Un 25 de mayo que se presenta nublado y lluvioso. No parece que el Sol vaya a asomar. Será Ella y nosotros quienes debamos aportar nuestro propio sol al evento.
Es un 25 de mayo difícil, oscuro como el clima. En estas fechas siempre comparábamos el hoy con los ideales de aquella generación que gestó la independencia. Tratábamos de ver que cosas nos faltaban realizar del pensamiento de figuras como Mariano Moreno, Manuel Belgrano, José de San Martín o José Gervasio Artigas.
Hoy esas
preguntas siguen vigentes, pero se suman otras, más modernas y no menos
preocupantes, porque enfrentamos una elección de resultado incierto, con
nuestro frente interno borrascoso, y con dos fuerzas de derecha competitivas
que son autoritarias, intolerantes, violentas, y con escaso o nulo apego por
las formas republicanas de gobierno. Una derecha que controla, aun siendo oposición,
instituciones clave de la República (la
Corte, el Consejo de la Magistratura, el colegio de abogados, la justicia
federal, los medios) y los hace funcionar con criterios partidarios, dejando de
lado la Constitución y los principios democráticos. Una derecha que acusa y condena sin pruebas a nuestros dirigentes, e impulsa una violencia magnicida.
Tenemos por delante una elección clave, que puede ser la última elección democrática de Argentina en mucho tiempo, ya que pueden ganar fuerzas dispuestas a gobernar con leyes de dudosa legitimidad, decretazos de “necesidad y urgencia” y violencia descontrolada, contando con medios de comunicación y un poder judicial complacientes, y confiando en mantener el poder estableciendo un sistema electoral de fraude electrónico.
Este contexto lo enfrentamos integrando una coalición política que viene gobernando estos años en medio de calamidades no esperadas (pandemia, sequía y guerra), calamidades esperadas (la absurda deuda dejada por el macrismo) y errores propios que han agravado muchos de los problemas.
Nuestro principal cuadro político, una dirigente excepcional que ya es parte de los grandes de nuestra historia, no será candidata. No puede, no quiere, o ambas cosas. El Presidente que elegimos toma decisiones difíciles de comprender. No parece estar jugando al mismo deporte que el resto del Frente de Todos. Y nosotros tratamos de discernir si tenemos que reconstruir un frente unitario con fuerzas que son afines, pero que no son idénticas a nosotros, o debemos cerrarnos en un planteo de afirmación ideológica que puede ser reconfortante, pero que amenaza con ser testimonial. Todo en medio de una situación económica que es muy delicada, a veces simplemente desesperante, para muchos de los potenciales votantes de nuestros candidatos.
¿Tenemos que perder con las botas puestas o ganar aplicando un principio que CFK nos recordó hace pocos días: “en política los agravios caducan a los seis meses”?
Hoy navegaremos por la histórica Plaza con todas estas incógnitas, buscando certezas. Buscando construir la mejor alternativa posible para ganar las elecciones y resolver los enormes problemas que nos acongojan.
Demostremos hoy, como hicimos hace dos siglos, que el pueblo quiere saber de qué se trata. Tomemos el bastón de mariscal y seamos protagonistas de esta historia. Seamos el Sol de un 25 nublado.
Adrián Corbella, 25 de mayo de 2023
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