Ese es el punto débil de toda la argumentación opositora sobre las sesiones presenciales. Es como que le atribuyeran un poder mágico a la presencialidad, al "cara a cara", al debate "cuerpo a cuerpo". Es un atavismo, un fetiche absurdo y peligroso que exuda irracionalidad— Andy Tow (@andy_tow) September 8, 2020
En esa línea de justificar lo no justificable racionalmente va la prédica de Carrió de “volver a los rituales”, de juntarse las familias, compartir el mate, etc, todas cosas muy lindas emocionalmente pero suicida en una pandemia. Saben que es un planteo flojo y buscan edulcorarlo— Andy Tow (@andy_tow) September 8, 2020
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https://twitter.com/andy_tow/status/1303344913929719808?s=08
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