Federico Braun, de La Anónima, saliendo del panel de AEA, tras su comentada intervención.
Las consecuencias del sincericidio de Braun, ceo de La Anónima, generó una crisis interna y rechazos de la política.
"Remarcamos todos los días", dijo el ceo y tumbó la estrategia de que la que aumenta es la industria. La broma aglutinó al Gobierno y dejó al sector "bajo la lupa"
El “chiste” de Federico Braun, propietario de La Anónima, que dijo que la política de su empresa ante la inflación es “remarcar todos los días”, desató una tormenta entre los supermercadistas y los productores de alimentos y productos básicos, que se acusan mutuamente por el alza de los precios. Del otro lado, el oficialismo cerró filas para repudiarlo
Por Leandro Renou
9 de junio de 2022
La polémica frase de Federico Braun, dueño de supermercados La Anónima, respecto a que su cadena "remarca precios todos los días" como respuesta a la inflación actual, generó una tormenta interna en el sector y cosechó duras críticas de todo el arco político y de las organizaciones sociales (ver aparte). Según supo Página 12 de fuentes del supermercadismo, lo que Braun callificó como " un chiste", fue una bomba al interior de la posición que venían teniendo los comercios grandes, de que las remarcaciones eran responsabilidad de las empresas de canasta básica nucleadas en la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal). Además, en el rubro quedó la sensación que la proclama -disparada sin pudor en el cumpleaños número 20 de la Asociación Empresaria Argentina (AEA)- "nos puso a todos bajo la lupa" del Gobierno en materia de precios.
"Les hizo un gran favor a los Arcor", se quejó ante este diario uno de los grandes híper del interior del país. Por esas casualidades del destino, casi al mismo momento en que Braun enrostraba la broma, las grandes alimenticias estaban reunidas con el nuevos secretario de Comercio Interior, Guillermo Hang, para hablar de precios. Naturalmente, la declaración corrió como reguero de pólvora por loss celulares de esos ceos, entre los que estaban dirigentes de empresas como la Arcor de Luis Pagani, Unilever, Molinos Río de la Plata, Las Marías, AGD, P&G, Bimbo, Ledesma, Mondelez, Papelera Del Plata, Quilmes, Pepsi, Mastellone, Danone, Clorox, Nestlé y Adecoagro. Lo festejaron como un gol: de la nada, un personaje como Braun, que viene de la Patagonia, tiene linaje vinculado a la política y negocios que ya han sido cuestionados, apareció blanqueando, aún en broma, una metodología y simplificandole el mensaje a Daniel Funes de Rioja. El titular de Copal y también presidente de la Unión Industrial (UIA) ya venía mencionándole al Gobierno que los super remarcaban, para quitarse peso en las listas con subas de precios. "Viste que no somos nosotros?", le aseguró uno de los presentes en la mesa de negociación a Hang, casi en una celebración de la gaffe de Braun.
El que más se agarró la cabeza fue Nicolás Braun, el hijo de Federico, que es el gerente general y está a cargo de la compañía. De perfil muy bajo, recibió la frase como un problema serio, que generó quejas de sus colegas. Federico era parte de la articulación política de los super con el Gobierno, dado que son esos comercios los que le informan al Estado, en tiempo real, los aumentos que pasan los grandes fabricantes del alimentos. Además, está al frente de las charlas por las importaciones, que venían algunas demoras por parte del Gobierno. Ahora el escenario se complica más.
De hecho, algunos ariesgaron que tan seria fue la broma de Braun que borró un tema caliente, que fue el adelanto de este diario de que Pagani, tras comer con el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, envío por Arcor aumentos de hasta 10 por ciento a comercios. "Habíamos salido del radar y nos volvió a poner", se quejaron en el sector. Donde de todos modos insisten en que "los traslados a precios ni siquiera alcanzan a los aumentos que nos manda la industria. Se conversan regularmente con la Secretaría de Comercio, se absorben o morigeran, con el objetivo de llevar el mejor precio posible al consumidor final".
En paralelo, y como una carambola inesperada, el affaire Braun aglutinó al Presidente y a la vice, Cristina Kirchner, en una posición común ante un enemigo que no sólo les costaba identificar, sino que es casi el enemigo perfecto. Braun tiene negocios en la Patagonia y está fuera del radar de las vigilancias de precios del Estado. Además, es uno de los pocos que tiene frigorífico, faena y exporta carnes. Es un jugador de las grandes ligas que se mantenía sin altas exposiciones, incluso ante sus antecedentes de linaje político. Federico -a quien el ex Secretario Guillermo Moreno solía llamar "el oligarca bueno" porque le destacaba sinceridad y códigos- es tío lejano de Marcos Peña, ex jefe de Gabinete de Mauricio Macri. Y tío del Miguel "Mike" Braun, ex secretario de Comercio Interior del Gobierno de Cambiemos.
En el Gobierno, en tanto, luego de las críticas del Presidente, la vice y el titular de Diputados, Sergio Massa, prefieren guardar silencio. Pero este gesto público de Braun también exige al oficialismo a moverse rápido y con vehemencia. Se da ni bien asumido Hang y le condiciona la gestión en el sentido de que se creía que con la sola observación actual de los super alcanzaba. Y, por otro lado, aparece una semana antes de que se conozca vía el INDEC la inflación de mayo, que volverá a dar alta y ahora tendrá otro punto para sospechar de los por qué de las alzas.
Publicado en:
https://www.pagina12.com.ar/427852-un-chiste-sobre-inflacion-que-salio-muy-caro
No hay comentarios:
Publicar un comentario