Palabras de Jorge Giles
1. No pudo ser Wado. Y nos duele. Y nos da bronca. Pero en política, como en la vida, no alcanzan sólo las ganas para lograr un objetivo. Nos consta que se hizo todo lo posible, pero...hasta acá llegamos. Esta vez las relaciones de fuerzas se inclinaron en sentido contrario a nuestras ganas de proclamar a un hijo de la generación diezmada. La resolución del último momento para ungir a Massa no está dotada de virtuosidad, sino que es el resultado de la realidad y la coyuntura política.
2. El contexto que alumbra la formula de Unión por la Patria no está signado ni por un auge de las luchas populares, (salvo Jujuy), ni por un alto nivel de conciencia colectiva, ni mucho menos por los frutos de “un gobierno exitoso”. Las ondas expansivas del descontento popular con la gestión, alcanzan a todos los actores políticos sin distinción.
3. La creciente ola del discurso de la derecha alcanzó su punto de mayor expresión en los balazos y cartuchos de gas contra la cabeza de las y los jujeños. Esa derecha está avisando que están dispuesto a matar para sostener su plan de exterminio del proyecto kirchnerista y lo que es peor, su plan de exterminio y saqueo contra las riquezas naturales y contra toda idea de soberanía e inclusión social.
4. Las cosas hay que verlas en su dialéctica. Nos juzgamos a nosotros mismos, en la identificación del adversario. Es una ley de la acción política. Y enfrente están los monstruos afilando las cuchillas para cortarnos el cuello si logran recuperar el manejo del Estado. Por eso, solo por eso hay que ganar. Hay que impedir a como dé lugar que gane esa odiosa derecha que cultiva el mismo odio de los pilotos que masacraron al pueblo en la Plaza de Mayo en 1955. Que no nos escandalice el alma la certeza de que “no nos une el amor sino el espanto”, sino el saber que si bajamos los brazos seremos funcionales al degüello del pueblo. En ese derrotismo no debemos prendernos.
5. Un antiguo proverbio oriental dice que “si no podes tomar la fortaleza, rodéala con todas las fuerzas disponibles”. Al kirchnerismo no le dio la fuerza para imponer a Wado, sin embargo las listas legislativas de la estratégica provincia de Buenos Aires, así como de muchas otras provincias, convierten la oferta electoral en netamente peronista kirchnerista. Se hizo política, se evitó un efecto dominó negativo, y se consolidaron espacios más que suficientes para seguir dando batalla en defensa de los intereses populares.
6. La primera reacción ante el desenlace final en la conformación de las listas, nos pinta de cuerpo entero. Reaccionamos con dolor, con bronca, mucha bronca, con estupor algunos, con desazón otros. Somos enteramente humanistas y nos enorgullecemos de esa cualidad. No somos meros operadores políticos, somos militantes, que es quizá la categoría superior del género humano en tanto el militante es aquel que da la vida generosamente por el otro, por los otros. Ese momento ya pasó. Mente fría, corazón caliente. La lucha continúa. Y estamos de pie.
7. Wado aceptó ser candidato a senador nacional. Es el mismo Wado que ponderamos siempre. Entonces cabe preguntarnos: si él aceptó ser parte de esta nueva fase de Unión por la Patria ¿acaso nosotros, cualquiera de nosotros, tiene más autoridad moral y política que él para llamar a bajar los brazos? No y mil veces no. Acompañemos sin dudar a nuestros candidatos y candidatas.
8. Es la primera vez en 20 años de kirchnerismo que ni Néstor ni Cristina estarán en las listas. Y si esta nueva generación de dirigentes llegó hasta aquí es porque están usando bastante bien “el bastón de mariscal” como les pidió la conducción de Cristina. Tan mal no lo están haciendo, así que nadie debería enrollar las banderas sino por el contrario, deberíamos lanzar una campaña masiva a lo largo y ancho del país para que la derecha no nos robe la democracia ni masacren ni conviertan al país en una factoría. De eso se tratan estas próximas elecciones.
9. Vamos a triunfar, vamos a seguir dando pelea democráticamente a los monstruos, vamos a seguir apostando a la unidad del pueblo, vamos a seguir siendo la patria, como lo fuimos siempre.
10. Debatamos, pero no dejemos de identificar correctamente al enemigo y de defender con nuestras convicciones los intereses de la nación y el pueblo argentino. Que la memoria de Néstor y nuestros 30 mil nos iluminen el camino.
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