Economía 16.06.2011
Argentina, ¿la última esperanza de Grecia?
A Grecia le aconsejan abandonar la UE y devaluar su moneda para resolver su crisis fiscal como Argentina lo hizo en el pasado, pero, ¿se pueden sacar otras lecciones de la caída y el nuevo auge del país latinoamericano?
La actual crisis fiscal griega y la “crisis del peso” que afligió a Argentina hacia el cambio de siglo tienen rasgos parecidos; son las soluciones a la mano las que parecen ser muy diferentes. El Gobierno de Atenas debe responder a la unión económica de la que Grecia forma parte, mientras que el de Buenos Aires tiene en sus manos el timón de la moneda nacional. Eso le permitió acoplar el peso argentino al dólar estadounidense y desacoplarlo más tarde, cuando se vio obligado a devaluarlo e imponer controles al tránsito de capitales.
“Hay argumentos a favor y en contra de que Grecia abandone la Unión Europea y responda a su crisis como lo hizo Argentina: yo creo que un paso como ese es demasiado riesgoso y complicado. Las reformas monetarias tienden a sustituir una moneda débil por una más fuerte y prometedora, pero en el caso de Grecia ocurriría todo lo contrario y los griegos no van a aceptar que les quiten el euro de las manos porque éste sigue siendo valioso y garantizando poder adquisitivo”, comenta el analista de coyunturas Klaus-Jürgen Gern.
“La Eurozona puede soportar que Grecia abandone la unión económica porque no se trata de un país muy grande, pero cabe preguntarse qué señal enviaría esa separación a los mercados internacionales. Es muy probable que se comience a especular sobre la posibilidad de que otros países comunitarios, afectados por problemas similares, sigan los pasos de Grecia y que se ponga en duda la estabilidad política de la Unión Europea”, agrega el especialista del Instituto para la Economía Mundial (IfW) de la Universidad de Kiel.
Argentina, ave fénix
Pero, ¿no se pueden sacar otras enseñanzas de la dramática crisis de la deuda argentina con miras a solucionar la del país mediterráneo? Ansgar Belke, director del departamento de Macroeconomía Internacional del Instituto Alemán para la Investigación Económica (DIW), con sede en Berlín, está convencido de que es posible: “Lo que ocurrió en Argentina sirvió para demostrar que un país puede recuperarse aún después de haber quedado en bancarrota y haber desaparecido de los mercados financieros internacionales”, dice el experto.
“Argentina lo consiguió apelando a un recorte de su deuda externa”, acota Belke, subrayando que, aunque esa decisión trajo problemas consigo, lo que cuenta a mediano plazo es el crecimiento económico del país. “Y la tasa de crecimiento de Argentina es exorbitante, con todo y que los acreedores siguen sin llegar a un acuerdo con el Gobierno de Buenos Aires”. A sus ojos, esta salida también le conviene a la Unión Europea, tanto en términos simbólicos –porque evita el desmembramiento de la comunidad– como materiales.
El recorte de la deuda, ¿última esperanza?
“Yo siempre he estado a favor de un recorte de la deuda griega porque eso no causaría tantos estragos como se teme. Grecia es relativamente pequeño como país; puede que algunos bancos alemanes y franceses se tambaleen, pero esa situación puede manejarse mediante la intervención de los respectivos Estados, en lugar de seguir aprobando créditos gigantescos como los que estamos ofreciendo hoy. Recortar la deuda griega sale más barato que continuar por la senda seguida hasta ahora para enfrentar la crisis”, asegura Belke.
“Grecia pagaría sólo la mitad de sus deudas, pero los bancos estarían en capacidad de soportar ese golpe porque ellos han ganado mucho al cobrar los intereses correspondientes. El recorte de su deuda contribuiría a que Grecia recupere su credibilidad y regrese a los mercados de capitales. Seguir concediendo créditos sólo ofrece desventajas”, explica Belke. Si la ilusión es lo último que se pierde, quizás convenga que Grecia aumente sus reservas de esperanza mirándose en el espejo argentino.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse
Publicado en :
http://www.dw-world.de/dw/article/0,,15161167,00.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario