Alberto Fernández expresa “furia” y se vuelve agresivo, Kicillof es marxista, los sindicalistas opositores son violentos: las consignas de campaña del macrismo son publicadas cada día por los medios oficialistas, con énfasis especial de sus columnistas el domingo 14 de julio. En tanto, el macrismo prepara el recuerdo de las víctimas de la AMIA para su provecho electoral.
El aniversario del atentado, además, rodeará el anuncio de la decisión estadounidense por la que Macri calificará como “organización terrorista” al movimiento libanés Hezbollah, con lo que el país será arrastrado otra vez a un conflicto que, como en los 90, lo expondrá al peligro y a la muerte.
Pero órdenes son órdenes: llega al país Mike Pompeo, el fanático que taconea por el “patio trasero” intentando poner a todos los gobiernos en fila, para una reunión continental de “seguridad”. Como siempre, este alineamiento con el Pentágono conlleva en los medios afines la batería de “informes” y “noticias” sobre la Triple Frontera, donde ya fue denunciada presencia militar estadounidense.
La Nación tomó la iniciativa el martes 9 con el anticipo del decreto y el infaltable “análisis”, en este caso firmado por Guillemi, con una descripción de Hezbollah tan maniquea que parece obra de dactilógrafos del Comando Sur. Para consolidar la opereta, al día siguiente el mismo diario tituló “Alerta en la Triple Frontera”, aunque luego la noticia era sobre un asalto a un banco en Liberación, Paraguay, a 300 kilómetros del límite con Misiones. Clarín hizo su parte el jueves, poniendo a Hezbollah como responsable de los atentados de 1992 y 1994 en Buenos Aires.
Para Alberto Fernández, Kicillof y el conjunto del Frente de Todos hay metralla todos los días en ambos diarios, con Infobae, Télam y Perfil como escoltas.
Pagni, en La Nación, perdió otra vez la línea, el martes: copiando tonos editoriales inaugurados por Kirschbaum, de Clarín, trabaja la hipótesis del caos que habrá entre presidente y vicepresidenta si gana la oposición. Carente de datos, cumple esta orden con una recordación de las diferencias entre De la Rúa y “Chacho” Álvarez, para lo cual tiene que olvidar contextos, circunstancias y las personalidades en juego.
El viernes, Clarín y La Nación hicieron tapas gemelas: título principal contra sindicalistas opositores y segundo título al juicio en Nueva York sobre YPF. Aunque la culpa es de “la estatización de Cristina”, el blanco de la maniobra es Kicillof, el adversario tan temido por la gobernadora Vidal.
Copiándose a sí mismo, Kirschbaum recorre “contradicciones” de Alberto Fernández el viernes, mientras Bonelli habla de un Macri “eufórico”, ya armando gobierno, en la línea “estamos mejorando en las encuestas”, que también es sostenida en publicaciones diarias, como lo hizo Infobae el sábado.
Ese día Roa escribió en Clarín contra los sindicalistas que “atacan violentamente” a Macri y hacen “paros salvajes”, mientras en el mismo diario Miguel Wiñazki se declara insatisfecho con las críticas de Alberto Fernández al gobierno de Nicolás Maduro.
Olivera en La Nación copia ideas ya publicadas el viernes por Clarín. Si uno creyera en lo que ellos escriben, se diría que los equipos de Alberto y Cristina andan a las piñas, se odian, no coinciden nunca, en nada. Alberto está “incómodo”, dice, y es el mismo concepto que en ese diario usa Guyot y que replica el domingo Tenenbaum en Infobae, en una nota en la que reproduce la idea de que el macrismo ya casi está empatando en las encuestas, pese a que reconoce que en mayo-junio la diferencia era de entre 8 y 10 puntos. Cómo, cuándo y por qué ocurrió este brusco cambio de humor político a favor del proyecto reeleccionista es algo que él no explica, como no lo explica ninguno de sus compañeros de ruta en varios artículos y “análisis” que dicen lo mismo.
Para ametrallar a la oposición toda munición es buena: Clarín recurre el domingo a Bolsonaro. Allá fue el diario, al palacio del Planalto, para hacerle al presidente ultraderrechista, racista, misógino y xenófobo una muy corajuda pregunta “periodística”: ¿Debe Cristina Fernández de Kirchner estar presa? El siniestro mandamás primero quiere simular corrección política y dice que no debe inmiscuirse en asuntos argentinos, pero más adelante se le escapa: espera, dice, que los tribunales “hagan lo mismo” con Ella que lo hecho con Lula.
Y el pobre Alberto no solo está “incómodo”, también está “estresado”, dice Rodríguez Yebra, el domingo en La Nación. El equipo de colaboradores del Frente es “demasiado diverso” y hay allí “indisciplina”. La nota lleva su dosis de odio a los sindicalistas. Es que Cambiemos es muy prolijo y compacto en la campaña, escribe el mismo día Morales Solá, pero el opositor está “incómodo” y “destrata a algunos periodistas”. Es candidato, tecleó Van der Kooy en Clarín, de un espacio “heterogéneo y revoltoso”, con sindicalistas que son malos, pero muy malos.
Y si gana habrá “un poder bicéfalo”, escribe Laborda en La Nación, es decir conflicto, caos. Alberto expresó “furia” con “periodistas”, como los llama, mismo tema y misma palabra, “furia”, usada por Sirvén. La “máscara cordial” de Alberto se cayó “pesadamente”, machaca. Al final, digámoslo de una vez, él es peor que Néstor y que Cristina.
Cada día, cada semana, el “periodismo independiente” corre el límite, para defender al gobierno y su plan reeleccionista, para intentar destruir a la oposición y generar odio contra ella. También para armar un relato sobre la historia mediata e inmediata: uno de muchos extremos fue de Van der Kooy el miércoles, cuando recuerda a De la Rúa como un tipo que se equivocó. Le faltó resolución, fue dubitativo. ¿Qué es lo que más le reprocha? Que dejó pasar una oportunidad histórica para liquidar la “hegemonía peronista”. Una vez más el viejo anhelo oligarca, el rencor por el hecho maldito, el peronismo, los “70 años de fracaso” que nombra Macri.
Pero esto no es lo peor en este relato del oficialismo: la nota de Clarín olvida a las 36 víctimas mortales causadas por la represión que el presidente “dubitativo” desató.
14 de julio de 2019
Publicado en:
https://www.comunanet.com.ar/todos-unidos-odiaremos/
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