miércoles, 21 de abril de 2010
BORGES TENÍA RAZÓN, por Adrián Corbella (para "Mirando hacia adentro")
¿Por qué “renacen” los gorilas?... Es decir…¿Por qué el kirchnerismo ha generado una oposición tan fanática y salvaje, tan parecida a la que enfrentó a Perón y a Eva hace medio siglo?.
Preguntas difíciles de responder. Para hacerlo es necesario hacer algunas reflexiones, algunas consideraciones previas.
Para los intelectuales liberales siempre fue una suerte de misterio inexplicable el surgimiento del peronismo. Y se preguntaron muchísimas veces no sólo porqué surgió sino porqué mostró tanta vitalidad y continuidad antes y después de 1955.
La pregunta opuesta es igual de válida : ¿Cuáles son los nutrientes que mantienen vivo al gorilismo después de medio siglo?... y aún más ¿Por qué un movimiento político apenas reformista como el peronismo generó (y genera) tanta y tan decidida oposición?...
Alguna vez Jorge Luis Borges dijo que que los peronistas eran “incorregibles”… la misma calificación podría aplicarse a los antiperonistas o “gorilas” (grupo al que pertenecía el famoso escritor)…
Yo siempre pensé que esta antinomia se hunde en lo más profundo de nuestro origen como nación, y más hondo aún, de nuestro origen como “pueblo”.
El peronismo y su Némesis, el gorilismo, sobreviven porque las condiciones sociales que les dieron origen vienen de lo más profundo de nuestra historia, y no han desaparecido.
¿Cuáles son esas condiciones sociales?... Para explicarlo debemos retroceder algunos siglos.
Ser hispanoamericano :
Nuestro origen es el mismo que el del resto de los latinoamericanos. En los siglos XV y XVI los españoles conquistaron buena parte de América, provocando un auténtico genocidio entre los pobladores americanos nativos. Algunos autores habla de 70 millones de muertos en 100 años.
Los españoles construyeron una nueva sociedad sobre las ruinas de las culturas americanas originarias, agregando un tercer elemento a la mixtura : los esclavos africanos.
Tres siglos después estas sociedades hispanoamericanas estaban perfectamente constituidas : había una pequeña minoría que ostentaba el poder, integrada por españoles “peninsulares” (nacidos en España) y “criollos” (descendientes de españoles nacidos en América, parcialmente mezclados con personas de sangre americana o africana).
El resto de la población era un conglomerado muy heterogéneo que aunaba elementos étnicos y culturales de España, de los americanos originarios y de África.
El proceso de independencia, en la mayoría de los países, fue impulsada por esa minoría semi-europea de “criollos”. En aquellos países en los cuales masas populares en las que predominaban los elementos culturales americanos o africanos intentaron un proceso independentista autónomo, los criollos se encolumnaron junto al poder real en defensa del statu quo (el ejemplo clásico fue México).
Por eso, terminado el proceso de independencia, y en algunos países mucho antes (Argentina por ejemplo), una cuestión central fue qué rol y qué derechos se daba en la sociedad a esos elementos populares tan poco europeos.
En Argentina por ejemplo, esta cuestión fue una de las causas nodales de los enfrentamientos civiles (Artígas, Ramírez y López contra los directoriales ; unitarios y federales ; gobierno central contra los caudillos federales durante la “Organización Nacional”) que ensangrentaron el país desde 1813 hasta casi 1880.
Ser argentino :
En el marco de esta disputa surgen el Estado y la Nación argentinas. Y la solución que se dio a este problema fue muy peculiar, debido a las concepciones que tenían las dos generaciones que dieron sustento ideológico a este proceso : las de 1837 y 1880.
Estos intelectuales tenían varias ideas claras : ansiaban instalar en Argentina la CIVILIZACIÓN, es decir, la cultura europea (aunque por “europeo” entendían sólo lo anglo-francés). España representaba para ellos el atraso, la ignorancia y la oscuridad. Los aborígenes americanos y los africanos eran, en su opinión, bárbaros y salvajes.
Por lo tanto poco, casi nada, les quedaba como base. La nacionalidad debía construirse sobre el “Desierto” (curioso nombre que daban al área habitada por americanos originarios), para lo cual primero debían perfeccionar su condición de tal. Las Guerras Civiles, la represión feroz a caudillos como Felipe Varela y Angel Vicente Peñaloza, y la "Campaña al Desierto" sirvieron para eso : para vaciar un “Desierto” que estaba excesivamente poblado.
Con el remanente de población “criolla” (y aquí estoy entendiendo por “criollo” la mixtura hispano-africana-americana que produjo el Imperio Español) se aplica una triple estrategia :
*desde lo físico se la diluye en la masiva inmigración europea
*desde lo cultural se la incorpora a un sistema escolar universal, estatal y gratuito pensado tanto para alfabetizar como para lograr un cambio cultural, una transculturación.
*desde lo político se crea un sistema (el Régimen Oligárquico) que garantiza que este sector quede afuera del proceso de toma de decisiones.
Esta fue la ARGENTINA DEL CENTENARIO, una Argentina que se construyó, como decía un viejo profesor mío de la UBA, Angel Castellan, sobre un tapiz que se extendió sobre la Argentina criolla.
La irrupción del peronismo :
La Argentina del Centenario fue, entonces, una suerte de escenografía, una fachada, que se construye de espaldas al país real que quedaba sumergido, sepultado en vida, debajo de esa estructura.
Una escenografía que se empieza a resquebrajar en torno del Centenario con la presión social de los sectores obreros, con la Ley Sáenz Peña, y con la incorporación de los sectores medios a la política merced al yrigoyenismo.
Pero el peronismo fue el que da el golpe de gracia, el que, como decía Angel Castellan, levantó, de una vez y sin anestesia, el tapiz que cubría la Argentina criolla ; y entonces esos sectores sumergidos brotaron a la superficie, repentinamente, como en una erupción volcánica, el 17 de octubre de 1945…
EL PERONISMO, pese a que, como decíamos al principio, no es propiamente una fuerza “revolucionaria” si entendermos "revolución" en su clásico sentido marxista, GENERÓ UN IMPACTO ANÁLOGO AL DE UNA REVOLUCIÓN AL ROMPER ESA FACHADA EUROPEA CON QUE SE CUBRÍA LA ARGENTINA, y alterar las estructuras de control político-social de la elite. A la elite se le quita el poder político, se le afectan sus ingresos, y se la amenaza en su existencia como clase.
Basta con mencionar simplemente las cosas que el peronismo modificó : al “levantar el tapiz” sacó a la luz una Argentina criolla, latinoamericana, e incorporó brusca y masivamente al sistema político a los obreros y las mujeres ; quitó el eje económico del modelo agroexportador, rompiendo el vínculo con Inglaterra (que ya agonizaba por causas ajenas a la Argentina) y transformando al “campo” en un sector económico subordinado a intereses económicos más amplios, más “nacionales” ; construyó un Estado con rasgos “keynesianos”, ajeno a la tradición liberal ortodoxa de la elite ; y encima emprendió políticas muy activas para la inclusión social de los desposeídos.
Creo que en este contexto el fenómeno del GORILISMO se comprende mejor. Es una reacción visceral, y a la vez de piel, de una clase dominante que se enfrenta al fin del mundo, al Armaggedon, a un proceso político que surge “de la nada” y que amenaza sus intereses, su estilo de vida, su mundo…
Y la elite arrastra en esta visión a sectores que le estaban asociados, que compartían su cosmovisión, como los sectores medios, e incluso a sectores de la izquierda que habían nacido y crecido dentro de esa escenografía creada por la clase dominante.
La caída del peronismo no cambió nada ; el conflicto estaba planteado, y no se había resuelto. En el poder o en la oposición, el peronismo seguía representando al enemigo, seguía dividiendo aguas, seguía mostrando una cara que no se desea ver, que se desea “tapar”… por eso justamente es “incorregible”.
Cuando el 24 de marzo de 1976 los comandantes de las tres fuerzas llamaron a su dictadura “Proceso de Reorganización nacional” tenían muy en claro esta dicotomía, esta antinomia. Para ellos, debía volverse a las bases de la Argentina del siglo XIX : COMBINAR UN BAÑO DE SANGRE CON UNA TRANSFORMACIÓN CULTURAL. Estas políticas fueron continuadas con una metodología menos sangrienta, en la Segunda Década Infame (Menem-De La Rúa).
Ser K :
En este marco, el GORILISMO del siglo XXI, el gorilismo anti-k asume su rol como simple continuidad del viejo gorilismo de los cincuenta.
¿Por qué, preguntarán algunos ?... Porque, como el primer peronismo, LOS KIRCHNER AMENAZARON Y AMENAZAN INTERESES VITALES de la elite, DE LOS DUEÑOS DE LA ARGENTINA.
La estatización de las AFJP, la renacionalización de algunas empresas de servicios públicos, y la EXTRAÑA PRETENSIÓN DE SALDAR LA DEUDA, afectan los intereses de un sector financiero que necesita que continúe el endeudamiento creciente y que ningún economista heterodoxo cuestione la hegemonía del neoliberalismo ; las retenciones a la soja y a otros productos afectan a la burguesía agroexportadora, que siempre llevó de la nariz a los gobiernos, y que de éste gobierno sólo logra cierta cordial indiferencia ; las medidas sociales (asistencialistas, pero medidas al fin) y la reactivación de las paritarias impiden el proceso de empobrecimiento creciente iniciado en 1976 ; el reinicio del juzgamiento a los responsables militares del Proceso amenaza ciertas bolsas de impunidad que se habían tolerado hasta entonces ; y la Ley de Medios ataca, frontalmente, a las estructuras monopólicas de comunicación que son los garantes del statu quo, y que se han transformado en Argentina en el poder detrás del trono, en el Verdadero Poder.
Una vez más, LOS DUEÑOS DE LA ARGENTINA TEMEN EL FIN DEL MUNDO, EL ARMAGEDDON, y reaccionan en consecuencia : los colmillos se afilan, los pelos se erizan, se disciplina a la tropa (que esta vez no se viste de verde), y se forma una nueva Unión Democrática…
AFORTUNADAMENTE, BORGES TENÍA RAZÓN ; y pese a la existencia de personajes como Isabel Martínez y José López Rega, como Carlos Menem y Eduardo Duhalde, EL PERONISMO ES INCORREGIBLE…
Adrián Corbella, 21 de abril de 2010
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