[Foto del laberinto de Las Toninas, tomada desde la altura]
Lo que está en juego es el principal excedente
social del país. La Nación soberana necesita la renta agraria para
revolucionar la estructura atrasada del país y fundar un capitalismo
autóctono.
La Sociedad Rural, el único y verdadero partido político de
la reacción, no sólo encontró el candidato ideal para regresar a la
Rosada sino que ya cuenta con un proyecto de ley para llevar las
retenciones a cero. La bicentenaria y estratégica disputa de la renta
agraria, con su irónica paradoja: la semicolonia la necesita para
dominar a las mayorías y perpetuarse en el poder; la nación soberana
para revolucionar la estructura atrasada del país (diversificar y
modernizar su economía), fundar un capitalismo autóctono e imbuir de
dignidad y felicidad a los 40 millones de compatriotas por igual. En
juego, el principal excedente social del país, tal y como lo estuvo a lo
largo de estos 203 años de historia: en 1810 fue la renta minera; a
mediados del siglo XIX las rentas y el control de la Aduana; a finales
del mismo siglo y hasta nuestros días la renta agraria, sostenida por la
concentración de la tierra, el latifundismo y una mentalidad chacarera
antiestatista y antipopular construida tanto por izquierda como por
derecha. Más de 35 mil millones de dólares generará el sector agrario en
2014. Gracias a las retenciones a las exportaciones una parte menor es
aprovechada por la sociedad y la producción (en función de una economía
real) a través de nuevas obras de infraestructura; programas de
desarrollo, industrialización y cobertura social; freno al incremento de
precios de los alimentos (por importación de la inflación), etc. Pero
esa parte socializada resulta ya sumamente insuficiente. La "restricción
interna" opera entonces cuando la reacción antes descripta, histórica y
tradicional dominadora de esa renta, obstaculiza su mayor socialización
(crisis de la 125). ¿Cómo doblegar semejante fuerza? Parafraseábamos al
gran Marechal en nuestra nota del pasado miércoles, al decir que del
laberinto se sale por arriba. Proponíamos "Supermercados YPF" con
productos a precios sociales para combatir a la más que centenaria
cartelización, especulación y concentración de nuestra maldita burguesía
"nacional". A continuación, otra idea en igual dirección porque, o
echamos mano a las conquistas y las grandes medidas para potenciar
nuevas y sucesivas, o nos devoran los de adentro (y los de afuera).
LA RESTRICCIÓN "INTERNA" COMO PROBLEMA NACIONAL.
El 30 de octubre en la nota titulada "El déficit económico del que no se
habla", nos introducíamos en el debate sobre la "restricción externa"
pero desde la "restricción interna". Afirmábamos pues que el factor
determinante de nuestro desarrollo nacional pasa más bien por el
superávit del comercio de productos primarios y quién se lo apropia: o
los sectores concentrados, elitistas y reaccionarios, o el pueblo
argentino y el Estado, con eje en el Estado empresario (en remplazo de
una clase burguesa verdaderamente nacional y popular). En otras
palabras: el control del comercio de productos primarios como factor
determinante para concluir lo interrumpido en 1810, 1852, 1930 y 1955,
años todos en los que se puso en juego –tal y como sucede en la
actualidad–el superávit del comercio de productos primarios y que,
infelizmente para el pueblo, terminó siendo retenido por un centenar de
familias en detrimento de decenas de millones. Las ideas, propuestas y
acciones más eficaces a la hora de estatizar el sector agrario y sus
rentas nacieron con el primer y segundo gobierno de Perón. Durante el
tercero se hizo un último intento, con la sanción de la Ley de
Comercialización de granos y otros productos agrícolas, ley promulgada
por Juan Perón el 24 de diciembre de 1973 y derogada por la dictadura
genocida. Cooperativismo, productores y agricultura familiar asociados
al Estado y por él protegidos; el IAPI primero y una Junta Nacional de
Granos décadas después, como actores claves en toda la cadena agraria
hacia adentro y hacia afuera; claves asimismo en la asignación de
recursos para una industrialización amoldada a los intereses nacionales y
la reinserción de la Argentina en la economía mundial no ya como
apéndice de Estados Unidos y Europa sino como nación soberana. La
estatización de renta no sólo contribuye a dejar atrás nuestra
estructura económica agrícola-ganadera sino que debilita política y
económicamente a los sectores reaccionarios y elitistas que viven de una
Argentina semicolonial. Y una Argentina semicolonial –modelo de
desindustrialización y exclusión social– es causa primera de la
recurrente descapitalización (la falta de divisas) que por cierto nos
aqueja desde la Revolución de Mayo.
YPF Y PROFERTIL. Desde 2008 que este autor viene
escribiendo un sinnúmero de notas vinculadas a la cuestión agraria y a
la recreación de las mejores políticas tendientes a la completa
socialización de las rentas derivadas del universo rural argentino.
Ahora, una nueva propuesta en igual dirección. Planteábamos unos días
atrás aprovechar los 1500 establecimientos de YPF y sus "drugstore" para
remplazar la venta de boberías por alimentos y bebidas a precios
sociales. Si la gran burguesía se carteliza, especula coordinadamente y
abusa de su posición dominante, no unificar empresas y organismos del
Estado, sus activos, personal y programas es equivalente a librar la
lucha pero en condiciones desiguales, desaprovechando todo el potencial
de las grandes conquistas logradas desde mayo de 2003 y yendo a una
derrota segura. Con la renacionalización de YPF, el Estado se hizo de la
mitad de Profertil. ¿Y qué es Profertil? La principal fabricante de
fertilizantes del país y gran actor de peso mundial en el mismo rubro.
Profertil produce, pero también almacena, distribuye y comercializa a
nivel mayorista. Tiene terminales portuarias propias y plantas en Bahía
Blanca (636 mil m2 y capacidad para 1,1 millones de toneladas de urea y
750 mil de amoniaco por año) y en Puerto General San Martín (Santa Fe).
Dicha planta, por ejemplo, ocupa un predio de 24 hectáreas con 282
metros de costa sobre el río Paraná, estratégicamente emplazada al estar
en pleno polo agro-exportador. Recibirá a partir de 2014 entre 35 y 40
buques por año. Profertil es propietaria de una inmensa red de
distribución con nueve puntos en más de diez provincias, cada uno con
más de diez distribuidores específicos. Ahora bien, juntemos Profertil
con el gasoil, los biocombustibles y las más de 1500 estaciones de
servicio de YPF. Y todo, con la logística de la petrolera, sus camiones,
su personal, sus predios y su posición dominante en el mercado del
downstream. ¿Acaso no estamos en presencia de un paquete tecnológico
ypfiano y, más importante aun, de una empresa nacional capaz de
incursionar en el agro "argentino"?
Publicado en:
http://www.infonews.com/2014/01/19/economia-120059-es-posible-una-ypf-como-nueva-empresa-nacional-de-granos.php
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