La violencia que reinó en los 70’s no llegó como un cataclismo. Fue poco a poco, y gracias a la indiferencia y complicidad de la sociedad. La desaparición de Maldonado parece un retorno a esa historia. La marcha dejó detenidos que no pertenecían a organizaciones políticas, encapuchados custodiados por la Policía, operaciones mediáticas y la necesidad de decir otra vez Nunca Más.
¿Nadie va a preguntarse por qué ninguno de los treinta y un detenidos luego de la Marcha por Santiago Maldonado participó de los incidentes ni pertenece a ninguna organización política?
¿Nadie va a preguntarse por qué los veinte encapuchados se fueron tranquilamente escoltados por policía de civil?
¿Nadie va a decir que los bomberos se paraban al lado de los focos de fuego y los dejaban crecer para las cámaras?
Cuando estudiaba el camino que había recorrido la sociedad argentina para llegar al terrorismo de estado, me preguntaba cómo nadie había dicho nada.
Crearon el enemigo: todo opositor era extremista o grupo guerrillero. Primero hubo un desaparecido, primero hubo un muerto, la represión fue creciendo poco a poco, la violencia de algunos grupos también. No fue un cataclismo que se abatió de un día para otro: fue un camino que se recorrió paso a paso. Paso a paso de violencia, paso a paso de silencio y complicidad.
Y ante el silencio cómplice de los medios de comunicación y grandes sectores de la sociedad se consumó el genocidio en nombre de la defensa de la democracia, el reclamo de orden y la lucha contra la corrupción mientras se implementaba el plan económico de los grandes grupos concentrados.
Decidí estudiar periodismo y meterme en política el día en que un dictador era vitoreado por la sociedad, los medios de comunicación y la enorme mayoría de la dirigencia política mientras mis compañeros de promoción iban a la guerra de Malvinas .
Entonces, y ahora, tengo la misma obsesión: Nunca Más.
Publicado en:
http://www.nuestrasvoces.com.ar/a-vos-te-creo/indiferencia-nunca-mas/
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