El lunes 16 de junio, a 59 años del bombardeo
golpista contra Juan Domingo Perón que terminó con la vida de cientos de
argentinos y muchos más heridos, se conoció la resolución de la Corte
Suprema de Justicia de Estados Unidos con la decisión de no tomar el
caso "Argentina vs. Fondos Buitre" ni de llamar a consulta al gobierno
norteamericano, por lo que quedó firme la insólita sentencia del juez
Thomas Griesa a favor de los extorsionadores financieros.
En estos 20 días se escribió mucho sobre el caso tanto por
parte de analistas profesionales y serios, como, fundamentalmente, por
la pluma de consultores y periodistas que ya tienen la camiseta "buitre"
puesta de antemano.
También se fueron sucediendo las acciones del gobierno para enfrentar en terreno judicial la sentencia, terminando con la inesperada –para Griesa y sus socios externos y locales– jugada, basada en el respeto a la ley argentina por sobre cualquier otra legislación extranjera, de pagar en tiempo y forma el vencimiento de bonos reestructurados del último 30 de junio. El próximo round judicial será la reunión del gobierno con el mediador Daniel Pollack, designado por Griesa.
Si bien la táctica judicial está siendo efectiva y deberá tener como objetivo alcanzar un acuerdo que no invalide la propia reestructuración de la deuda ni se desanden los logros alcanzados desde 2003 a la fecha, el gobierno correctamente basó su estrategia global en sacar el tema del ámbito estrictamente judicial y llevarlo a la arena política.
Las consecuencias del así llamado "juicio del siglo" se darán más allá del acuerdo alcanzado entre las partes, y la presidenta lo sabe. Para el caso de la legislación nacional, y luego de ver como cerró filas una parte importante de la oposición política con la posición llevada adelante por el gobierno nacional, tal vez sea hora de darle rango constitucional a la imposibilidad de que cualquier tipo de deuda soberana establezca otra ley que no sea la nacional para dirimir diferendos entre las partes. Un Nunca Más a la legislación extranjera sería profundizar la soberanía económica. Por otra parte, en el ámbito internacional, los apoyos que ha recibido la posición argentina, más allá que puedan condicionar poco o nada a la decisión de la justicia norteamericana, impactarán seguramente sobre el escenario geopolítico y dibujarán mas temprano que tarde una nueva arquitectura financiera mundial. El vacío de la legislación financiera internacional en este caso ha sido puesto en evidencia y ya es hora de encontrar un cierre a las aspiraciones de los fondos buitre y de sus cómplices de la justicia norteamericana. Este es un reclamo que tanto la Unasur como el grupo BRICS, y aun el G20 aunque sea "para la tribuna" vienen haciendo desde el inicio de la crisis subprime que desencadenó el terremoto financiero internacional de 2008/2009 cuyas secuelas todavía perduran. Por el lado de la Unasur, desde el año 2007 se vino construyendo una agenda que ahora toma nueva actualidad. Desde las primeras reuniones del Grupo de Trabajo de Integración Financiera (GTIF) que terminaron en la conformación del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas de la Unasur, siempre estuvo presente el objetivo de enfrentar la crisis financiera internacional y particularmente los problemas de balanza de pagos de nuestros países y los ataques especulativos contra nuestras monedas, en forma conjunta. Tal es la actualidad de esa agenda que el 26 de noviembre de 2010, los presidentes de la región reunidos en Guyana, y a pedido de la delegación argentina, realizaron una declaración en contra de los fondos buitre, llamándolos eufemísticamente "fondos de situaciones especiales" y solicitaron al Consejo de Economía y Finanzas del organismo que "elabore un conjunto de recomendaciones tendientes a minimizar los efectos adversos de este tipo de fondos". El objetivo del citado Consejo es alcanzar la anhelada estabilidad financiera regional de manera cooperativa y efectiva, poniendo en el centro la resolución de la restricción externa o deficiencia de divisas que todavía subsiste en la región. Sus núcleos temáticos son tres: financiamiento multilateral y regional para el desarrollo de sistemas de pagos en monedas locales, y coordinación de la administración de las reservas internacionales. Y entre sus acciones concretas se destacan:
-Constituir el Banco del Sur y capitalizar a la CAF (Corporación Andina de Fomento).
-Movilizar por diferentes mecanismos las amplias reservas internacionales acumuladas en nuestros países. A tal fin se recomienda impulsar la expansión del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) y su adaptación al nuevo contexto internacional para potenciarlo como instrumento de toda la región.
-También se contempla la necesidad de poner en marcha un fondo de reservas regional y evaluar opciones para coordinar una suerte de red voluntaria de "swap bilaterales".
-Promover el mayor uso de moneda locales mediante la ampliación de los sistemas de pago recíprocos actuales como el ALBA o el SML entre Argentina y Brasil
-Revitalizar el convenio de ALADI.
Complementariamente, la agenda de la próxima reunión de los BRICS que se llevará adelante el 15 de julio en Fortaleza-Brasil, donde Argentina ha sido invitada a participar, podría coordinarse fácilmente con los puntos precitados. En dicha cumbre se escucharán voces que van a plantear un banco de los BRICS y hasta se están realizando consultas para formalizar una calificadora de riesgo que pueda calificar emisiones de deuda soberanas y de empresas de los países de los BRICS. Seguramente, también el tema fondos buitre será de la partida y se abordarán los nuevos lineamientos que tendrá la futura arquitectura financiera internacional, ya que los países allí reunidos están llamados a disputar la hegemonía económica a EE UU y Europa, que deberán prepararse para "lo que viene, lo que viene". En este sentido, la Argentina es convocada no justamente porque está "aislada del mundo" sino que es vista por los otros países emergentes como un socio al que hay que subir al tren del futuro, tren donde no hay asientos ni para buitres ni para águilas.
Publicado en:
http://www.infonews.com/2014/07/05/politica-152370-y-despues-de-los-buitres-que.php
También se fueron sucediendo las acciones del gobierno para enfrentar en terreno judicial la sentencia, terminando con la inesperada –para Griesa y sus socios externos y locales– jugada, basada en el respeto a la ley argentina por sobre cualquier otra legislación extranjera, de pagar en tiempo y forma el vencimiento de bonos reestructurados del último 30 de junio. El próximo round judicial será la reunión del gobierno con el mediador Daniel Pollack, designado por Griesa.
Si bien la táctica judicial está siendo efectiva y deberá tener como objetivo alcanzar un acuerdo que no invalide la propia reestructuración de la deuda ni se desanden los logros alcanzados desde 2003 a la fecha, el gobierno correctamente basó su estrategia global en sacar el tema del ámbito estrictamente judicial y llevarlo a la arena política.
Las consecuencias del así llamado "juicio del siglo" se darán más allá del acuerdo alcanzado entre las partes, y la presidenta lo sabe. Para el caso de la legislación nacional, y luego de ver como cerró filas una parte importante de la oposición política con la posición llevada adelante por el gobierno nacional, tal vez sea hora de darle rango constitucional a la imposibilidad de que cualquier tipo de deuda soberana establezca otra ley que no sea la nacional para dirimir diferendos entre las partes. Un Nunca Más a la legislación extranjera sería profundizar la soberanía económica. Por otra parte, en el ámbito internacional, los apoyos que ha recibido la posición argentina, más allá que puedan condicionar poco o nada a la decisión de la justicia norteamericana, impactarán seguramente sobre el escenario geopolítico y dibujarán mas temprano que tarde una nueva arquitectura financiera mundial. El vacío de la legislación financiera internacional en este caso ha sido puesto en evidencia y ya es hora de encontrar un cierre a las aspiraciones de los fondos buitre y de sus cómplices de la justicia norteamericana. Este es un reclamo que tanto la Unasur como el grupo BRICS, y aun el G20 aunque sea "para la tribuna" vienen haciendo desde el inicio de la crisis subprime que desencadenó el terremoto financiero internacional de 2008/2009 cuyas secuelas todavía perduran. Por el lado de la Unasur, desde el año 2007 se vino construyendo una agenda que ahora toma nueva actualidad. Desde las primeras reuniones del Grupo de Trabajo de Integración Financiera (GTIF) que terminaron en la conformación del Consejo Suramericano de Economía y Finanzas de la Unasur, siempre estuvo presente el objetivo de enfrentar la crisis financiera internacional y particularmente los problemas de balanza de pagos de nuestros países y los ataques especulativos contra nuestras monedas, en forma conjunta. Tal es la actualidad de esa agenda que el 26 de noviembre de 2010, los presidentes de la región reunidos en Guyana, y a pedido de la delegación argentina, realizaron una declaración en contra de los fondos buitre, llamándolos eufemísticamente "fondos de situaciones especiales" y solicitaron al Consejo de Economía y Finanzas del organismo que "elabore un conjunto de recomendaciones tendientes a minimizar los efectos adversos de este tipo de fondos". El objetivo del citado Consejo es alcanzar la anhelada estabilidad financiera regional de manera cooperativa y efectiva, poniendo en el centro la resolución de la restricción externa o deficiencia de divisas que todavía subsiste en la región. Sus núcleos temáticos son tres: financiamiento multilateral y regional para el desarrollo de sistemas de pagos en monedas locales, y coordinación de la administración de las reservas internacionales. Y entre sus acciones concretas se destacan:
-Constituir el Banco del Sur y capitalizar a la CAF (Corporación Andina de Fomento).
-Movilizar por diferentes mecanismos las amplias reservas internacionales acumuladas en nuestros países. A tal fin se recomienda impulsar la expansión del Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) y su adaptación al nuevo contexto internacional para potenciarlo como instrumento de toda la región.
-También se contempla la necesidad de poner en marcha un fondo de reservas regional y evaluar opciones para coordinar una suerte de red voluntaria de "swap bilaterales".
-Promover el mayor uso de moneda locales mediante la ampliación de los sistemas de pago recíprocos actuales como el ALBA o el SML entre Argentina y Brasil
-Revitalizar el convenio de ALADI.
Complementariamente, la agenda de la próxima reunión de los BRICS que se llevará adelante el 15 de julio en Fortaleza-Brasil, donde Argentina ha sido invitada a participar, podría coordinarse fácilmente con los puntos precitados. En dicha cumbre se escucharán voces que van a plantear un banco de los BRICS y hasta se están realizando consultas para formalizar una calificadora de riesgo que pueda calificar emisiones de deuda soberanas y de empresas de los países de los BRICS. Seguramente, también el tema fondos buitre será de la partida y se abordarán los nuevos lineamientos que tendrá la futura arquitectura financiera internacional, ya que los países allí reunidos están llamados a disputar la hegemonía económica a EE UU y Europa, que deberán prepararse para "lo que viene, lo que viene". En este sentido, la Argentina es convocada no justamente porque está "aislada del mundo" sino que es vista por los otros países emergentes como un socio al que hay que subir al tren del futuro, tren donde no hay asientos ni para buitres ni para águilas.
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http://www.infonews.com/2014/07/05/politica-152370-y-despues-de-los-buitres-que.php
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