lunes, 23 de octubre de 2017
UNIDOS O DOMINADOS, por Adrian Corbella
Siempre hubo en Argentina mucha gente con un pensamiento de derecha. Pero estos sectores no tenían una expresión política orgánica, porque estaban atomizados y muchas veces asumían actitudes antipolíticas. Una parte de esa derecha se refugiaba en el peronismo. Otra en el radicalismo. Un tercer sector formaba partidos liberales como la UCéDé o RECREAR. La derecha católica hacia la suya. La derecha filofascista apoyaba los golpes pero nunca lograba una representación partidaria.
Hoy "Cambiemos" unifica esas 5 derechas, a las que le suma sectores independientes, políticamente confundidos, que fueron fervientes opositores al gobierno anterior y que hoy prefieren, extrañamente, oponerse al gobierno que no esta mas, en lugar de oponerse al que tienen enfrente.
Del otro lado, del lado de la oposición a este gobierno, existe una profunda atomización, que a veces llega a puntos absurdos.
Cambiemos ganó por ejemplo en la sureña Provincia de Neuquén... con 28% de los votos, en un contexto de profunda balcanización política. Un 28% que en una situación normal significaría una cómoda derrota, muta en victoria.
En la vecina Provincia de Chubut el escrutinio daba anoche una suerte de empate entre 3 fuerzas con menos del 30 % de los votos: el peronismo no K de Mario Das Neves, Cambiemos y el peronismo kirchnerista, y segun que distrito de la Provincia se cargaba se alternaban en el primer puesto. Al final gano Das Neves.
En la estratégica Provincia de Buenos Aires, Cambiemos le gana a CFK 41 a 37, pero es interesante mostrar algunas continuidades. En 2011 CFK logro en la Provincia 55% de los votos. En 2015 ese 55% se divide en 35% que apoya a Aníbal Fernández y 20% que apoya a Felipe Sola. En la elección de ayer si sumamos el 37.3 de Cristina, el 11.4 de Massa y el 5.2 de Randazzo nos da... 54%. Es decir que hay una mayoría clara en la Provincia que vota regularmente opciones peronistas, lo que cambia es que en 2011 le ofrecieron una, en 2015 dos, y en 2017 tres.
Cristina fue derrotada ante la mejor candidata de Cambiemos (lo de Bullrich fue testimonial, una suerte de testaferro. La campaña la hizo Vidal), pero esta derrota también tiene otras lecturas.
CFK, sin la estructura del PJ provincial, con un peronismo dividido en tres, sin fondos, sin publicidad, sin carteles, soportando una feroz campaña mediático-judicial en su contra, consiguió mas de 3 millones de votos. No es poco. No alcanza.
Otra reflexión que puede sacarse de esta elección es la crisis de los opoficialismos, de la "Ancha Avenida del Medio" que parece mas una cuerda tendida sobre un precipicio, con algunos dirigentes haciendo equilibrio sobre ella.
Sergio Massa no solo saco 11% de los votos (frente a 43% de 2013 y 20% de 2015) sino que su partido salió tercero en su bastión original de Tigre y San Fernando, superado tanto por oficialistas como por opositores.
Juan Manuel Urtubey además de salir segundo cómodo quedo apenas un punto por encima del peronismo kirchnerista salteño.
Schiaretti y De La Sota fueron derrotados por Cambiemos en Córdoba. Hoy están más concentrados en no perder la Gobernación en 2019 que en campañas nacionales.
Mario Das Neves y Carlos Verna, de Chubut y La Pampa, salvaron la ropa con victorias agónicas.
En CABA, Martín Lousteau, un candidato con características interesantes, hizo una floja elección porque no se sabe bien si es el mas opositor de los oficialistas o el mas oficialista de los opositores
Finalmente, Florencio Randazzo quedara en la historia del peronismo como el dirigente que hizo la peor elección con el sello del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, con 5% y quedando quinto en algunas categorías.
En todos lados la gente voto al oficialismo o a la oposición más dura. Allí donde el peronismo se mimetizo con el gobierno y se pinto de amarillo, los electores optaron o por el oficialismo genuino o por una alternativa claramente opositora.
Los principales beneficiarios de este proceso fueron el kirchnerismo y la izquierda clasista. La izquierda creció mucho en aquellos distritos con un oficialismo fuerte y un peronismo permeable al "cambio". El caso paradigmático es Jujuy, donde el trotskismo supero el 16%. Pero también es importante el 12% que lograron en Mendoza.
Pese a su derrota, Cristina sigue siendo la principal referente de la oposición, en un contexto en el que otros candidatos a ocupar ese puesto (Massa, Urtubey, De La Sota, Randazzo) fueron pulverizados por los resultados.
El problema que tienen los opositores no K es que armar un Frente con Cristina no quieren, y armarlo sin ella no pueden.
El problema del kirchnerismo es que si se corta solo se va en 2019 a un nuevo ballotage, de resultado incierto, posiblemente negativo.
La oposición debe superar una división (K y Anti-K) que ya no tiene sentido, porque hoy lo crucial es si se apoyan o no las políticas neoliberales y autoritarias del oficialismo.
La oposición debe formar un Frente, una Unidad, una estructura política antineoliberal, "ciudadana", "panperonista", "de centroizquierda", que permita ganar las elecciones de 2019, si se puede en primera vuelta.
Hay que mejorar el trabajo territorial. Hay que buscar nuevos dirigentes a la vez que valorizar a quienes han logrado éxitos importantes, como la remontada épica del gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, o los resultados de muchos intendentes del Conurbano y del Interior. Necesitamos un candidato de consenso que nos permita formar un Frente lo mas amplio posible. Alguien que sea aceptable para los diversos sectores de la oposición.
Muchos deberán resignar aspiraciones personales. Habrá que ingerir muchos sapos.
Como dijo el General, "Unidos o dominados".
Buenos Aires, 23 de octubre de 2017
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1 comentario:
Excelente analisis Adrian. Ese candidato que sintetice, para mi, deberia ser Jorge Taiana
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