La muerte del ex presidente de Argentina es una lamentable pérdida. Su audaz desafío al FMI le abrió paso al progreso de Sudamérica.
La repentina muerte de Néstor Kirchner es una gran pérdida, no sólo para la Argentina sino para la región y el mundo. Kirchner se transformó en presidente en mayo de 2003, cuando Argentina estaba en las etapas iniciales de su recuperación de una terrible recesión. Su rol en el rescate de la economía argentina es comparable al de Franklin Delano Roosevelt en la Gran Depresión de los Estados Unidos. Como Roosevelt, Kirchner tuvo que enfrentar tanto a los poderosos intereses económicos como a la mayoría de los economistas, que insistían en que sus políticas lo llevarían al desastre. Se probó que estaban equivocados, y que Kirchner tenía razón.
La recesión argentina de 1998-2002 fue, sin duda, comparable a la crisis del 30 en términos de desempleo, que alcanzó un pico superior al 21% , y pérdida de producción (cerca del 20% del PBI). La mayoría de los argentinos, que habían, hasta entonces, gozado de niveles de vida entre los más altos de América Latina, fueron empujados por debajo de la línea de pobreza. En diciembre de 2001 y enero de 2002, el país sufrió una devaluación masiva, un record histórico mundial de default con 95.000.000.000 de deuda [N.de T. : en libras esterlinas], y un colapso del sistema financiero.
Aunque algunas de las políticas heterodoxas que permitieron finalmente la rápida recuperación de Argentina comenzaron en el año previo a la asunción de Kirchner, el tuvo que seguirlas a través de algunos desafíos duros para hacer de Argentina la economía de más rápido crecimiento en la región.
Uno de los mayores desafíos vino del FMI. El FMI había sido central en la provocación del colapso, al sostener, entre otras malas políticas, una tasa de cambio sobrevaluada, con un endeudamiento en constante crecimiento, con tasas de interés crecientes. Pero cuando la economía de Argentina inevitablemente colapsó, el FMI no ofreció ayuda, tan solo una serie de condiciones que impedirían la recuperación de la economía. El FMI estaba tratando de obtener un mejor acuerdo para el acreedor extranjero.
Kirchner, con toda razón, se rehusó a aceptar sus condiciones, y el FMI se rehusó a renegociar la deuda de Argentina.
En septiembre de 2003 la batalla alcanzó un punto álgido cuando Kirchner temporalmente entró en default con el FMI, en vez de aceptar sus condiciones. Esto fue un movida extraordinariamente corajuda ; ningún país de medianos ingresos había entrado jamás en default con el FMI ; sólo un puñado de estados fracasados o parias como Irak o Congo. Eso se debe a que se consideraba que el FMI tenía el poder de cortar o interrumpir incluso créditos comerciales a un país que entraba en default con ellos. Nadie sabía con certeza que ocurriría ; pero el FMI se echó atrás.
Argentina continuó creciendo a un promedio de más del 8% anual a lo largo de 2008, sacando de la pobreza a más de 11 millones de personas, en un país de 40 millones.
Las políticas del gobierno de Kirchner, incluyendo el objetivo del Banco Central de tener una tasa de cambio real y competitiva, y tomar una línea dura en contra de los acreedores que seguían en default, no eran populares en Washington o en la prensa de los negocios. Pero funcionaron.
El exitoso enfrentamiento de Kirchner con el FMI llegó en un momento en que el Fondo estaba perdiendo rápidamente influencia en el mundo, luego de sus fracasos en la crisis económica asiática que precedió al colapso de Argentina. Le mostró al mundo que un país podía desafiar al FMI y vivir para contarlo. Y contribuyó a la posterior pérdida de influencia del FMI en América Latina y países de medianos ingresos en general. Debido a que el FMI era, en ese momento, la más importante vía de influencia de Washington en los países de bajos y medianos ingresos, esto también contribuyó al deceso de la influencia de los EE.UU., especialmente sobre los países recientemente independientes de Sudamérica.
Kirchner también jugó un rol importante en consolidar esta independencia, trabajando con los otros gobiernos de izquierda, incluyendo a Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia. A través de instituciones como UNASUR (la unión de naciones sudamericanas), MERCOSUR (el bloque comercial sudamericano) y numerosos acuerdos comerciales, Sudamérica pudo alterar su trayectoria de una manera dramática.
Este gobierno exitosamente unido apoyó al gobierno de Bolivia contra un desafío extraparlamentario de la derecha en 2008, y muy recientemente se plantó en apoyo de Ecuador en aquel intento de golpe de estado hace unas pocas semanas.
Desafortunadamente, no tuvieron éxito en derrocar la toma de poder militar del año pasado en Honduras, donde el apoyo de los EE.UU. al gobierno golpista probó ser decisivo. Argentina, junto con UNASUR, aún se rehúsa a permitir que Honduras regrese a la Organización de los Estados Americanos (OEA) a pesar de la fuerte presión de Washington.
También se ganó el respeto de los organismos de derechos humanos por su disposición a enjuiciar y extraditar a algunos de los militares acusados de crímenes contra la Humanidad durante la dictadura de 1976-83, revirtiendo las políticas de gobiernos previos.
Junto con su esposa, la actual presidente Cristina Fernández, Néstor Kirchner hizo una enorme contribución a ayudar a que Argentina y la región se unieran en una dirección progresista.
Estos esfuerzos generalmente no le han ganado mucho favor de Washington ni de los círculos internacionales de negocios ; pero quedará en la historia, no sólo como un gran presidente, sino como un héroe de la independencia de América Latina.
Por Mark Weisbrot, para “The Guardian” de Inglaterra 27-10-10.
“The Guardian” es un diario muy prestigioso vinculado al Partido Conservador.
Publicado en :
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/cifamerica/2010/oct/27/nestor-kirchner-argentina-imf
La repentina muerte de Néstor Kirchner es una gran pérdida, no sólo para la Argentina sino para la región y el mundo. Kirchner se transformó en presidente en mayo de 2003, cuando Argentina estaba en las etapas iniciales de su recuperación de una terrible recesión. Su rol en el rescate de la economía argentina es comparable al de Franklin Delano Roosevelt en la Gran Depresión de los Estados Unidos. Como Roosevelt, Kirchner tuvo que enfrentar tanto a los poderosos intereses económicos como a la mayoría de los economistas, que insistían en que sus políticas lo llevarían al desastre. Se probó que estaban equivocados, y que Kirchner tenía razón.
La recesión argentina de 1998-2002 fue, sin duda, comparable a la crisis del 30 en términos de desempleo, que alcanzó un pico superior al 21% , y pérdida de producción (cerca del 20% del PBI). La mayoría de los argentinos, que habían, hasta entonces, gozado de niveles de vida entre los más altos de América Latina, fueron empujados por debajo de la línea de pobreza. En diciembre de 2001 y enero de 2002, el país sufrió una devaluación masiva, un record histórico mundial de default con 95.000.000.000 de deuda [N.de T. : en libras esterlinas], y un colapso del sistema financiero.
Aunque algunas de las políticas heterodoxas que permitieron finalmente la rápida recuperación de Argentina comenzaron en el año previo a la asunción de Kirchner, el tuvo que seguirlas a través de algunos desafíos duros para hacer de Argentina la economía de más rápido crecimiento en la región.
Uno de los mayores desafíos vino del FMI. El FMI había sido central en la provocación del colapso, al sostener, entre otras malas políticas, una tasa de cambio sobrevaluada, con un endeudamiento en constante crecimiento, con tasas de interés crecientes. Pero cuando la economía de Argentina inevitablemente colapsó, el FMI no ofreció ayuda, tan solo una serie de condiciones que impedirían la recuperación de la economía. El FMI estaba tratando de obtener un mejor acuerdo para el acreedor extranjero.
Kirchner, con toda razón, se rehusó a aceptar sus condiciones, y el FMI se rehusó a renegociar la deuda de Argentina.
En septiembre de 2003 la batalla alcanzó un punto álgido cuando Kirchner temporalmente entró en default con el FMI, en vez de aceptar sus condiciones. Esto fue un movida extraordinariamente corajuda ; ningún país de medianos ingresos había entrado jamás en default con el FMI ; sólo un puñado de estados fracasados o parias como Irak o Congo. Eso se debe a que se consideraba que el FMI tenía el poder de cortar o interrumpir incluso créditos comerciales a un país que entraba en default con ellos. Nadie sabía con certeza que ocurriría ; pero el FMI se echó atrás.
Argentina continuó creciendo a un promedio de más del 8% anual a lo largo de 2008, sacando de la pobreza a más de 11 millones de personas, en un país de 40 millones.
Las políticas del gobierno de Kirchner, incluyendo el objetivo del Banco Central de tener una tasa de cambio real y competitiva, y tomar una línea dura en contra de los acreedores que seguían en default, no eran populares en Washington o en la prensa de los negocios. Pero funcionaron.
El exitoso enfrentamiento de Kirchner con el FMI llegó en un momento en que el Fondo estaba perdiendo rápidamente influencia en el mundo, luego de sus fracasos en la crisis económica asiática que precedió al colapso de Argentina. Le mostró al mundo que un país podía desafiar al FMI y vivir para contarlo. Y contribuyó a la posterior pérdida de influencia del FMI en América Latina y países de medianos ingresos en general. Debido a que el FMI era, en ese momento, la más importante vía de influencia de Washington en los países de bajos y medianos ingresos, esto también contribuyó al deceso de la influencia de los EE.UU., especialmente sobre los países recientemente independientes de Sudamérica.
Kirchner también jugó un rol importante en consolidar esta independencia, trabajando con los otros gobiernos de izquierda, incluyendo a Brasil, Venezuela, Ecuador y Bolivia. A través de instituciones como UNASUR (la unión de naciones sudamericanas), MERCOSUR (el bloque comercial sudamericano) y numerosos acuerdos comerciales, Sudamérica pudo alterar su trayectoria de una manera dramática.
Este gobierno exitosamente unido apoyó al gobierno de Bolivia contra un desafío extraparlamentario de la derecha en 2008, y muy recientemente se plantó en apoyo de Ecuador en aquel intento de golpe de estado hace unas pocas semanas.
Desafortunadamente, no tuvieron éxito en derrocar la toma de poder militar del año pasado en Honduras, donde el apoyo de los EE.UU. al gobierno golpista probó ser decisivo. Argentina, junto con UNASUR, aún se rehúsa a permitir que Honduras regrese a la Organización de los Estados Americanos (OEA) a pesar de la fuerte presión de Washington.
También se ganó el respeto de los organismos de derechos humanos por su disposición a enjuiciar y extraditar a algunos de los militares acusados de crímenes contra la Humanidad durante la dictadura de 1976-83, revirtiendo las políticas de gobiernos previos.
Junto con su esposa, la actual presidente Cristina Fernández, Néstor Kirchner hizo una enorme contribución a ayudar a que Argentina y la región se unieran en una dirección progresista.
Estos esfuerzos generalmente no le han ganado mucho favor de Washington ni de los círculos internacionales de negocios ; pero quedará en la historia, no sólo como un gran presidente, sino como un héroe de la independencia de América Latina.
Por Mark Weisbrot, para “The Guardian” de Inglaterra 27-10-10.
“The Guardian” es un diario muy prestigioso vinculado al Partido Conservador.
Publicado en :
http://www.guardian.co.uk/commentisfree/cifamerica/2010/oct/27/nestor-kirchner-argentina-imf
adriancorbella.blogspot.com
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