Queremos enterarnos de todo pero no tenemos mucho tiempo. Leemos rápidamente los titulares de las ediciones digitales de los periódicos de siempre (quizás, los mismos titulares varias veces al día), consultamos las actualizaciones de nuestros contactos en Facebook, ojeamos algunos tuits y, si hay oportunidad, buscamos completar o contrastar algo que nos haya llamado mucho la atención.
El móvil vibra cerca con algún mensaje recibido y unos cuantos libros descansan pacientes en una esquina de la mesa. La información está por todos los lados pero, según la frase de El Roto, que rescata Pascual Serrano en La comunicación jibarizada. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes (Península, 2013), “gracias a las nuevas tecnologías, me informo al segundo y lo olvido al instante”.
p57_comunic_jibarizTecnófobo. El calificativo se me viene a la cabeza al comenzar a leer las explicaciones de quien en 1996 fundó el medio alternativo que devoré mientras descubría la magia de Internet, Rebelión. El inicio del libro es tan negativo (“La brevedad y la simplicidad se han instalado en el intelecto moderno”) que temí saber de antemano todo lo que iba a continuar. Error. Premio por haber seguido leyendo.
La comunicación jibarizada no se queda corta en la descripción de los fraudes y errores de la comunicación actual, ya sea o no a través de Internet: obsesión por la brevedad, dispersión de ideas, fetichismo de la pantalla, acumulación de espectáculo, inmediatez, falta de seguimiento, simplicidad y superficialidad, fragmentación, saturación informativa, censura, grandes propietarios, etc. A la vez, introduce interesantes reflexiones sobre, por ejemplo, cómo encorseta el lenguaje y, por tanto, el pensamiento, una herramienta de uso tan generalizado y de apariencia tan inofensiva como el Power Point (o similares). Tampoco le cuesta meterse con cuestiones como la gratuidad de la información (“para que el periodismo y la información existan, solo puede haber tres vías de financiación: los usuarios, el Estado o los anunciantes”) o reflexionar sobre los peligros de las listas electorales abiertas (“un sistema aparantemente más democrático de listas abiertas solo será un nuevo elemento de poder e influencia de los medios”).
A partir de una cita de Santiago Alba Rico, Pascual Serrano llama la atención acerca de “dos ilusiones peligrosas”: la neutralidad de los formatos y las funciones, por un lado, y el paralelismo entre progreso tecnológico y emancipación social, por otro. En este sentido, son las redes sociales (en concreto Facebook y Twitter, se echa de menos alguna reflexión sobre N-1 y otras iniciativas) las que reciben las críticas más duras. Insistiendo en que “la comunicación no presencial es imaginaria”, nos recuerda que cada una de nosotras, frente a nuestro ordenador, “no somos otra cosa que muchedumbre atomizada”.
Como deja claro el autor, la tecnología “está aquí, no podemos renunciar a ella y además apreciamos sus ventajas”. Pero, ¿cómo salir de determinadas dinámicas informativas? A lo largo del libro se apuntan algunas ideas: más redes físicas, más libros y menos y mejor información. “Profundidad en el análisis y contexto sin miedo”.
Redacción Pueblos – Revista de Información y Debate.
Artículo publicado en el número 57 de Pueblos – Revista de Información y Debate, tercer trimestre de 2013.
“Internet ha servido para eliminar algo que yo recuerdo traumático, que sucedía en la década de 1980 y que llamaría síndrome del perro verde: la sensación de estar solo con mis angustias por el nuevo orden mundial, las tropelías de las multinacionales, los genocidios de indígenas, la explotación laboral o las desigualdades sociales. Internet ha provocado lo contrario: rodeado de miles de amigos de Facebook o de Twitter, creo que vivo en la cresta de la ola de la revolución, pero el pensamiento crítico sigue igual de minoritario que en los tiempos del perro verde”.
Pascual Serrano
Publicado en:
http://www.revistapueblos.org/?p=14909
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