partidos políticos tradicionales, pero que también han sido sustituidos por una elite que ejerce la antipolítica, que es Capriles y el movimiento “la salida”, rompiendo todo tema relacionado con la ética. Cómo es posible que hayan hecho semejante daño a la naturaleza, quemaron parques, sedes del ministerio de turismo, del ministerio del ambiente, viviendas, colegios, entre otras cosas.
–¿Cuál es la respuesta del gobierno ante el vandalismo?
–Este gobierno no ha reprimido y eso es una característica importante. Ellos buscan una matriz que sea irreversible y apoyar una probable intervención, como hubo en el mundo árabe. Da terror pensar o saber que esas cosas se ven, no hay que esperar 100 años para uno enterarse, ya es en tiempo real, así ultrajaron y asesinaron a Gadafi, en tiempo real transmitieron el ahorcamiento a Hussein, en tiempo real muestran la crisis terrible de España donde se ven millones de personas que no comen.
Ahora, los medios logran entrar en una fase de aparente apaciguamiento cuando Maduro los llama a conversar, están allí como enemigos muy claros, fomentan y acentúan la enfermedad que ellos tienen, así como lo ejemplificó y conceptualizo muy bien el psiquiatra venezolano Heriberto González, a propósito de cómo una persona se construye la realidad viendo una sola versión, esta situación ha agregado otro elemento más a la disociación. El claro ejemplo aparece cuando Capriles pierde las elecciones y las imágenes transmitidas eran imágenes de duelo, duelo de la muerte, no como un duelo amoroso, que busca la presencia de otro, sino, el duelo de la muerte que implica la ausencia del otro.
–¿La mesa de diálogo no ha calmado las aguas?
–Nicolás Maduro se ha cansado de llamar a los sectores violentos a dialogar. Ha tenido importantes y significativos encuentros con empresarios, gobernadores y alcaldes, pero cuando ellos están reunidos en algún punto de Caracas, en el este, específicamente, hay una barricada. Ese diálogo cada vez se agota más y nos hace caminar por el filo del camino, como dicen las consignas de las calles de Caracas, en los barrios chavistas, “¿y si nos arrechamos?” (expresión venezolana que significa molestia fuerte), lo que va a ocurrir si nos arrechamos va a ser lo mismo que ocurrió en el ’89 pero al revés. Tiene su pertinencia el hecho que el ’89 abre las puertas a una situación o la pista del camino que habría que recorrer con estos actores políticos que están ahora en el llamado golpe prolongado; éstos no necesitan que nadie los financie, ellos vienen de la derecha que se hizo rica por la renta petrolera, cuántos negocios tendrán en el mundo, por ejemplo Leopoldo López con todo y lo que está preso se autofinancia su propia guerra.
Hay asesinatos selectivos como lo fue el de Mónica Spear (ex miss Venezuela) y el de Eliezer Otaiza(una de las figuras más sonadas del chavismo), y de eso se trata, lo está haciendo el imperio en el mundo árabe o en Ucrania; situaciones que parecen ir hacia el abismo, hacia la nada, y en otro momento pareciera que nos aproximamos al verdadero encontronazo. Maduro lo ha conducido, en el poco tiempo que lleva como presidente, con la Fuerza Armada indiscutiblemente chavista y bolivariana y están poniendo las cosas en su lugar.
–La derecha venezolana, ¿busca generar la opinión de que el chavismo sin Chávez fracasó?
–La gran matriz que crean los de la derecha a través del acaparamiento, de las barricadas, la inseguridad, es crear una sensación no del Estado fallido, sino de un Estado colapsado, como dijo Capriles, “los venezolanos se equivocaron de modelo”. ¿Por qué se equivocaron?, Porque Chávez le dio poder al pueblo, un pueblo que ha venido recuperándose después de haber sido históricamente descompuesto por las migajas que le daba el Estado, un pueblo que estaba detrás de la estampa del petroleó, que jamás había comido carne, no sabían qué era un televisor a color, no tenían nada, ése es el hilo conductor de todo esto. Cuando Chávez se levantó, la CIA no tenía nada que hacer y alzó los radares, de averiguar quién era ese tipo. Ahora muerto Chávez, se pone en evidencia una cosa que él dijo, “yo no soy Chávez, Chávez eres tú, es el pueblo”. Chávez es un sentimiento; ahora, en esta situación en ausencia de Hugo, ese sentimiento nacional, el chavismo arraigado con conciencia de clases, con conciencia en su papel histórico en la revolución, dispuesto a todo, está allí vigilante, esperando y muchos países del mundo también están ahí esperando, unos para jodernos y otros para ayudarnos. El magnicidio siempre ha estado planteado, una vez con Chávez y ahora con Maduro, lo dicen sin empacho, “vamos a arder Caracas, vamos a arder las escuelas, las iglesias”, dicho por la misma María Corina Machado.
–¿Cuál ha sido el impacto regional ante la situación venezolana?
–La Unasur, la Celac, incluso los países de la añorada Patria Grande, países aliados, como Argentina, Brasil, así como grandes sectores de Colombia, para todos ellos, la muerte de Chávez ha sido un golpe muy bajo. Crea la sensación, como lo dicen los relatos históricos del marxismo, que puede haber un repliegue, pero Chávez dejó esto sembrado, ahora le toca a cada país avanzar. Esto que Maduro pidió a la Unasur a hablar con la oposición se puede interpretar como un repliegue táctico, porque la situación está tan critica desde el punto de vista de la violencia de la derecha que ya es necesario buscar formas de estabilizar el país, para esto tiene que haber comida en todas parte, esta oposición tiene que o desaparecer o pasar por la justicia, no es nada fácil.
–Hay sectores del chavismo y del no chavismo que manifiestan que Chávez no hubiese dejado que Venezuela estuviese pasando por esta crisis. ¿Qué hay de cierto?
–Hay un tema que veo de dos maneras a raíz de la ausencia de Chávez. En la ausencia de Chávez, como amigo que fui de él, con su partida no sólo se va el líder, sino se va el conductor y el conductor de un discurso que fue siempre muy dialógico. Chávez hablaba con los evangélicos, con los cristianos, con los sexos diversos, con las mujeres organizadas, buhoneros, con los pobres, con los ricos, con los grandes y pequeños productores. Estoy casi seguro de que en el fondo de su ser esta legión, la trilogía del mal, le tiene más odio, más molestia, a Maduro que al propio Chávez, porque Maduro es un hombre que viene formándose políticamente dentro de la izquierda. Chávez se hizo revolucionario dentro de las Fuerzas Armadas, se declaró, luego de ser militar, como marxista y cristiano.
Maduro es el líder, y junto al pueblo forma parte de la conducción revolucionaria; el chavismo está tan convencido, tan arraigado y tan claro de las etapas que se han cumplido, las que están por cumplirse y hasta lo que podría ser impredecible, que demuestra, por primera vez en la historia de Venezuela, que el pueblo puede ejercer un papel. Chávez era la vanguardia política. Con una Venezuela tan convulsionada, lo peor que nos puede pasar es acostumbrarnos a las barricadas. En poco tiempo, luego del fallecimiento de Chávez, el pueblo siente que si algún papel debe jugar, es adherirse con fe a las acciones del presidente Maduro, porque de algún modo así lo quiso Hugo Chávez. Necesitamos que la vanguardia de Chávez se mantenga.
–¿El diálogo es el camino hacia la paz?
–No hay que tenerle miedo al diálogo, pero desde luego hay una crisis estructural permanente y muy bien planificada, y planificada por la derecha desde hace muchos años. No es posible que en Venezuela, siendo el país petrolero más codiciado del mundo, esto suceda. Existe un duelo profundo por la ausencia de Chávez, pero esto no quiere decir que Maduro no es el hombre. Una de las matrices desde la derecha dice Chávez no hubiese permitido que Venezuela pasara hambre; ese tipo de discurso lo que hace ver es que ellos también están de duelo.
–¿Cómo cataloga esta actitud de la oposición?
–Una tarde busqué en internet la palabra esquizofrenia, la sintomatología de la enfermedad. Es el mejor diagnostico clínico que se le puede hacer a la oposición venezolana, esquizofrenia.
Publicado en:
http://sur.infonews.com/notas/venezuela-el-golpe-permanente
No hay comentarios:
Publicar un comentario