Miradas al Sur. Año 7. Edición número 316. Domingo 8 de Junio de 2014
Salvando las distancias y deseando que el final no sea el del Libertador, como dijo de él José Martí, “lo que no ha hecho Bolívar no está hecho todavía”, el gobierno de los Kirchner ha sido en la Argentina el que más estímulos generó a favor de la producción y del trabajo en los últimos 30 años, sin embargo, el sector que debía impulsar la industria y el comercio, la construcción y la minería, el campo y la ciudad, que gozó de créditos a tasas menores que la inflación, de desgravaciones impositivas, de promociones industriales, de protección arancelaria y paraarancelaria, como la oligarquía de la Gran Colombia, se agarró de los beneficios y no sólo no cumplió ni cumple con ningunas de las obligaciones, sino que pretende derrocar al Gobierno mediante lo que eufemísticamente se llama “golpe de mercado”, así como la oligarquía criolla atentó varias veces contra la vida del Libertador y lo relegó a morir huyendo, quién en su delirio por la fiebre de la tuberculosis sus últimas palabras fueron “José, José, vámonos que de aquí nos echan”, llamando a su lugarteniente José Marcial de Sucre al que esa misma oligarquía había emboscado y asesinado seis meses antes.
Según estimaciones del Indec, los activos de residentes argentinos (viven en nuestro país y es riqueza generada en nuestro país) en el exterior alcanzan a US$ 217.000 millones, refrendado, por ejemplo, por la revista Forbes del año 2013, que cuenta entre las 2.000 personas más ricas del mundo a varios argentinos, entre ellos Carlos y Alejandro Bulgheroni, dueños de la petrolera Bridas y Panamerican Energy, con US$ 5.880 millones, Paolo Rocca con US$ 3.400 millones, Gregorio Pérez Companc y familia con US$ 2.800 millones, Eduardo Eurnekian dueño de la Corporación América (administradora de aeropuertos en la Argentina) con US$ 1.900 millones, Alberto Roemmers con US$ 1.350 millones, María Inés de la Fuente (heredera de Amalia Lacroze de Fortabat) y su familia con US$ 1.260 millones, entre otros. O basta leer la lista de los que compraron dólares en los últimos años, publicada en el libro Economía a contra mano, del periodista Alfredo Zaiat.
Pero no decimos todos, pero sí en su inmensa mayoría pretenden valorizar esos capitales en el exterior para comprar activos nacionales por menos de la mitad cuando vale más del doble. Por eso impulsan la suba del dólar paralelo o “blue” como le gusta denominarlo, apropiándose indebidamente del trabajo y de la producción nacional, por eso propagan con su actitud especulativa y en sus medios de comunicación que no se iba a acordar con el Club de París, o que el 12 de junio la Corte va a fallar en contra de los intereses de nuestro país, obligando a pagarle en efectivo e inmediatamente los US$ 1.330 millones que reclaman los fondos NML y Elliot, sabiendo que en ese caso se dispara la cláusula RUFO que obliga a darles igual trato a los bonistas que participaron en los canjes de deuda de los años 2005 y 2010, y con ello el “default” de nuestro país.
Para ellos, cuando peor nos va, más redituable se les hacen los dólares que fugaron al exterior. Recordemos cómo celebraban el embargo de la Fragata Libertad en Ghana, de igual forma celebrarían el embargo de las cuentas argentinas.
Pero eso no va a pasar, no sólo porque no tiene asidero jurídico, sino porque no tiene asidero económico. La propuesta de canje de deuda de la Argentina fue amplia y podían haber participado los “fondos buitre” pero no quisieron, y en vez de atenerse a las consecuencias pretendían utilizar su influencia en el Juzgado Nº 2 de Manhattan.
Y no tiene asidero económico porque tras la devaluación de enero de este año, los activos argentinos y el trabajo nacional son baratos en dólares comparándolos internacionalmente. Cualquier empresa argentina es un 30% más barata que su homónima en Brasil, Chile o México, y la tasa de ganancia en promedio que se obtiene es mayor. Eso explica por qué fondos del exterior compran títulos y acciones del país, con lo que ingresan dólares que aumentan la oferta. Y explica también por qué Louis Dreyfus, Cargill, Nidera, o Bunge Cerval venden en el mercado interno el dólar de la soja a $ 5,30 ($8,16 de la cotización oficial del tipo de cambio, menos el 35% de los derechos de exportación –retenciones– que cobra el Estado argentino).
Entonces si esas empresas internacionales comercializadoras de granos que facturan en el mundo más de lo que produce la Argentina por año aceptan vender sus dólares a $ 5,30 pesos, que el blue esté en torno de los $ 11 o más, sólo le sirve a la economía en negro, no registrada, y por ende la AFIP debería buscarla y aplicarle la ley penal cambiaria y tributaria
Por supuesto que la situación generada no es gratis, no está exenta de riesgos, se refleja en caída del consumo y por ende de la producción y del trabajo, en no poder bajar la tasa de interés para que los ahorros líquidos no se pasen a comprar dólares, en fin en 18 meses duros, en que los especuladores tratarán por todos los medios y las formas de que el Gobierno derrape, que el dólar suba a precios astronómicos, perjudicando el presente y el futuro de la población, que tampoco la tiene fácil, pero que debe, una vez más, aprender de sus fracasos y tener en claro quién es quién en nuestro país, y así como Simón Bolívar en su “Carta de Jamaica” denuncia las “...barbaridades que la presente edad ha rechazado como fabulosas, porque parecen superiores a la perversidad humana; y jamás serían creídas por los críticos modernos, si constantes y repetidos documentos no testificasen estas infaustas verdades”, debemos desenmascarar a los enemigos del pueblo.
Publicado en:
http://sur.infonews.com/notas/como-salir-del-laberinto
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