sábado, 24 de octubre de 2015
HAITÍ: Mala conducción política, por Marino Báez (para "INFOnews" del 24-10-15
Desde su instauración como república semipresidencialista y tras aprobar su primera Constitución en 1987, Haití ha sido víctima de una mala administración gubernamental que corroe la esfera política, dejando en el umbral de la pobreza a más del 80% de su población, dependiente de la agricultura y la pesca.
Por Marino Báez
Desde su instauración como república semipresidencialista y tras aprobar su primera Constitución en 1987, Haití ha sido víctima de una mala administración gubernamental que corroe la esfera política, dejando en el umbral de la pobreza a más del 80% de su población, dependiente de la agricultura y la pesca.
La isla, con una población de 10 millones de habitantes, se apresta a celebrar sus elecciones para elegir un nuevo presidente. La campaña se desarrolla en medio de violencia política, dejando una secuela de muertos y heridos para traumatizar los comicios y garantizar el continuismo del actual mandatario, Michael Martelly.
Los gobiernos haitianos han estado salpicados por infaustos golpes de Estado desde que se proclamó su independencia, el 1 de enero de 1804. Fue el segundo país del continente americano en hacerlo y el primero de América Latina.
Aún con el apoyo de Estados Unidos, el presidente Martelly ha sido el centro de las críticas de distintos acontecimientos negativos, entre los que se destacan protestas e intento de golpes. También confrontó con el gobierno dominicano, que puso en marcha un proceso de regularización de extranjeros que ha devuelto cientos de miles de haitianos a su país de origen. Como respuesta, Haití ha impuesto la veda a unos 23 artículos comestibles, vitales para el sustento de la empobrecida población.
Tras un proceso electoral organizado por la MINUSTAH (Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití), en el 2006 se sentaron las bases para transparentar las elecciones y darle el derecho a los haitianos de elegir y ser elegidos. Sin embargo, ese proceso no ha llegado a su final por la ambición de poder y las intenciones reeleccionistas de sus gobernantes.
La violencia política ha sido el principal problema para la democracia. Los conflictos e intereses no han permitido que los gobiernos culminen de acuerdo con las reglas de la Constitución. Por ejemplo, en el segundo mandato presidencial del entonces presidente Jean-Bertrand Aristide, durante 2001.
Apenas con cuatro años en el poder, Aristide fue obligado a renunciar, debido a la debacle económica y la corrupción, las cuales provocaron manifestaciones y disturbios en contra del gobierno. En el 2006 se convocó a elecciones presidenciales para sustituir al gobierno interino del presidente Boniface Alexandre y el primer ministro Gérard Latortue, quienes obtuvieron sus cargos después del golpe a Aristide. Obtuvo el triunfo René Préval, seguidor de Aristide.
Luego de esa gesta antidemocrática, el país haitiano ha sido administrado con imposiciones de los Estados Unidos, a través de la forzosa intervención de la MINUSTAH, impidiendo la participación de sus ciudadanos en los procesos electorales. Hoy día Haití sufre de la carencia de inversiones sostenidas por culpa de la inestabilidad y la violencia. La economía haitiana es la más pobre del continente americano y la menos favorecida del mundo, con un PBI al 2009 de 6.908 millones de dólares y una renta per cápita de 772 dólares. Hace falta un gobierno que dirija su estrategia a trabajar para romper de cuajo la pobreza, la destrucción del medio ambiente y trabaje por la estabilidad y el desarrollo del país.
Publicado en:
http://www.infonews.com/nota/258278/mala-conduccion-politica
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