03-11-2010 / Última Palabra
Un adjetivo inseparable de la figura de antonio cafiero (88) es “legendario”. Estuvo en los funerales de Evita y Juan Domingo Perón, de Raúl Alfonsín y, ahora, de Néstor Kirchner, de quien destaca su influencia para hacer de la juventud el motor clave de este momento del peronismo que describe como de “explosión”. Y el ex gobernador bonaerense, actual titular de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina, no duda: el próximo presidente debe ser peronista, y la indicada es Cristina Fernández. Habló con Cristian H. Savio.
Extractos:
-¿Qué impresión le dejó la movilización popular en el velorio de Néstor Kirchner?
Antonio Cafiero -No era la primera vez que me tocaba asistir a las exequias de un presidente, pero ésta tenía un significado especial. Era un hombre joven, lleno de energía, que había cambiado muchos aspectos de la política argentina.
-Usted estuvo en los funerales de Evita, Perón y Raúl Alfonsín. ¿Por qué éste es especial?
A.C.: -Ninguno para mí tuvo la impronta del sepulcro de Néstor. Quizás por lo sorpresivo de su fallecimiento. En los casos de Perón y Evita, todos sabíamos cuál era el desenlace próximo; en el caso de Néstor ni lo imaginábamos. Así que no sólo fue la sorpresa, sino la conmoción que me produjo.
-En casos así, ¿se replantea su idea acerca de la muerte?
A.C.: -Nunca pensé en la muerte. Ni siquiera en la mía. Tampoco en este caso. Lo llamativo de esto es la multitud que acompañó los restos de Néstor. Es un símbolo revelador, pese a los malos augurios, de que el peronismo sigue con enorme fuerza convocante. Este súbito despertar y movilizarse de la juventud es uno de los hechos que más atrajeron mi atención.
-¿No le parece que hace nueve años era inimaginable una Plaza de Mayo repleta de jóvenes llorando la muerte de un líder político?
A.C. -Es cierto. Tal vez muchos de esos jóvenes pasaron del “que se vayan todos” y el repudio a los políticos y la política a esta entrega total a un líder político. Néstor hablaba a los jóvenes de un nuevo modelo nacional y popular y del protagonismo que deberían asumir para defenderlo.
-¿Cómo era su relación con Kirchner?
A.C.: -No teníamos una relación íntima, pero sí una recíproca simpatía. Recuerdo cuando nos encontramos en Santiago de Chile, para asistir a la toma de mando de Michelle Bachelet. Néstor se me acercó, me abrazó, me recordó que durante su militancia estudiantil utilizaba mucho un libro que yo había escrito en defensa del gobierno peronista, “Cinco años después”, y me dijo afectuosamente: “Antonio, usted sabe que yo lo quiero mucho”. Le agradecí sus expresiones.
-¿Cómo sigue ahora el peronismo?
A.C.: -El peronismo vive un proceso de explosión, contrario a lo que muchos han sostenido de la inevitabilidad de su división. Está en un momento de explosión por la irrupción de nuevas generaciones y por el papel que adquirió en el mundo, porque está a la cabeza de las corrientes políticas que vienen sosteniendo la idea de un mundo más justo y de valores más allá de las cuestiones socioeconómicas.
-¿Quién es el principal enemigo del Partido?
A.C.: -El enemigo está dentro del peronismo: en la incapacidad de muchos dirigentes de abrir los caminos de la unión entre los peronistas que, a mi modo de ver, es la gran condición, no sólo para reforzar la gobernabilidad del país; también para alcanzar la unión de los argentinos, lo que es difícil sin la unión del peronismo.
-¿Quién va a ser el próximo presidente?
A.C.: -Si queremos construir la Argentina del futuro, no hay otro camino que el peronismo, que contiene todas las esperanzas de una Argentina unida y victoriosa. El peronismo predica la unidad en la diversidad. Esto, que algunos ven como un síntoma de debilidad, para mí es su verdadera fortaleza.
-¿Pero da lo mismo un presidente kirchnerista que un peronista disidente?
A.C.: -No es lo mismo. Tiene que ser capaz de continuar las reformas que Néstor introdujo.
-¿Y a quién vislumbra?
A.C.: -La persona más indicada es la propia Cristina Kirchner, que ha surgido como una líder natural y popular que empieza a ser amada por el pueblo, siguiendo el derrotero de otros grandes líderes del peronismo.
-¿Como Evita?
A.C.: -Hay algo en ella que me hace recordar la figura de Evita. Sin ir más lejos, el amor que profesó a su esposo. Pero no es Evita ni podría serlo. Cada tiempo histórico tiene sus requerimientos. Hay figuras que no se repiten en la Historia, y mal haría Cristina en querer convertirse en “otra Evita”.
.¿Habló con ella en estos días?
A.C.: -El día de las exequias de Néstor me acerqué a ella, la abracé y le dije: “Cristina: fuerza. Sabés que te acompaño en todo”. Me miró y me dijo: “Ya lo sé, Antonio”. En aquellos momentos yo creía percibir una cierta sorpresa en Cristina por mi presencia en el velatorio. No había sido un colaborador íntimo, y hubo momentos en los que me resultaba difícil tener comunicación con ella. Pero esa mañana todas mis dudas se disiparon. Sé que me agradeció profundamente mi presencia, y tal vez había ráfagas en su memoria de aquellos momentos en que luchamos juntos en el Senado o en la Convención Constituyente de Santa Fe.
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COMENTARIO DE "MIRANDO HACIA ADENTRO" :
¡ Bienvenido don Antonio !
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