La lectura de la nota "Las cosas no suceden si no se ve que suceden" de Gabriela Sharpe me generó algunas reflexiones que quiero compartir.
Tienen razón Gabriela Sharpe y Jean Baudrillard. Hoy son los medios de comunicación los que le dicen a la gente que es lo que realmente importa. Lo que pasó con Alberto Nisman, con Lázaro Báez y con José López se transmitó en vivo, como si fuera una película. El malo de ese film es la corrupción.
La corrupción es para mucha gente, la que vive con TN de fondo, el principal mal del país. Es ella la que provoca la inflación,el desempleo y la inseguridad. No hay tiempo ni lugar para ver otra cosa. Realidad y ficción se entremezclan como en un reality show.
“Asistimos al espectáculo de la banalidad, que hoy día es la verdadera obscenidad. La televisión se dedica a desocultar la vida cotidiana. Y la gente queda fascinada ante la indiferencia de este 'nada que ver', 'nada que decir', la indiferencia de lo mismo, asumiendo la banalidad como destino, como el nuevo rostro de la fatalidad” escribió en 2003 Baudrillard.
No interesa la alianza del Pacífico, que termina con las leyes laborales y la soberanía de los estados. Tampoco importa la fuga de dólares hacia cuentas secretas en el exterior, que desfinancian al Estado. Ni siquiera importa que sea el grupo Macri es principal contratista del estado, ese mismo estado que parece tener prácticas tan corruptas en sus contrataciones. No interesa porque eso no aparece ficcionado en la TV que miran todo el día. Si no hay malos visibles y luces de colores, como en la guerra del Golfo, no sirve.
Un villano que no venga acompañado de una parafernalia hollywoodiana, ficcionado como en una película, simplemente no existe...
por Emiliano Masnata
18 de junio de 2016
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