Tras la cumbre de ayer y las reacciones posteriores, queda claro que la relación entre EEUU y Europa sigue siendo inquebrantable. Se evidenció un fuerte apoyo a Ucrania, con abrazos a Zelensky, pero también la necesidad de definir las condiciones de paz, donde la postura de Rusia sigue siendo un factor clave. La falta de claridad en la estrategia europea genera incertidumbre sobre el camino a seguir.
Reino Unido reafirmó su dependencia de EEUU y, con ello, la necesidad de mayores inversiones en defensa. Europa transferirá grandes sumas de dinero a EEUU, incrementando el gasto militar del 1,25% al 3-4%, lo que postula al país norteamericano como el gran vencedor de la guerra de Ucrania. La industria armamentística europea podría beneficiarse de este aumento presupuestario, pero aún está por verse qué parte del mercado acapararán las empresas estadounidenses.
Ursula von der Leyen hizo un llamado a incrementar el gasto, con EEUU como socio clave. Sin embargo, la cumbre también dejó en evidencia la falta de dirección en la Unión Europea. Mientras líderes como Macron y Sánchez evitaron hacer declaraciones, la UE sigue sin un plan claro para alcanzar la autonomía estratégica. Tanto Reino Unido como la propia UE dependen de EEUU en armas, telecomunicaciones e inteligencia militar, lo que refuerza la idea de que "no podemos ir a la guerra sin EEUU".
La reciente reunión entre Zelensky y Trump reveló tensiones crecientes. Trump, un líder conocido por no olvidar agravios, parece mantener una relación complicada con el presidente ucraniano, lo que podría afectar futuras negociaciones. Es probable que Zelensky tenga que lidiar más con el secretario de Estado o el vicepresidente en adelante. Además, existen especulaciones sobre una posible estrategia de Trump para presionar a Zelensky a firmar acuerdos bajo condiciones desfavorables para Ucrania.
Zelensky, al responder públicamente en lugar de mantener las discusiones en privado, podría haber cometido un error estratégico. Con el tiempo jugando a favor de Rusia, EEUU podría presionar por cambios en el liderazgo ucraniano, lo que abriría la puerta a nuevas negociaciones. Uno de los nombres que suenan con fuerza es el del exjefe del Estado Mayor ucraniano, quien se encuentra actualmente en Londres y cuya creciente popularidad llevó a Zelensky a apartarlo del cargo. Sin embargo, cualquier cambio en el liderazgo retrasaría aún más el proceso de paz, algo que podría jugar en contra de Ucrania.
Lo cierto es que, sin el respaldo de EEUU, Europa tiene poco margen de maniobra en el conflicto. La falta de una estrategia independiente refuerza la idea de que cualquier decisión sobre la guerra y la paz dependerá en última instancia de Washington.
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